Las Ideas Platónicas
Frente al mundo sensible, Platón postula la existencia de un universo ideal, independiente de las cosas reales, accesible mediante una mirada distinta a la de nuestros ojos. Este universo, de carácter universal, alberga las ideas: inmutables, eternas, y la verdadera realidad. Las ideas no son meros conceptos, sino el fundamento y modelo del mundo real.
Existirían, por tanto, dos mundos:
- El mundo sensible, en continuo cambio, percibido por los sentidos.
- El mundo inteligible, libre del cambio, percibido por el entendimiento.
Los objetos del mundo sensible participan de las ideas, obteniendo así cierta realidad, aunque imperfecta, como un reflejo del mundo inteligible. Las ideas constituyen el fundamento de los valores éticos y estéticos. Representan el ideal de estos conceptos, independiente de nuestras proposiciones al usarlos.
La Idea del Bien
El mundo de las ideas está jerarquizado:
- Ideas de objetos y seres del mundo sensible.
- Objetos matemáticos.
- Ideas éticas y estéticas (belleza, justicia).
- La Idea del Bien en sí.
La Idea del Bien no necesita justificación. Es un verdadero «en sí», fundamento de todo ser y todo entender. La participación del individuo con la Idea del Bien es decisiva para su existencia.
El Alma y el Conocimiento
El Alma
En los poemas homéricos, «alma» significa vida como principio, latido, movimiento. Es el signo del proceso vital en el ser humano. El alma es el principio de la vida del cuerpo, opuesto a la corporeidad. Se mueve por sí misma, predomina sobre el cuerpo, es anterior a él, y su unión es accidental y temporal, siendo separable.
Platón define el alma como simple, semejante a lo divino, inmortal, inteligible, uniforme e indisoluble. El cuerpo, en cambio, pertenece al mundo sensible: es mortal, multiforme e irracional. El alma puede ser arrastrada por los deseos del cuerpo, haciéndose pesada y apegada a lo terrestre. Si el alma, con ayuda de la filosofía, se recoge en sí misma, puede liberarse.
Platón defiende la inmortalidad y la transmigración del alma. La liberación de la esclavitud del cuerpo y sus pasiones, dedicándose a la auténtica filosofía, permite escapar de este ciclo.
Describir la naturaleza real del alma está fuera del alcance humano.
Las Fuerzas del Alma
Platón observa que el alma, motor que se mueve a sí mismo, se compone de tres fuerzas:
- Parte racional: Nos diferencia de los animales. Es el elemento más elevado, semejante a lo divino e inmortal. Su misión es guiar las otras partes del alma. Sus virtudes son la sabiduría y la prudencia.
- Parte irascible: Reside en el pecho, emparentada con la mortalidad, fuente de pasiones nobles como la valentía. Su virtud es la fortaleza.
- Parte concupiscible: Se relaciona con tendencias y deseos menos controlados. Origina bajas pasiones (apetitos sexuales, deseo inmoderado). Su virtud es la templanza.
Cuando el alma racional controla las otras dos, se produce la armonía en el individuo, reflejo de la justicia.
El Conocimiento
Otro aspecto del alma son los niveles de conocimiento:
- Sensación: Primer nivel de conocimiento, a través del cual se nos presenta el mundo. Puede ser engañoso.
- Doxa (opinión): A través de las ideas, el alma accede a un conocimiento que no es inmediato como las sensaciones.
- Noesis (inteligencia): Este saber culmina en el conocimiento del Bien.
Platón propone diferentes caminos para acceder al conocimiento del mundo inteligible:
- Dialéctica: El mundo sensible se divide en imágenes (aprehendidas por la eikasia o imaginación) y cosas (captadas por la pistis o creencia). Platón atribuye a este mundo el conocimiento de la doxa (opinión). No hay conocimiento científico del mundo sensible, por ser particular y cambiante. La ciencia se ocupa de lo universal e inmutable del mundo de las ideas. El mundo inteligible se subdivide en objetos matemáticos (estudiados por la dianoia) e ideas (captadas por la noesis). Se asciende hasta la idea suprema: la Idea del Bien.
- Reminiscencia (anamnesis): El alma ha estado en el mundo de las ideas y puede recordarlo. Utilizando la mayéutica, se pueden entender complejos teoremas y extraer la verdad que reside en nuestro interior.
- Amor: El hombre ansía el conocimiento y ascender desde lo múltiple hasta la idea de Belleza. El amor impulsa esta ascensión hacia las ideas supremas: Belleza y Bien.
Ética
Aprender las formas de excelencia humana no busca dominar a otros, sino a uno mismo. La areté reside en el conocimiento. Platón concibe la virtud como armonía de las tres partes del alma. Cuando cada parte del alma cumple su función, se alcanza la justicia, y el hombre es virtuoso, armonioso y justo. El alma racional debe ser prudente y guiar la parte irascible, que debe ser valerosa. Ambas deben sujetar la parte concupiscible. La sabiduría, como prudencia y conocimiento superior de las ideas de justicia y bien, se alcanza a través del conocimiento y la dialéctica, purificando el alma.
La virtud no se da por naturaleza ni se aprende, ni es mera opinión. Es un don divino y una opinión verdadera, reconocible como universal, pero no enseñable como la episteme.
Política
Platón busca un modelo de organización ciudadana que permita establecer su ideal de comunidad: la justicia. Para ello, se requiere:
- Una idea clara de justicia.
- Superar la concepción tiránica de la política.
- Educar a los ciudadanos, especialmente a los políticos.
Esta educación llevará al poder a los ciudadanos más inteligentes y generosos. El Estado refleja al ciudadano. Cuando cada función del alma actúa correctamente, reina la armonía y surge la justicia individual. Igualmente, cuando cada clase social cumple su labor, se produce armonía social y justicia colectiva, objetivo del filósofo gobernante.
El Estado reproduce a gran escala la estructura del alma individual:
- Gobernantes (filósofos): Nivel superior, correspondiente al lógos. Legislan con justicia.
- Guardianes: Defienden el Estado. Su virtud es el valor.
- Pueblo: Sustrato inferior. Mantienen a las otras dos clases. Su virtud es la templanza.
Formas de Gobierno
- Aristocracia: Régimen ideal, donde la inteligencia gobierna, estableciendo el equilibrio social.
- Timocracia: Domina la pasión sobre la razón. Se ambicionan honores y riquezas.
- Oligarquía: Se busca la ganancia, olvidando la educación y la solidaridad.
- Democracia: El poder se extiende por elecciones, pero la falta de educación corrompe el sistema.
- Tiranía: El exceso de libertad lleva a la esclavitud. El pueblo acepta al tirano que impone un orden falso.