Genealogía de la Moral y Nihilismo en Nietzsche: Una Transformación de Valores

Genealogía de la Moral: La Transmutación de Valores

En su obra La genealogía de la moral, Nietzsche realiza una retrospectiva de su pensamiento y expone la destrucción del sistema moral europeo y de la filosofía cristiana. El método que utiliza para analizar la historia de los valores morales se denomina genealogía. La principal consecuencia de este método es la negación del carácter absoluto y universal de los valores morales. Nietzsche aborda la cuestión moral desde un relativismo histórico y cultural, presentando la genealogía como:

  • Un relato descriptivo del origen y desarrollo histórico-psicológico de las doctrinas morales.
  • Una interpretación de los significados de «bueno» y «malo».

Nietzsche señala que la ética aristocrática se fundaba en el individuo y valoraba la salud, la juventud, el orgullo, la fuerza y el deseo de dominio. Esta ética de los fuertes fue reemplazada por la moral de los débiles, impulsada por el cristianismo. Los nuevos valores impuestos en Occidente fueron producto del resentimiento hacia los más fuertes: el pudor del cuerpo, la vergüenza, la humildad, el ascetismo, la resignación y la renuncia a afirmar la vida en su plenitud. Esto provocó que actitudes vitales antes consideradas buenas pasaran a ser malas.

Inicialmente, los términos «bueno» y «malo» significaban:

  • Bueno: las cualidades del hombre fuerte, noble y poderoso.
  • Malo: las cualidades del hombre vulgar, simple y pusilánime.

Estas valoraciones surgían de una forma de ser y de estar en la vida y en la sociedad. Sin embargo, con la aparición de la clase sacerdotal, la religión, una metafísica hostil a los sentidos y el concepto del «otro mundo», el alma humana se considera malvada. Se produce así una transvaloración: se llama malvado al que antes era bueno y bueno al que antes era malo.

Como resultado, se oponen dos tipos de moral:

  • La moral de señores: propia de los fuertes, de quienes tienen plenitud de vida. Sus características son la arrogancia, la fuerza, la euforia, la confianza en el destino, la fe en sí mismo, la actividad, la crueldad, la dureza y la insensibilidad.
  • La moral de esclavos: propia de los débiles. Sus características son la compasión, la humildad, la resignación, la obediencia y la renuncia. El rasgo esencial de los esclavos es el resentimiento hacia los fuertes. Los débiles, dominados por el ansia de venganza, al no poder tomar revancha, almacenan sus deseos, convirtiéndolos en resentimiento, que finalmente vence al dinamismo de los fuertes y origina la moral europea.

En este sentido, Nietzsche vincula el concepto de «malvado» a la transvaloración que ocurre con la invención del cristianismo. Para Nietzsche, el cristianismo:

  • Es el heredero de esta transvaloración moral realizada por la tradición judeocristiana.
  • Es la religión del resentimiento y del odio profundo contra los nobles, los poderosos y los veraces.

Nietzsche considera necesario realizar una nueva transmutación de valores que implique rebelarse contra los valores del cristianismo. Propone la creación del superhombre, quien centra sus pasiones en la exaltación de la propia individualidad. La muerte de Dios consistiría en la transmutación de los valores y en un cambio en el sentido de la existencia con la aparición del superhombre. Por este motivo, Nietzsche predica una nueva moral e impulsa a romper las viejas tablas para crear otras nuevas. Pide que se reinvente qué es el bien y qué es el mal, y que se tenga el valor de abandonar el conformismo ante unas tablas de valores de supuesto origen divino. Nietzsche cree que los hombres permanecerán dormidos hasta que se derribe a los dioses y se destruyan las tablas de los justos y de los buenos. Considera imprescindible despertarlos y sacarlos de su pereza para que creen nuevos valores y escriban nuevas tablas, devolviendo a la tierra su papel determinante en la existencia.

El Nihilismo en Nietzsche

Nihilismo viene del latín nihili, que significa «nada», y ocurre cuando los valores de la metafísica pierden su credibilidad y dejan de ser importantes para el hombre. La realidad carece de sentido. Nietzsche utiliza el término según la voluntad de poder en un sentido activo y pasivo, distinguiendo:

  • Nihilismo activo y positivo: el creciente poder del espíritu. Va ligado al superhombre que asume la muerte de Dios, el fin de la metafísica y de cualquier sistema de valores que se oponga a la vida.
  • Nihilismo pasivo y negativo: la decadencia y retroceso del poder del espíritu. Va ligado a la pérdida de sentido de la existencia e implica:
    • I. La negación de la vida. Todos los sistemas éticos, religiones y metafísicas desarrolladas en Occidente han sido estrategias para dar seguridad a los débiles, a los que no aceptan la vida en su incertidumbre y tienen que refugiarse en un mundo trascendente.
    • II. La crisis de la cultura occidental. La crisis de valores en la que vive el ser humano, este nihilismo se percibe en la laicidad de la sociedad y en el sentido de vacío existencial. Por este motivo, el hombre moderno inventa nuevas creencias, dando un sentido religioso a las ideologías políticas y a la ciencia. El hombre europeo prefiere, como dice Nietzsche, «querer la nada a no querer nada».

Las pulsiones son la base de toda nuestra experiencia y se manifiestan a través del instinto. Ese mundo de las pulsiones es un mundo oculto, incontrolable. Pero no hay cosa en sí, no hay nada más allá de lo terrenal; ese es el nihilismo extremo que descansa en una afirmación de la vida. Nietzsche reacciona contra este nihilismo pasivo. Con el nihilismo activo, critica todos los aspectos de la cultura occidental y, con el superhombre, promueve la creación de una civilización que diga sí a la vida.

Hay que destacar la huella de Nietzsche, cuya lectura ha provocado tanto críticas como elogios. Habermas, por ejemplo, considera que la crítica de Nietzsche a la razón supuso el ascenso de «lo otro de la razón» y, en consecuencia, no ha ofrecido una razón alternativa. Por el contrario, Franco Rella mantiene que Nietzsche desvela una nueva experiencia de la verdad.

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