Explorando el Pensamiento de Wittgenstein: Lenguaje, Lógica y Realidad
Wittgenstein parte de la premisa de que no podemos pensar el mundo sin el lenguaje, ya que este es fundamental incluso para el pensamiento. Por lo tanto, cualquier reflexión debe comenzar con un análisis del lenguaje. Su objetivo es acabar con la «cháchara inútil» de muchos filósofos, delimitando aquello de lo que se puede hablar con sentido y aquello de lo que no.
El desarrollo de su pensamiento se puede dividir en dos etapas:
Primera Etapa: El Tractatus Logico-Philosophicus
En su obra Tratado lógico-filosófico (Tractatus), Wittgenstein se propone distinguir los enunciados con sentido de aquellos que carecen de él, a través de un análisis lógico del lenguaje. Su conclusión es que solo tienen sentido los enunciados que se refieren a hechos verificables, es decir, los enunciados de la ciencia. Los demás enunciados, como los metafísicos, éticos o religiosos, carecen de sentido y, por lo tanto, no se puede hablar de ellos. Lo mejor que podemos hacer es mostrarlos a través de nuestro comportamiento.
Dos tesis principales sustentan esta etapa:
A) El Isomorfismo
El isomorfismo postula una identidad estructural entre el lenguaje lógico y la realidad. Esto significa que la estructura de los hechos se corresponde con la estructura de la lógica, por lo que el descubrimiento de las leyes de la lógica nos permitirá descubrir las leyes de lo real.
La estructura del lenguaje lógico se compone de:
- Nombres: Son las partes más elementales del lenguaje (sustantivos, adjetivos, verbos, etc.).
- Proposiciones simples (atómicas): No contienen otras proposiciones y surgen de la combinación de varios nombres. Son las unidades mínimas de significado que pueden ser verdaderas o falsas, representadas por variables proposicionales (p, q, r…).
- Proposiciones compuestas (moleculares): Están formadas por varias proposiciones simples unidas por conectores lógicos («o», «y», «no», «si… entonces…»).
Los nombres se ordenan formando proposiciones simples, y estas a su vez forman proposiciones compuestas. Este orden debe corresponderse con las leyes de la lógica para que la proposición tenga sentido.
La estructura del mundo, por su parte, se compone de:
- Objetos: Se refiere tanto a los objetos propiamente dichos como a sus propiedades.
- Hechos simples (atómicos): Son la parte más simple de la realidad, que puede darse o pensarse independientemente. Un hecho simple resulta de la relación entre varios objetos (por ejemplo, la pluma, la tinta y la mesa).
- Hechos: La relación entre varios hechos simples da origen a los hechos propiamente dichos.
La consecuencia más clara del isomorfismo es que la lógica determina lo que es posible, lo que es pensable y, por lo tanto, de lo que se puede hablar.
La principal limitación de esta teoría es que presupone que la estructura del lenguaje lógico se corresponde con la de la realidad, una condición necesaria para que el lenguaje sea significativo. Sin embargo, este presupuesto no se puede justificar ni expresar por medio del lenguaje. Las proposiciones sobre la relación entre el lenguaje y la realidad carecen de sentido. El lenguaje lógico se limita a mostrar la realidad, a hablar de las relaciones entre los objetos, pero no dice nada sobre lo que son los objetos en sí mismos.
B) Teoría Referencial del Significado
La teoría referencial del significado afirma que el lenguaje es una representación de la realidad. El significado de un término es su referente, es decir, el objeto o hecho al que se refiere. Wittgenstein distingue entre:
- Proposiciones significativas: Se refieren a hechos verificables que permiten determinar su verdad o falsedad.
- Proposiciones no significativas (sin sentido): No se refieren a hechos y son verdaderas o falsas por sí mismas, independientemente de la experiencia (lógica y matemáticas).
- Proposiciones filosóficas (carentes de sentido): Su verdad o falsedad no se puede demostrar por carecer de referente (ética, religión, estética y mística).
El propósito inicial de Wittgenstein de determinar aquello de lo que se puede hablar con sentido y aquello de lo que no, lo lleva a concluir que el propio Tractatus carece de sentido, ya que trata temas sobre los que no se puede decir nada, como los problemas filosóficos acerca del mundo, el lenguaje, el pensamiento, los límites del pensamiento, etc.
El Tractatus acepta que hay algo más allá de los límites del lenguaje lógico, pero de ello no podemos hablar. Sin embargo, lo que no puede decirse sí puede mostrarse, como la belleza en el arte o lo bueno en una vida justa. Estas son presencias silenciosas que esclarecen el significado de las proposiciones del lenguaje. El problema ya no reside en hablar, sino en mostrar lo que no puede ser dicho. Wittgenstein mismo mostró lo que era una moral buena y una norma de conducta justa ejerciendo la enseñanza primaria en escuelas rurales austríacas.
Segunda Etapa: Las Investigaciones Filosóficas
La segunda etapa del pensamiento de Wittgenstein está representada en su obra Las investigaciones filosóficas. En ella, abandona el lenguaje lógico para centrarse en el análisis del lenguaje ordinario y se aparta de la teoría referencial del significado. Algunos consideran que hay una ruptura entre el primer y el segundo Wittgenstein, mientras que otros defienden la unidad esencial de su pensamiento, argumentando que el objetivo de ambas obras es el mismo: determinar los límites del lenguaje y demostrar que los problemas filosóficos son falsos problemas, ya sea porque carecen de sentido o porque se disuelven al aclarar los diversos usos del lenguaje.
La unidad del pensamiento de Wittgenstein se refleja en su propósito de establecer los límites del lenguaje para señalar que hay una dimensión de la realidad, la más vital y valiosa, a la que no llega la ciencia y a la que solo podemos acceder mediante la experiencia moral, artística o religiosa. Es decir, busca introducir en la realidad aquello de lo que, según el Tractatus, no se puede hablar, pero sí mostrar, similar a lo que hizo Kant al acotar el campo del conocimiento para dar lugar a la fe.
Las principales tesis de Las investigaciones filosóficas son:
- La teoría de los juegos del lenguaje: Según esta teoría, no hay un único lenguaje lógico, sino muchos lenguajes (filosófico, científico, político, religioso, deportivo, etc.). Cada lenguaje es como un juego con sus propias reglas que deben respetarse. Estas reglas pueden no aceptarse, pero nunca cambiarse sin acabar con el juego.
- El significado como uso: El significado de una palabra viene dado por su uso y no por su referente. La teoría del Tractatus, que sostenía que el significado de un nombre es su referente, presentaba graves deficiencias. No podía explicar el significado de expresiones sin referente (por ejemplo, «es una gozada») y confundía el significado de un nombre con su portador. El segundo Wittgenstein defiende que el significado de un nombre viene dado por su uso, es decir, por el contexto o juego del lenguaje en el que se inserta. Por ejemplo, la frase «Lo veo negro» puede describir un color o expresar pesimismo. Es necesario conocer el juego lingüístico o contexto para entender el significado. El error de la filosofía tradicional ha sido pensar que solo existía un único juego lingüístico que reflejaba la realidad, lo que generaba problemas filosóficos insolubles. La misión de la filosofía es descubrir (función descriptiva) los diversos usos del lenguaje, clarificándolos para evitar los errores de la filosofía tradicional. Los problemas filosóficos derivan del uso de las mismas palabras con diferentes significados. Por ejemplo, la palabra «Dios» no significa lo mismo en el lenguaje filosófico que en el religioso. Aclarar y distinguir estos contextos es la función terapéutica de la filosofía, que elimina o disuelve el problema. El problema se acaba cuando se aceptan las reglas del juego (religioso o filosófico) y se asume el significado de la palabra en ese contexto, o cuando no se aceptan esas reglas y no se entra en el debate.