¿Cómo defiende Mill que la utilidad de la acción es el fundamento de la moral?
El utilitarismo establece como fundamento de la moral la Utilidad o el Principio de la mayor Felicidad; mantiene que las acciones son correctas en la medida en que tienden a promover la felicidad. Por felicidad se entiende el placer y la ausencia de dolor, y por infelicidad, el dolor y la falta de placer.
Todo lo deseable lo será por su placer inherente o por ser un medio para la promoción del placer y la evitación del dolor. Ante la acusación de que una vida sujeta a este criterio moral sería propia de los cerdos, Mill responderá que los humanos poseen facultades más elevadas que los apetitos animales, y una vez que son conscientes de su existencia, no consideran como felicidad nada que no incluya la gratificación de estas facultades.
Los utilitaristas habían basado la superioridad de los placeres mentales sobre los corporales en sus ventajas circunstanciales más que en su naturaleza intrínseca. Para Mill, la diferencia es más cualitativa que cuantitativa: entre dos placeres, si hay uno al que todos, o casi todos los que han experimentado ambos, conceden una decidida preferencia, ese es el placer más deseable. Pocas criaturas humanas consentirían en transformarse en alguno de los animales inferiores ante la promesa del más completo disfrute de los placeres de una bestia. ¿Por qué? Por un sentimiento de dignidad que poseen todos los seres humanos en uno u otro grado y que guarda cierta correlación con sus facultades más elevadas.
Defensa del Principio de Utilidad
Veamos cómo Mill defiende, frente a las críticas que formularemos a modo de preguntas, que el principio de utilidad o de la mayor felicidad es el fundamento de la moral:
Críticas y Respuestas
¿No se condena con este criterio de moralidad al ser humano a la infelicidad?
No. Es mejor ser un ser humano insatisfecho que un cerdo satisfecho, mejor un Sócrates insatisfecho que un necio satisfecho.
¿No eligen algunos individuos los placeres inferiores?
Porque no tienen o han perdido la capacidad de disfrute de los superiores.
¿No es la felicidad inalcanzable?
El criterio utilitarista no busca sólo la felicidad, sirve para prevenir y mitigar la infelicidad.
¿No se puede prescindir de la felicidad individual?
Involuntariamente o sacrificándose para lograr la felicidad general.
¿No es una exigencia excesiva?
No, porque en la búsqueda de la felicidad general se encuentra la propia.
¿No es un principio ateo?
No, porque Dios desea la felicidad de la humanidad.
¿No es un principio que requiere tiempo para su aplicación concreta?
Contamos con la experiencia acumulada por la humanidad sobre lo útil.
¿No nos puede llevar el principio de la utilidad en su aplicación concreta a la inmoralidad?
No, porque lo verdaderamente útil no puede ser inmoral y cabe la posibilidad de excepciones en la aplicación de las reglas morales. Aunque sea difícil en ocasiones la aplicación del criterio, siempre será mejor que carecer de él, dando lugar a la parcialidad.
Fuerza Vinculante del Principio de Utilidad
¿Tiene fuerza vinculante el principio de utilidad o de felicidad general?
La misma que cualquier otro, la de esperar conseguir el favor y evitar el rechazo de nuestros semejantes o el de Dios; esperar obtener el placer y evitar el dolor que se derivan de seguir o violar los dictados de nuestra conciencia, de un sentimiento presente en nuestro espíritu. Así pues, el fundamento de toda moralidad (excluidas las sanciones externas) es la presencia en el ser humano de una fuerza vinculante, y la experiencia demuestra que ésta existe en individuos debidamente educados que desean armonizar sus sentimientos con los de sus semejantes.
Prueba del Principio de Utilidad
¿Prueba del principio de utilidad o de la mayor felicidad general como fundamento y criterio moral?
La felicidad es deseable porque todos la desean. La felicidad es el mayor bien, el fin último de toda acción, y si la felicidad individual es el mayor bien para cada uno y la felicidad general es el mayor bien para todos, la felicidad general será deseable porque todos la desean.
La felicidad general ¿es el único criterio moral?
Sí. Todo lo demás es un medio. La virtud es deseable como medio para alcanzar la felicidad, pero por asociación con ella pasa a formar parte del fin y es entonces, y no antes, cuando se desea por sí misma. Por otra parte, si en ocasiones parece que existe un criterio moral distinto al de la búsqueda de placer y huida del dolor, es sólo por causa del hábito.
Pero, ¿todos deseamos la felicidad general?
Ahora no, porque nos encontramos en un estadio relativamente primitivo del desarrollo humano en el que sólo una minoría de personas con un sentimiento social desarrollado no consideran a sus semejantes como rivales a los que derrotar para alcanzar la felicidad. Pero este sentimiento de unidad se acrecentará ante el progreso incesante del espíritu humano hasta que no se piense o desee nada que beneficie a un individuo particularmente que no incluya los beneficios de los demás.