Explorando la Realidad: Un Viaje a Través de la Metafísica

I. En Busca de lo Real

1. ¿Es Real la Realidad? La Duda de Descartes

En el siglo XVII, según Descartes, las cosas que vemos y sentimos pueden ser engañosas, ya que a veces incluso confundimos el sueño con la realidad.

Todos sabemos que a veces los sentidos nos engañan, por lo que no siempre resulta fácil distinguir la auténtica realidad de la mera apariencia.

El objetivo de la metafísica consiste precisamente en tratar de aclarar esta cuestión para encontrar qué es verdaderamente real.

La metafísica es la rama de la filosofía que se plantea preguntas acerca de la realidad.

2. Realidad y Apariencia

2.1 Las Cosas no Siempre son como Aparecen

Desde los comienzos de la filosofía en Grecia, los pensadores advirtieron sobre la gran diferencia que existe entre lo que las cosas parecen y lo que realmente son. Sin embargo, cuando usamos la razón, nos damos cuenta de que, a pesar de las apariencias, todas esas cosas son manifestaciones variadas de una misma realidad.

Los filósofos antiguos estaban convencidos de que la auténtica realidad solo puede captarse mediante la razón.

El término griego para referirse a las razones es logos, que también significa “palabra”. Así pues, para los antiguos griegos, el orden de la realidad coincide con el orden del pensamiento, porque la razón puede aclarar lo que las cosas verdaderamente son (la esencia, lo que la cosa es) (pienso, luego existo).

2.2 En Busca del Principio de lo Real

En su investigación, los filósofos presocráticos trataron de encontrar el fundamento que explica todo lo que existe. Según creían, todo lo que hay tiene que provenir de algún principio más sencillo. Confiaban en que, usando la razón, podrían descubrir cuál era la verdadera raíz de la que todo estaba hecho.

Los presocráticos denominaron arjé al principio del que procede todo lo que existe.

El arjé era, para estos pensadores, el inicio y el fundamento común de todo lo que vemos. Estos primeros pensadores no lograron ponerse de acuerdo sobre cuál era el verdadero arjé que daba razón de todo lo que existe. Sin embargo, todos ellos estaban de acuerdo en una cosa: la verdadera realidad no es lo que percibimos con los sentidos, con su multiplicidad y su cambio constante. Lo que es de verdad real tiene que ser algún tipo de principio más sencillo, al que podemos llegar mediante la razón.

3. La Metafísica a Través de la Historia

3.1 Las Preguntas de la Metafísica Antigua

La orientación concreta de la metafísica ha experimentado importantes cambios a lo largo del tiempo. En cada etapa histórica, se ha preocupado de un determinado tipo de cuestiones relacionadas con el problema de lo real.

En la antigua Grecia, como hemos visto, el pensamiento racional comenzó por preguntarse cuál es el arjé o principio primordial del que todo proviene.

Los griegos también se plantearon numerosas preguntas acerca de los cambios y las transformaciones naturales. ¿Hay algo que permanezca cuando se produce un cambio?

Platón amplió el campo de estudio de la metafísica planteando nuevas e importantes preguntas. Fue idealista, de ideas trascendentes, en un mundo de las ideas eternas e inmutables.

Aristóteles, por su parte, fue el primero que expuso de forma sistemática todas estas preocupaciones filosóficas. Fue realista y se basaba en lo inmanente, en el sentido de las cosas. Estos dos tenían algo en común: la esencia; buscaban lo que la cosa es. Aristóteles buscaba lo que cambia mediante cambios, y Platón buscaba lo que cambia fuera de lo que cambia.

3.2 La Metafísica en la Época Medieval

La difusión del cristianismo, con su decisiva influencia en todos los ámbitos, introdujo nuevos temas en la metafísica medieval. En esa época, las preguntas acerca de Dios tuvieron una importancia destacada.

Para elaborar su pensamiento, los autores cristianos no solo se basaron en las Sagradas Escrituras, sino que también se inspiraron en las ideas de los grandes filósofos griegos.

En el siglo V, Agustín de Hipona logró sintetizar la metafísica de Platón con el cristianismo.

Más tarde, en el siglo XIII, Tomás de Aquino, tomando el modelo de las demostraciones lógicas para llegar a Dios, elaboró una nueva síntesis filosófica a partir del pensamiento de Aristóteles y los dogmas cristianos.

La filosofía tomista tuvo una enorme influencia y, con el tiempo, se convirtió en la doctrina oficial de la Iglesia católica.

3.3 Las Preguntas de la Metafísica en la Modernidad

En la filosofía moderna volvieron a surgir las preguntas metafísicas orientadas a descubrir en qué consiste verdaderamente la realidad.

Los filósofos modernos también se plantearon interesantes preguntas acerca de otros temas, como la casualidad o la libertad.

También en esta época aparecieron los primeros cuestionamientos acerca de la metafísica. Kant, por ejemplo, afirmó que las preguntas metafísicas estaban más allá de lo que la razón humana podía conocer.

Sin embargo, según Kant, existe en los seres humanos una tendencia inevitable a plantear este tipo de preguntas, aunque no seamos capaces de conocer las respuestas.

3.4 La Edad Contemporánea y la Crisis de la Metafísica

El desarrollo científico y técnico contribuyó a profundizar la crisis de la metafísica en la época contemporánea.

El espectacular progreso de las ciencias parecía capaz de ofrecer respuestas certeras y fiables para muchos interrogantes.

Estos cuestionamientos explican la profunda crisis de la metafísica en la Edad Contemporánea. Sin embargo, a pesar de las críticas recibidas, la metafísica ha contado con importantes figuras en la época contemporánea.

En el siglo XX, el filósofo alemán Martin Heidegger planteó de nuevo la antigua pregunta por el ser, con la que comenzó la filosofía en Grecia. Jean-Paul Sartre, en Francia, afirmó que la realidad última está íntimamente ligada a la existencia humana, fundando así la filosofía existencialista. En España, José Ortega y Gasset propuso una metafísica basada en la vida humana como realidad radical.

II. Los Distintos Enfoques de la Metafísica

4. ¿Una Realidad o Muchas?

4.1 El Monismo Metafísico (Responden con un Único Arjé)

Todos aquellos filósofos que afirman que la realidad es única se denominan monistas.

Para estos pensadores, la asombrosa variedad y multiplicidad de lo que existe es solo una apariencia. Aunque a nuestro alrededor percibimos una gran diversidad de seres, en el fondo todo lo que existe es una única realidad. Cuando llegamos a comprender qué es lo que de verdad hay, nos damos cuenta de que lo que realmente existe es único.

4.2 Los Monistas Presocráticos

Estos pensadores se preguntaban por el principio o arjé a partir del cual todo está hecho. Algunos presocráticos creían que el arjé es único, porque todo cuanto existe procede de un único principio. Estos filósofos son monistas, puesto que afirman que todo es, en el fondo, una única realidad.

Tales de Mileto creía que todo lo que percibimos está formado por agua. En cambio, Anaxímenes pensaba que el arjé fundamental del cual todo está hecho era el aire. Así, las distintas realidades que forman todo lo que existe no son más que diversas manifestaciones de un único principio elemental.

Para Anaximandro, el arjé es único, pero no se corresponde con ninguna de las realidades que podemos ver y tocar. El principio del que todo está hecho tiene que ser algo distinto. A este “algo”, Anaximandro lo llamó ápeiron, que en griego significa “lo indeterminado” (no se conoce, no se sabe dónde empieza y dónde acaba).

La teoría de Pitágoras, que además de filósofo era matemático, es bastante más abstract

a.  Pitágoras descubrió que la armonía musical está relacionada con las proporciones  matemáticas. Extendiendo esta idea, imaginó que todo lo que existe en el universo está  sujeto a proporciones matemáticas similares. Por eso a veces se afirma que Pitágoras es un  filósofo monista, puesto que para él el arjé o principio del cual todo está hecho es el número.

4.3 El pluralismo metafísico  

Los filósofos pluralistas sostienen que la realidad es múltiple. 

Para ellos, lo real está formado por varios principios elementales distintos que se combinan  entre sí. 

Entre los presocráticos también encontramos algunos filósofos pluralistas, para quienes el arjé  es múltiple. Empédocles, creía que todo estaba compuesto por 4 elementos básicos: el fuego y  el aire el agua y la tierra, gracias a la interacción de dos fuerzas cósmicas a las que el  denominaba amor y odio


Anaxágoras sostenía que el arjé es una especie de semillas diminutas que forman toda la  realidad. Hay infinitos tipos de semillas distintas, que se combinan para producir los distintos  objetos que podemos ver y tocar. 

Los presocráticos pluralistas más conocidos son los atomistas Leucipo y Demócrito.  Defendieron la idea de que todo está formado por un as partículas elementales a las que  llamaron átomos. Estas partículas son indivisibles. Los átomos pueden moverse y combinarse  entre sí para formar todo lo existente. 

5. ¿Materia o espíritu? 

Los materialistas afirman que, en el fondo, todo lo que existe es material. 

Tales, para quien el arjé es el agua, y Anaxímenes, que creía que todo estaba hecho de aire, son materialistas. También los atomistas son materialistas, puesto que para ellos todo lo que  existe (incluyendo el alma humana) puede explicarse mediante los átomos. 

La posición contraria en materialismo se denomina idealismo. Los filósofos idealistas  consideran que el mundo material que percibimos a nuestro alrededor tiene solo una realidad  aparente. La auténtica realidad no está compuesta de cosas tangibles, sino de ideas, que son  inmateriales. 

Los filósofos idealistas creen que la realidad última es espiritual y está formada por ideas. 

Platón es un filósofo idealista. Según su teoría todas las cosas materiales que vemos son solo  una copia de las esencias eternas inmutables. Las cosas proceden de las ideas por lo que la  verdadera realidad es inmaterial.

Hegel también es un filósofo idealista. Para él la verdadera realidad es inmaterial y está  formada por lo que él denomino “el Espíritu”. El espíritu es el verdadero protagonista de la  realidad y de la historia. El pensamiento de Hegel es un intento de exponer el modo en el que  el Espíritu evoluciona y se desenvuelve con el paso del tiempo. 

La filosofía idealista de Hegel encontró pronto adversarios que defendían a materialismo. 

El filósofo alemán Karl Marx, por ejemplo, sostuvo posiciones claramente materialistas. Marx atacó duramente quienes, como Hegel, pensaban que la realidad está constituida por el  Espíritu. Según él, la historia no puede explicarse mediante las ideas. Para Marx la verdadera  realidad no es espiritual, sino que se fundamenta en las condiciones materiales de vida de los  seres humanos en cada momento histórico. 


6. ¿Realidad estática o dinámica? 

6.1 El problema del cambio 

Quienes defienden una metafísica estática afirman que la realidad es en el fondo inmutable  (que no cambia). 

Según esta concepción los cambios son sola aparentes, porque la verdadera realidad es eterna  inalterable. En su filosofía, estos autores se ven obligados a ofrecer alguna explicación para  aclarar por qué todo parece estar cambiando cuando la auténtica realidad es permanente. 

Por el contrario, los partidarios de una metafísica dinámica creen que en el cambio forma  parte esencial de la realidad. 

Para entender el mundo que nos rodea, opinan que debemos reconocer que todo cuando  existe se modifica con el tiempo, cambia y acaba por desaparecer. 

Quienes adoptan esta posición metafísica tienen que explicar en su filosofía cómo es posible  que haya cosas que aparentemente no cambian nunca. 

6.2 Parménides y la filosofía del ser 

El pensamiento de Parménides ofrece una clara y rotunda afirmación de la metafísica estática  

Él establece una distinción fundamental entre las cosas que existen y las que no existen. Lo  que existe el Ser, y está formado por todo cuanto hay. En cambio, lo que no existe es el No Ser. El Ser, que es la verdadera realidad, es permanente, eterno e inmutable. No puede  cambiar, ni nacer ni morir, por lo que siempre permanece inalterable. 

La metafísica de Parménides propone una filosofía del Ser (conocer todo lo que existe). 

La idea básica de Parménides puede resumirse en una célebre y enigmática frase: “ El Ser es,  el No-Ser no es”. 

Para Parménides únicamente existe el Ser, que incluye todo lo que hay. Como el No-Ser no  existe, de él no puede salir nada. Este es el principio lógico de no contradicción.

Por lo tanto, las transformaciones que vemos a nuestro alrededor no son reales, sinoo solo  aparentes. Para comprender esa realidad debemos prescindir del testimonio de los sentidos y  atender solo a la razón. La razón insiste en recordarnos una única verdad: lo que existe es  únicamente el Ser. 


6.3 Heráclito y la filoso fía del devenir 

La perspectiva de Heráclito es radicalmente opuesta a la de su coetáneo Parménides. Heráclito creía que la realidad consiste en una transformación continua. Lo que existe esta siempre  cambiando. La realidad es devenir, cambio, modificación interminable. 

El pensamiento de Heráclito es una filosofía del devenir. 

Según el Heráclito, la realidad también se puede comprar con el fuego, cuya esencia consiste a  si mismo en estar siempre modificándose. Todo cuanto existe se asemeja al rio al fuego, porque el ser de lo real consiste en el continuo cambio de lo que hay. Sin embargo, ese  cambio no se produce desordenadamente, sino que está sujeto a una ley cósmica. 

Los cambios son producto de una tensión entre contrarios, que puede compararse con una  guerra inacabable. No obstante, existe una orden en esta lucha de contrarios que explica la  regularidad y la armonía del universo. (Los opuestos se atraen) 

6.4 El problema del cambio en Aristóteles 

Para Aristóteles, el cambio se produce cuando un ser en potencia se modifica y pasa a  convertirse en un ser en acto. 

Un ser en acto es algo que ya ha alcanzado totalmente su desarrollo porque existe en  plenitud. En cambio, el ser en potencia es algo que puede llegar a ser pero que todavía no es.  El ser en potencia con tiene la posibilidad de convertirse en algo, aunque todavía está lejos de  lo que puedes llegar a ser. 

Esta distinción permite Aristóteles explicar por qué la realidad está continuamente  transformándose. 

Sin embargo, para que lo que es en potencia pueda transformarse y convertirse en ser en acto  hace falta que reciba un impulso exterior que lo ponga en movimiento. Según Aristóteles, ese  “empujón” solo puede proporcionarlo algo que ya sea en acto y que de ese modo pueda  suscitar el cambio en lo que solo está aún en potencia. 


6.5 El cambio dialéctico 

La dialéctica hegeliana 

Para Hegel, todo cuanto existe está sometido a un proceso de cambio y transformación  continua que se basa en el contraste entre elementos opuestos. Hegel utilizaba el término  dialéctica para describir este proceso de cambio a partir de la lucha entre contrarios  

La filosofía de Hegel denominada dialéctica al cambio continuo de la realidad provocado por  un enfrentamiento entre elementos contrarios.

La palabra dialéctica describía la antigüedad el arte de conversar y discutir, qué consiste en  defender nuestras ideas combatiendo los puntos de vista contrarios. En este proceso de  diálogos, si los interlocutores están dispuestos a escuchar y revisar críticamente sus puntos de  vista, las posiciones iniciales pueden modificarse durante el curso de la conversación.  Finalmente, puede ocurrir que los dos contrincantes acaban por ponerse de acuerdo alcanzado  un consenso sobre el tema que se estaba discutiendo. 

Al igual que sucede una conversación, Hegel creía que la realidad y la historia evolucionan mediante el enfrentamiento de elementos contrapuestos. Hegel denominaba tesis a la  primera posición, a la cual se enfrenta una posición opuesta, llamada antítesis. De la lucha  entre la tesis y la antítesis puede surgir una nueva situación, conocida como síntesis, que  incluye elementos procedentes de ambas, pero que logra superarlos olvidando la tensión que  había entre ellas.  

Hegel pensaba que toda la historia de la humanidad avanza dialécticamente, en un proceso  imparable impulsado por la lucha entre una tesis y una antítesis que se superan después de la  síntesis final. Sin embargo, la reconciliación entre opuestos dura poco tiempo, porque  cuando la síntesis triunfa y se impone, ella misma se convierte una nueva tesis, que genera  enseguida la antítesis correspondiente de este modo el proceso se reanuda en una espiral sin  fin. Sin embargo este proceso no es circular, sino que avanza hacia algo mejor. La evolución de  dialéctica se encamina hacia el progreso que Hegel interpretaba como la creciente  identificación de la realidad con lo racional. 


La dialéctica en el pensamiento de Marx 

La filosofía de Marx está muy influida por el pensamiento hegeliano. 

Marx también creía que la realidad avanza mediante la contradicción entre elementos  contrarios. Sin embargo, criticaba duramente a Hegel por su carácter idealista.  

Hegel era un filósofo idealista, para él la verdadera realidad, a la que denominaba el Espíritu, 

es inmaterial. Frente a esta opinión, Marx defendía el materialismo filosófico. Según Marx , la  realidad es una es un proceso dinámico de cambio continuo que se base la contradicción entre  elementos materiales. La historia, por ejemplo, avanza porque existe una tensión entre clases  sociales enfrentadas. Según esta interpretación si queremos comprender la evolución  dialéctica de la realidad, debemos analizar las condiciones materiales de vida que explican la  situación en la que se encuentran los seres humanos que hacen la historia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *