David Hume
El Conocimiento
Todo nuestro conocimiento tiene como objeto inmediato las percepciones. Son los contenidos de mi mente de los que tengo conciencia. Nada hay en la mente distinto a sus percepciones (principio de inmanencia).
Impresiones e Ideas
División según su vivacidad
Todas las percepciones del espíritu humano se reducen a dos especies distintas: impresiones e ideas. La diferencia entre una y otra es de vivacidad.
Las impresiones son las percepciones más fuertes, más vivas. Pueden ser externas, como ver, oír; o internas, como las emociones, los deseos o las pasiones. Las percepciones débiles son las ideas. No hay ideas innatas. Para asegurarse de la realidad de una idea, es necesario y suficiente encontrar la impresión de la que proviene.
Por ejemplo:
- Percibo la clase: paredes, encerado… impresión.
- Cierro los ojos: percibo lo mismo, pero menos vivo… idea.
Así, las impresiones son todas nuestras sensaciones, las ideas son imágenes débiles de las impresiones.
División según la posibilidad de ser divididas o no
Tanto las impresiones como las ideas pueden ser:
- Simples: No admiten distinción ni separación (el color azul, la idea de azul), son las de mayor valor cognoscitivo.
- Complejas: Cuando se pueden separar (manzana: varios colores + forma + tamaño).
Impresiones simples → Percepciones complejas
Ideas: simples, complejas: ideas generales, relaciones, modos, sustancias
División según el origen de las percepciones
Impresiones de sensación y de reflexión. Las primeras surgen en el alma originariamente, de causas desconocidas. Las segundas se derivan en gran parte de nuestras ideas en este orden: impresión (de ahí una idea) – copia de ella y permanencia en el espíritu: idea – retorno de esa idea al alma produciendo nuevas impresiones: impresión de reflexión – copia de ella por la memoria y la imaginación: idea – producción de nuevas impresiones…
Impresiones sensoriales:
De sensación: dolor y placer.
De reflexión: emociones, deseos, pasiones, conexión necesaria.
Relación entre Impresiones e Ideas
- Semejanza: Entre impresiones e ideas simples hay gran semejanza. Toda percepción de la mente aparece a la vez como impresión e idea: pared (impresión), cierro los ojos (idea), distinto grado de viveza, pero muy semejantes. Con las complejas no pasa igual, pues algunas ideas complejas no han tenido impresión correspondiente: Europa.
- Correspondencia: A toda idea simple le corresponde una impresión simple.
- Representación: Las ideas no son copia exacta, son representación de la experiencia: las ideas son imágenes de las impresiones.
- Pensamiento: La impresión siempre es anterior a la idea, es causa de la idea.
- Origen: La idea se origina en la impresión, que le precede. Entonces: una idea es verdadera si proviene de alguna impresión (criterio de discriminación). El criterio y límite de nuestro conocimiento son las impresiones.
Relaciones entre Ideas
Nuestras ideas complejas proceden de la asociación de las simples. Éstas se asocian mediante tres leyes o principios:
- La semejanza: Una pintura conduce naturalmente nuestro espíritu a su original.
- La contigüidad espacio-temporal: La mención de una habitación en un edificio nos lleva a preguntar por las demás.
- La relación causa-efecto: Si pensamos en una herida, no resulta fácil no pensar en el dolor siguiente.
Las tres leyes se pueden reducir a un único principio: el hábito (principio de asociación de ideas).
Ámbitos de Conocimiento
Dos tipos de conocimiento:
- De relaciones entre ideas: Todas las ideas tienen su fundamento en las impresiones, pero podemos conocer las ideas sin recurrir a las impresiones: El todo es mayor que la parte (será verdad independientemente de que haya en la realidad todos y partes). Es una relación independiente de los hechos. Estas formulaciones se llaman analíticas y necesarias. La lógica y la matemática son así.
- De cuestiones de hecho: Además del anterior, tenemos un conocimiento de hechos, basado en las impresiones: el conocimiento de esta clase, de las cosas del mundo físico, etc. De ellas no tenemos nunca absoluta evidencia. Lo contrario de una cuestión de hecho es, en cualquier caso, posible, pues jamás puede implicar una contradicción: que el sol no saldrá mañana no implica mayor contradicción que decir que sí saldrá.
Consecuencias
- Crítica del innatismo: No hay ideas innatas, ni hace falta. Para asegurarse de la realidad de una idea, es necesario y suficiente señalar la impresión de donde viene.
- Crítica de la abstracción: Todas las ideas son particulares, ya que son débiles copias de las impresiones. No se puede pensar abstractamente un triángulo. La idea particular se convierte en general al vincularla a un término general. Este evoca otras ideas particulares parecidas, así la idea general se funda en la asociación de ideas.
El origen de nuestro conocimiento se halla en la experiencia.
El límite de nuestro conocimiento se halla en la experiencia: Además, sólo tengo experiencia de las percepciones actuales (impresiones) y de las pasadas (ideas), no de las futuras.
El criterio de verdad de nuestro conocimiento se halla en la experiencia: siempre hay que remitir las ideas a las impresiones.