Teorías de la Legitimación del Poder Estatal y la Relación Individuo-Estado

Formas de Legitimación del Poder según Max Weber

  1. Legitimación Tradicional: Se basa en el prestigio de las costumbres inalterables. Ciertas familias, dinastías o castas ocupan el poder porque «siempre ha sido así».
  2. Legitimación Carismática: Se asocia a un individuo excepcional que, por su personalidad extraordinaria y sus dotes de seducción, suscita admiración y respeto. Propio de regímenes autoritarios.
  3. Legitimación Racional-Legal: Se apoya en la existencia de leyes escritas, públicas y racionales, surgidas de la voluntad popular (democráticas), que regulan el ejercicio del poder.

La Relación Individuo-Estado en la Edad Moderna

Desde la Edad Moderna (siglo XVI), la preocupación central de la filosofía política es el ciudadano: persona perteneciente a un Estado que le garantiza unos derechos. Se destaca la preocupación por justificar y controlar el poder del Estado:

  1. El Estado Absolutista: Se justifica porque garantiza unos derechos que desaparecerían sin él. El monarca absoluto ofrece paz y seguridad. Es la propuesta de Thomas Hobbes (s. XVII).
  2. El Estado Liberal: Es legítimo porque garantiza derechos individuales y naturales, cuenta con el consentimiento de los ciudadanos, y divide el poder para evitar el abuso. Propuesta de John Locke (s. XVII).
  3. El Estado Democrático: Se legitima porque posee la «soberanía popular», ya que atiende a la «voluntad general» de los ciudadanos que lo forman. Propuesta de J.J. Rousseau (s. XVIII).

La Relación Individuo-Estado en la Edad Contemporánea

En el siglo XIX, el desarrollo del capitalismo evidencia la incapacidad de un individuo para defenderse ante posibles injusticias del Estado. Por ello surge la sociedad civil y el asociacionismo. La sociedad civil es el conjunto de personas y asociaciones que, sin pertenecer al Estado, participan en la vida pública. La sociedad política, sin embargo, será el conjunto de individuos y asociaciones que administran el poder político y gestionan la riqueza adquirida por los impuestos.

Hoy en día, la sociedad civil incluye asociaciones de consumidores, estudiantes, trabajadores, automovilistas, montañeros, jubilados, etc. Su objetivo es la defensa de los derechos de todos los ciudadanos. La sociedad civil es el principal mecanismo de participación democrática.

Tres Doctrinas que abordan la Relación Individuo-Estado:

  1. Liberalismo: Considera que el poder del Estado solo es legítimo si está sometido a la ley, garantiza derechos individuales (principalmente la propiedad) y cuenta con el consentimiento ciudadano.
  2. Anarquismo: Subraya el poder coactivo del Estado y lo considera opresivo y explotador. Por tanto, las instituciones represivas del Estado deben ser eliminadas y sustituidas por asociaciones cooperativas autogestionadas.
  3. Totalitarismo: Justifica el poder ilimitado del Estado porque persigue objetivos que trascienden los intereses individuales. Los individuos son reemplazables y prescindibles porque el Estado pretende transformar a la colectividad, realizando en la Tierra una ley necesaria. Un Estado es totalitario cuando convierte a los individuos en masas.

La Idea de Justicia: Dimensión Ética y Política

La Justicia como virtud ética se entiende como un principio o valor moral que sirve a las personas para regular nuestra conducta, juzgar la de los demás y decidir lo que se debe hacer (podría cambiar de unas personas a otras).

La Justicia como virtud política o valor social se refiere a una idea institucionalizada en la vida política que intenta materializarse en el Derecho, en un sistema normativo concreto (puede cambiar de una tradición o cultura a otra).

La Justicia según los Sofistas y Platón

Los sofistas entendían por justicia una convención, un mero acuerdo entre ciudadanos para no transgredir la ley, al menos en público. Todo es opinable y relativo; no se puede concebir objetivamente qué es justo o bueno.

Platón considera la Justicia como virtud perfecta. Defiende que hay que distinguir diferentes partes en el alma humana, en la sociedad, y diferentes virtudes éticas. La Justicia es la armonía entre todas esas partes. En la sociedad ideal de Platón debe gobernar el más sabio de la ciudad, y el alma debe guiarse por la razón para que cada clase social cumpla su función y cada parte del alma se comporte según la virtud que le corresponde. Platón defiende la aristocracia (el mejor poder) y la meritocracia, ya que defiende el intelectualismo político y ético.

Maquiavelo: El Padre del Realismo Político

Maquiavelo es una de las figuras más importantes del Renacimiento y escribió «El Príncipe», que constituye una guía para dirigir con éxito los asuntos políticos. Es el primer pensador que utiliza el término «Estado» y defiende la total separación de la ética y la política. Argumenta que, en la vida política real, conseguir y mantener el poder depende de las «razones de Estado». Por eso, la mentira, la manipulación o el asesinato pueden estar políticamente justificados, aunque no sean éticamente justificables.

Con esta postura realista, Maquiavelo creó la ciencia política, estableciendo:

  1. Su objeto de estudio: el arte de conquistar y conservar el poder en el Estado, que es resultado de la acción humana.
  2. El método de estudio: la observación de los hechos políticos para establecer las leyes.

Conclusiones Maquiavélicas:

  1. La virtud del «buen» gobernante radica en el cálculo prudente, la astucia y la fuerza.
  2. La Historia demuestra que el gobernante no debe confiar nunca en la suerte, aunque deba tenerla en cuenta.
  3. La política está separada de la ética. La virtud suprema del político es alcanzar y conservar el poder, por lo que, en política, «el fin justifica los medios» siempre y necesariamente.

Conceptos Básicos del Contractualismo Moderno

Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, los filósofos mantienen teorías diversas, pero coinciden para explicar el origen de las sociedades humanas. Debemos distinguir:

  1. El Estado de Naturaleza: Situación hipotética que «quizá nunca haya existido» (Rousseau), en la que habrían vivido los hombres absolutamente libres, iguales e independientes, antes de que existieran las leyes escritas o el poder estatal.
  2. El Contrato Social: Supuesto acuerdo o pacto al que llegaron los hombres para superar los inconvenientes que tenía la vida en el estado de naturaleza.
  3. La Sociedad Civil: La organización estatal que conocemos, que posee una legislación, unas autoridades con fuerza real para imponer el orden legal, y clases sociales.

El Contractualismo de Hobbes, Locke y Rousseau

Thomas Hobbes (1588-1679):

Defiende el Estado como garantía de la seguridad y el orden. En «El Leviatán», según él, cada hombre, como animal que es, vive dominado por su instinto de supervivencia («homo homini lupus est»). El Estado de Naturaleza se rige por la ley del más fuerte. La monarquía absoluta queda justificada como el modelo de Estado que surge de un contrato voluntario y artificial, en el que los hombres ceden todos sus derechos (excepto la vida) a un rey a cambio de seguridad y orden.

John Locke (1632-1704):

Defiende el parlamentarismo, el liberalismo y la representatividad en su «Tratado del Gobierno Civil». Según él, todo hombre posee derechos inalienables que nadie le puede quitar, algo que todo ser racional comprende. Que no haya un Estado que los garantice plantea el inconveniente de que muchos ciudadanos no serán capaces de defenderlos por sí mismos. Los hombres prefieren ceder ese poder a una autoridad que tenga potestad para imponer la ley ante todos, pero ninguna autoridad priva al hombre de sus derechos. El Estado se justifica por la defensa de los derechos individuales, y para que no abuse de su poder, este debe estar separado en legislativo, ejecutivo y federativo. Propone una monarquía parlamentaria y constitucional.

Jean-Jacques Rousseau (1712-1778):

Defiende la democracia, la voluntad general y la soberanía popular. Cree que los hombres son buenos por naturaleza, por lo que el Estado de Naturaleza sería un estado de igualdad y libertad en el que no habría leyes. Sería una vida feliz, pacífica y solitaria. En el Contrato Social, los individuos entregan todos sus derechos a la comunidad, buscando el interés común a través de la voluntad general (no la individual). El objetivo del Estado es la soberanía popular (todo el poder reside en el pueblo). La república democrática es el único gobierno legítimo.

Montesquieu: La Separación de Poderes

Según Montesquieu, es necesario que el gobierno sea tal que ningún ciudadano pueda temer nada de otro. La separación de poderes es la condición necesaria para que haya libertad política. Montesquieu se muestra más preocupado por el abuso de poder como amenaza de la libertad que por el consenso o contrato que legitiman al Estado.

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