Conjunción de Razón y Fe: Exploración del Pensamiento Tomista y la Filosofía Cristiana

Razón y Fe en Tomás de Aquino

Para Tomás de Aquino, la Fe es superior a la Razón en cuanto a la fuente y garantía de verdad, así como en el grado de certeza. Sin embargo, en cuanto a la claridad de lo conocido, la Razón es superior, pues se ocupa de lo que tiene evidencia, mediata o inmediata. La fe, por su parte, versa sobre «lo no-evidente». Por tanto, globalmente la Fe es superior: «La Fe no está contra la Razón, sino sobre la Razón».

La «teoría de la doble verdad» es rechazada por inadmisible: no puede haber dos posturas contrarias entre sí y ambas verdaderas. Por el contrario, Tomás de Aquino afirma que entre Fe y Razón hay una mutua autonomía que nunca puede traducirse en contradicción. Esa autonomía no impide la existencia de verdades «comunes», a cuyo conocimiento puede llegarse indistintamente por ambas vías. A estas verdades las denomina preámbulos de la fe, verdades necesarias para la salvación del hombre y cuyo conocimiento no requiere inexcusablemente de la revelación, pues el hombre puede llegar a conocerlas por la mera razón. El conocimiento de estas verdades constituye el objeto de la teología natural. Ejemplos de estas verdades, accesibles a la razón, serían la existencia de Dios y la inmortalidad del alma humana.

En el campo de la teología sobrenatural se pone de manifiesto la complementariedad entre Fe y Razón, pues la revelación sólo aporta los principios, de los que la Razón extrae, desarrolla y muestra todo su contenido. Un ejemplo es el dogma de la Trinidad. En resumen, para Tomás de Aquino, entre Fe y Razón no hay ni puede haber contradicción, pues ambas buscan la verdad.

Principios fundamentales de la filosofía tomista

a) Principios aristotélicos

Tomás de Aquino aceptará la teoría empirista de Aristóteles de que todo conocimiento comienza por los sentidos.

b) Principios no aristotélicos

Asume dos principios platónicos: la participación, lo que supone una modificación radical del aristotelismo, y la causalidad ejemplar, pero no de las ideas respecto al mundo sensible, sino a Dios como modelo que imitan imperfectamente las criaturas.

Cristianismo y Filosofía

El periodo helenístico comienza con la muerte de Alejandro Magno y acaba con la cultura clásica pagana, dejando al cristianismo como única visión del mundo. En el cristianismo hubo un tiempo de formación muy amplio, casi hasta el siglo VI d.C. El primer representante de la filosofía cristiana fue Agustín de Hipona.

En la filosofía helenística, la corriente principal es el estoicismo, cuyo máximo representante es Zenón. Otras corrientes muy importantes son el epicureísmo, cuyo creador es Epicuro, y el escepticismo, cuyo máximo representante es Pirrón. Los problemas éticos van a acaparar el pensamiento filosófico. En este periodo, las escuelas se desdibujan un poco, siendo cada persona la que monta su filosofía, tomando lo que más le gusta de cada corriente.

En cuanto a la religión, también hay tres corrientes: el hermetismo, que habla de tres dioses (uno padre, otro hijo y uno que crea el mundo sensible); la gnosis, que intentaba conocer lo divino; y las religiones mistéricas, que son las que más influyen en el cristianismo. Los cultos que realizaban se llamaban misterios, y creen en un dios que muere y resucita, un dios semejante a nosotros y cercano. Las religiones no eran excluyentes, se podía creer en más de un Dios, pero el cristianismo introdujo la idea contraria.

Jesús de Nazaret es el fundamento del cristianismo, pero no el fundador; es de origen cristiano. No se sabe nada sobre su niñez y adolescencia, solo de su vida pública. Se ganaba la vida como carpintero. En torno al año 30 d.C. se inicia su actividad pública junto a Juan el Bautista, de quien es discípulo.

Roma acaba con la vida de Jesús por verlo como un peligro para ellos, y lo condena a muerte por levantar al pueblo contra el gobierno. El año de su muerte puede ser el año 30 o 33 d.C. Un mesías es un ser humano sin ninguna posibilidad de divinización, elegido por Dios para llevar a cabo una tarea. Esta tarea se lleva a cabo en la historia, y dependiendo de su fracaso o éxito, se muestra como prueba irrefutable de si es el verdadero mesías o no. La tarea era la instauración del reino de Dios en la tierra. Para seguir creyendo que Jesús es el mesías hay que verlo desde una perspectiva no judía.

Cuando Jesús muere, sus discípulos piensan que su segunda venida es inmediata y Dios lo resucita. El cristianismo, como lo conocemos hoy en día, fue San Pablo quien fundó sus bases. Si pusiéramos en orden los escritos del Nuevo Testamento, lo primero que deberíamos leer son las cartas de Pablo, después los cuatro evangelios, los cuales aceptó la Iglesia de entre 80 evangelios existentes.

El cristianismo cree que la filosofía es un proyecto fracasado, ya que la filosofía trata de la búsqueda de la verdad, a la que se han dedicado los hombres durante siete siglos sin conseguir su objetivo. El evangelio de Juan identifica la verdad filosófica como el «Logos Christo«. Para el cristianismo, la verdad y el conocimiento son un favor divino, y creen al ser humano incapaz de alcanzar la verdad por sí mismo.

Se basa en que la encarnación del Logos Christo es imprescindible para la salvación del hombre, es la verdad. El cristianismo desprecia la filosofía, considerándola inútil y perjudicial. El máximo exponente de esta idea es Tertuliano, quien dice que la filosofía tiene la culpa de todas las herejías que se producen en el seno del cristianismo, ya que la filosofía engaña a la gente. El cristianismo permite el uso de la filosofía cuando les beneficia. Uno de sus usos es el uso propedéutico, que puede prepararte para el cristianismo. Se refiere a algunos elementos que tienen que ver con el cristianismo. La otra función que aceptan es la apologética, una respuesta filosófica a un ataque filosófico al cristianismo. Estos dos usos tienen valor porque favorecen al cristianismo, si no, no la tendrían.

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