ORTEGA Y GASSET
CRÍTICA DEL IDEALISMO
Descartes es quien pone en tela de juicio el Realismo y sienta los pilares del Idealismo. Las cosas no son seguras, los sentidos me engañan, de lo único que no puedo dudar es de mi pensamiento. Esto es el subjetivismo: el yo, el sujeto, se traga el mundo y sólo queda el yo. -Toda la filosofía se levanta sobre la razón, sobre el sujeto. Tengo que suspender mi creencia en la realidad exterior… -El cógito es una realidad hermética. La realidad exterior queda reducida a experiencia interior… -El pensamiento es una sustancia pensante… – El yo es el dato radical, las cosas son en cuanto que son para mí. El ser de las cosas depende del yo.
El idealismo comete, en suma, el mismo error de los realistas, aunque de distinta manera. Convierte las cosas o las ideas en entidades, como naturalezas determinadas. Trata las cosas como si fuesen ideas o conceptos. Las cosas en el realismo eran independientes, ahora lo independiente es mi pensamiento, la res cogitans: una cosa que piensa.
Crítica:
– El pensamiento no es independiente de las cosas. No existe un yo sin cosas, un yo sin mundo. Yo me encuentro a la vez con mi yo y con las cosas. El dato radical del universo consiste en el pensamiento y las cosas, el yo con las cosas: «existe yo que pienso y el mundo que pienso… Si no hubiera cosas que ver, que pensar e imaginar, yo no vería, pensaría o imaginaría, es decir, no sería».
– El pensamiento no es una sustancia pensante, es una relación. No hay pensamiento sin sujeto que piense, ni sujeto que piense sin algo que pensar. Si sustancia es lo que no necesita de otro para existir, no se puede aplicar al sujeto, pues éste necesita del pensamiento para existir.
– Ortega critica al idealismo porque va contra la vida: «casi logró convencer al hombre de que cuanto le rodeaba era sólo imagen suya». La superación del idealismo es la tarea de nuestro tiempo. Hay que reformar la filosofía, invalidar el concepto tradicional de ser:
- que es algo inventado por los hombres.
- el ser no es una realidad, la realidad es anterior al ser.
- el ser es una interpretación de lo que hay.
- lo que hay es más bien algo incompleto
Se impone descubrir la vida como realidad radical. Se libera al yo de la prisión del idealismo. El dato radical es la vida del yo en el mundo:
«El mundo exterior no existe sin mi pensarlo, pero el mundo exterior no es mi pensamiento, yo no soy ni teatro ni mundo: yo soy frente a ese teatro, soy con el mundo… somos el mundo y yo…el mundo es lo que es para mí, el mundo se confunde conmigo».
4. PERSPECTIVISMO
CONTRA ESCEPTICISMO Y DOGMATISMO
Ortega rechaza ambas posiciones.
El escepticismo renuncia a la idea de que la verdad pueda ser conocida por el hombre, y afirma que pretender conocer la verdad es ilusorio. La verdad no existe.
El dogmatismo con el fin de salvar la verdad renuncia a la historia, a la vida. Elabora una verdad abstracta, invariable, que no puede atribuirse a personas cambiantes, perecederas. Obliga a suponer un sujeto abstracto, exento de variaciones y peculiaridades individuales: es el «sujeto» de Descartes o el «ente racional» de Kant.
Rechaza el escepticismo porque la vida pide la verdad. La fe en la existencia de la verdad es un hecho radical en la vida humana. El pensamiento aspira a la verdad y suprimir esa aspiración llevaría al pensamiento y a la vida misma a algo sin sentido y sin valor.
Rechaza el dogmatismo, porque escinde en dos a la persona, coloca a un lado lo vital, lo concreto y renuncia a ello, en el otro, el núcleo racional, que capacita al hombre para encontrar la verdad, pero que no sirve para vivir.
LA DOBLE INSTANCIA DEL PENSAMIENTO El pensamiento está sometido a una doble instancia:
- – El pensamiento es una función vital, lo mismo que la digestión o la respiración. No es un proceso corporal, como ellos, pero todos necesarios para la perduración del individuo. El pensamiento tiene como función vital estar al servicio de los fines biológicos del individuo.
- – El pensamiento es una actividad con finalidad específica, alcanzar la verdad: «pensar es pensar la verdad, como digerir es asimilar los manjares».
Ambas instancias se necesitan mutuamente. El hombre no puede pensar de forma útil para sus fines biológicos si no piensa la verdad, pero tampoco existe la verdad si no es el sujeto humano el que la piensa. Ocurre que a veces se olvida que el pensamiento tiene una función vital y se cae en el mero pensamiento esquemático, formalista, alejado de la vida, se ajusta a la razón y se lega al idealismo.
LA VERDAD COMO PERSPECTIVA
Hay que conjuntar la verdad como relatividad a la que lleva la primera instancia y la verdad como valor absoluto a que lleva la segunda instancia. Esto se consigue entendiendo la verdad como perspectiva. La verdad que un hombre puede conseguir nunca será completa. Su conocimiento nunca agotará el objeto, nunca encajará plenamente en la realidad.
El hombre, a través de su conocimiento, sólo reflejará de la realidad lo que se pueda ver de ella desde un punto de vista determinado y desde una distancia concreta, o, lo que es lo mismo, desde una perspectiva ( ejemplo de la manzana ). Y como toda vida, y por lo mismo, todo pensamiento, es necesariamente perspectiva, el hombre no tiene otro remedio que contentarse con esa parte de la verdad que le es accesible desde donde se encuentra.
La perspectiva individual es el único modo de apresar la realidad. Dos puntos de vista sobre una realidad no pueden coincidir en ningún caso. Lo que debe hacer cada individuo es reproducir lo más fielmente posible su punto de vista.
El sujeto humano que conoce no es un aparato que deforme la realidad ni que la reciba sin tocarla: selecciona, criba cuando conoce.
Por otro lado, se puede considerar un espejo que refleja la realidad, seleccionándola, pero desde un punto de vista, desde un lugar determinado, desde una estructura concreta (dos hombres que ven el mismo paisaje y ven, al tiempo, dos paisajes distintos, no se invalidan ninguno de los dos).
FUNDAMENTACIÓN ONTOLÓGICA DEL PERSPECTIVISMO
El perspectivismo no es puramente subjetivo, no se apoya sólo en la forma de ser del hombre, sino en la constitución misma de la realidad: «¿Cuándo nos abriremos a la convicción de que el ser definitivo del mundo no es materia, ni es alma, no es cosa alguna determinada, sino una perspectiva?».
El hecho del conocimiento implica siempre una perspectiva a la realidad y no al sujeto que la conoce. La realidad tiene una estructura propia que consiste precisamente en ser perspectiva, u es necesario que el conocimiento se atenga a ella si quiere conocerla. La perspectiva es la forma de ser de lo real, puesto que se nos presenta desde diferentes puntos de vista que luego hay que integrar. La falsedad consiste en abolir la perspectiva, en hacer absoluto un punto de vista particular.
Sólo en aquellos conocimientos que no se refieran a la realidad, que no hablan de lo real, como los lógicos y matemáticos, sucede que aunque los sujetos tengan diferentes perspectivas, como el sujeto no tiene ninguna estructura de perspectiva, el conocimiento de todos los hombres es idéntico.
5. EL RELATIVISMO
El raciovitalismo es la teoría del conocimiento que parte de la vida, y que quiere situarse a la misma distancia del vitalismo irracionalista (Nietzsche) y del racionalismo (Kant). El raciovitalismo pretende ser un punto medio: reconoce le valor de la razón , pero también sus orígenes irracionales ( la intuición ) y la pone al servicio de la vida. Ve la íntima relación entre razón y vida, razón e historia. Toda razón es vital.
Es una meditación sobre las dos perspectivas más radicales sobre las que hombre está situado: la vida y la razón. La primera es la raíz, la segunda el modo de conocer esa raíz.
CONTRA EL RACIONALISMO Y EL IRRACIONALISMO (vitalismo).
– Frente al racionalismo:
•No critica la razón, sino el racionalismo, que la absolutiza y no la reconoce ningún límite.
•El trabajo de la razón es descubrir los elementos irracionales, dado que el sujeto se topa con elementos últimos que no son racionales.
•Reconoce la insularidad de la razón, que está rodeada de irracionalidad.
El racionalismo, sin embargo, cree que las cosas se comportan como nuestras ideas, que son racionales. No admite zonas de irracionalidad. El racionalismo es una acto de fe en la razón.
– Frente al vitalismo.
•Le llama la atención la ambigüedad del propio término, como en ciencia, donde hay escuelas biológicas que postulan una diferencia de la vida a los meros fenómenos físico-químicos, otras que no. En filosofía se aprecia:El conocimiento humano como producto del desarrollo biológico. ..El conocimiento humano, la razón, no es el modo superior del conocimiento del hombre ( diría Bergson ) hay otro más profundo, que es la vivencia profunda de las cosas.
•Ortega afirma la primacía absoluta del método racional del conocimiento, y en centro de la reflexión filosófica el problema de la vida.
Ortega propone el raciovitalismo para superar tanto al vitalismo como al racionalismo, aprovechando lo mejor de ellos.
EL PENSAMIENTO COMO NECESIDAD: IDEAS, CREENCIAS, DUDA.
El hombre necesita de la razón, del pensamiento para vivir. No es un don gratuito, es algo que el homínido ha tenido que desarrollar con gran esfuerzo, y no sólo para tener un instrumento, sino porque sentía que le faltaba algo. El hombre percibe desesperadamente que ignora, lo que no hace ni el dios no la bestia. El entender nace de la tensión de saber un poco y de reconocer que se ignora mucho.
Una de las formas de manifestarse el pensamiento es lo que llamamos ideas. Coordenadas por las que el hombre se orienta en el mundo y con las que pretende solucionar su necesidad radical y cualquier otra que pueda llegar. Pero idea es término multívoco:ideas: pensamientos que construimos y de los que somos conscientes.creencias: clase especial de ideas en las que vivimos, que son nuestra realidad
Responden a la distinción vida-razón, las creencias son nuestra vida, las ideas son la razón, con lo que pensamos. Las creencias nos tienen, nos poseen, son recibidas, están ahí antes que nosotros (salir a la calle).
Si se sitúa la duda en el proceso, las creencias se convierten en ideas. La duda no es originaria, no se pude vivir en la duda, la duda es tránsito entre una certeza y una idea. La duda hace salir de una certeza y que lleguemos a la duda, pero en la duda no se puede vivir. Por eso el filósofo y más el escéptico es el gran desazonador de la vida social, no deja creencia en pie.
Las ideas son pensamiento, Se puede morir por ellas, pero no vivir de ellas. Son construcciones de la realidad, no la realidad, las hace el hombre al separarse de la realidad, al ensimismarse. Las ideas pueden pasar a creencias y viceversa: así el racionalismo fue idea, luego paso a creencia y ahora de nuevo a idea. Esta dialéctica se da en la historia, se desvela en el raciovitalismo.
LA RAZÓN VITAL. RACIOVITALISMO.
Ya hemos visto que la vida es la realidad radical. Vida personal, en libertad, en el tiempo. La razón vital, que no es la racionalista ni la realista, funciona desde el sujeto en su totalidad, dentro de su circunstancia, en una determinada realidad social e histórica, y nunca como un entendimiento desarraigado del sujeto. La razón vital aparece realizada en la vida de cada ser humano, se concretiza, por tanto, en razón histórica. No son dos razones, sino una sola: razón vital e histórica, que comprende la vida en su devenir histórico.
La realidad radical del hombre, la vida va más allá de la vegetativa y sensitiva y enlaza con la histórica. Somos herederos, se nos han transmitido ideas, creencias, y también los errores. Es necesaria la conciencia histórica para darnos cuenta de esto. Esa conciencia histórica es la diferencia entre el animal y el hombre. Esto acabará con la » borrachera de insensatez » del XVIII, donde arraigó la convicción de que se podía vivir sólo con las luces de la razón, sin conectar con la historia, creencia que se muestra en el imperativo categórico, que olvida las circunstancias de nuestro obrar moral, las revoluciones sociales, que quieren hacer una humanidad nueva más allá de la historia o el urbanismo geometrizante, que construye ciudades a regla sin contar con la historia.
La razón histórica es tan razón como la pura, pero está capacita además para captar la realidad fluida que es la vida. Razón, vida e historia están unidas. Se dirige esta razón no al factum, sino al fieri.