La relación entre la filosofía de Platón y el pensamiento de Sócrates y los sofistas
La influencia de Sócrates en Platón
Platón construye su sistema filosófico sobre un diálogo crítico con la filosofía anterior, especialmente con Sócrates. Si de la tradición jonia Platón heredó el espíritu racionalista, de Sócrates heredó la aplicación de la razón a los problemas éticos y políticos.
Del «intelectualismo moral» de Sócrates, Platón hereda una visión racionalista, objetivista y universalista de la moral. Influenciado por Sócrates y el Pitagorismo, Platón creía en verdades morales objetivas y universales, como el «Bien en sí» y la «Justicia en sí», con fundamento racional y validez universal.
Pitágoras le enseñó a Platón la existencia de verdades objetivas, necesarias y universales, ejemplificadas en las matemáticas. Sócrates orientó esta búsqueda hacia la moral y la política. Como Sócrates, Platón creía que para hacer el bien primero hay que conocerlo (el Bien en sí). Heredó de Sócrates la concepción de la moral como la aspiración al perfeccionamiento del alma mediante el conocimiento, especialmente el autoconocimiento, y la búsqueda racional del bien y la justicia. La «vida buena» es una vida guiada por la razón y basada en el desarrollo de las virtudes morales.
Ideas heredadas de Sócrates:
- El conocimiento es una virtud y es necesario para ser virtuoso.
- Quien conoce el bien se siente obligado a hacerlo.
- Solo el conocimiento lleva a la justicia y a una vida buena y feliz.
- Quien hace el mal lo hace por ignorancia, no voluntariamente.
Estas ideas, derivadas del «intelectualismo moral» socrático, permean la obra de Platón y lo sitúan junto a Sócrates en su polémica con los sofistas.
La crítica de Platón a los sofistas
Los sofistas, «nuevos maestros» de la democracia ateniense, reemplazaron a los poetas y su sabiduría tradicional. Criticaron la moral tradicional, revelando el carácter convencional de las leyes. Defendieron la democracia y reformas igualitaristas, como la abolición de la esclavitud.
Sin embargo, para Sócrates y Platón, los sofistas eran maestros de la retórica que menospreciaban el conocimiento y la verdad. Enseñaban a «vencer» en debates dialécticos usando la persuasión en lugar de la razón. Platón veía en los sofistas la causa del relativismo y escepticismo que llevaron a Atenas a la demagogia y la corrupción. Los políticos, sin escrúpulos morales, anteponían sus intereses a la justicia y al bien común.
Frente al subjetivismo, relativismo y pragmatismo utilitarista de los sofistas, quienes sostenían que la moral se basa en puntos de vista subjetivos, normas convencionales y la búsqueda de poder y prestigio, se desarrolló el racionalismo objetivista y universalista iniciado por Sócrates y continuado por Platón.