Marx
El Problema de la Realidad Social
Marx afirma que la realidad se crea y fundamenta en la relación dialéctica entre la naturaleza y el hombre, un proceso histórico-social estudiado por el materialismo histórico. Este proceso, también económico, está determinado por los modos de producción y las propiedades (privada y común).
Marx distingue dos elementos en la estructura social: la base económica (infraestructura), que organiza la producción material; y la superestructura (cultura, leyes, costumbres, etc.). Entre ambas existe una relación dialéctica, influyéndose mutuamente.
La base económica cambia cuando surgen contradicciones que llevan a la sociedad a la crisis. Estas contradicciones (negativas del sistema capitalista) son condiciones para la transformación revolucionaria. Estas condiciones pueden ser objetivas (elementos de la producción económica) o subjetivas (conciencia humana para el cambio).
Para evitar la revolución, la superestructura crea la ideología: un conjunto de ideas que justifican y mantienen el sistema, creando falsas ideas en el individuo. La religión juega un papel importante, creando alienación al ofrecer consuelo sin necesidad de cambiar el mundo.
Para analizar la realidad social, hay que analizar el capitalismo. Esta sociedad se divide en clases contrarias: la burguesía (dueña de los medios de producción) y el proletariado (vendiendo su fuerza de trabajo). De aquí surge la explotación y la lucha de clases. Esta explotación se basa en la alienación del trabajo: el valor del producto creado por el proletariado no le pertenece, generando plusvalía para la burguesía. El trabajador ve su capacidad de transformar el mundo pero la reniega.
Por ello, es necesario acabar con el capitalismo y la sociedad de clases mediante la revolución.
El interés del proletariado es universal: su liberación individual libera a todos. Pero antes debe adquirir conciencia de clase, entendiendo que la revolución es el único método contra el capitalismo. Con la socialización de los medios de producción, el ser humano podrá desarrollar su praxis y ser libre en una sociedad comunista.
Marx defiende la propiedad común (“Omnia sunt communia”: todo es de todos).
Marx no detalla la sociedad comunista, solo indica que el tránsito se haría a través de la “dictadura del proletariado”, que significa el gobierno del proletariado para suprimir la lucha de clases e igualar la sociedad.
El Problema del Ser Humano
Marx critica la concepción heredada del ser humano. Afirma que el ser humano es concreto, sensible y corporal, priorizando el cuerpo sobre el alma y lo singular sobre lo abstracto.
El ser humano se realiza mediante el trabajo y en sociedad. El trabajo creativo (“trabajo vivo”) libera y realiza al ser humano; el trabajo explotador (“trabajo muerto”) esclaviza.
Marx distingue cuatro formas de alienación: económica y social (infraestructura); religiosa y filosófica (superestructura). Todas esclavizan al ser humano tratándolo como mercancía.
Las relaciones sociales son existenciales, posibilitando y condicionando la existencia individual.
Nietzsche
El Problema del Conocimiento: Epistemología
Nietzsche critica el dualismo ontológico y epistemológico de Platón, la creación de dos mundos y dos maneras de conocimiento que desvaloran el mundo real. Los conceptos no son la realidad; la realidad es dinámica, múltiple y caótica, no estática, fija y simple.
La invención de un mundo superior es producto del resentimiento y miedo a la vida. Los filósofos son resentidos.
La “voluntad de verdad” usa la razón para afirmar la supremacía de las esencias y busca una verdad absoluta. Nietzsche afirma que la realidad no tiene finalidad ni meta, es múltiple y cambiante, dada en perspectivas individuales. La voluntad de verdad es falsa al buscar una verdad absoluta inexistente.
Nietzsche defiende la “voluntad de poder”: asumir la realidad tal cual es, cambiante, aceptando las distintas perspectivas. Los conceptos son metáforas.
La primera metáfora es la imagen mental, luego convertida en palabra (metáfora de la metáfora). Las ideas abstractas son metáforas alejadas de la realidad. Estos conceptos, al vivir en sociedad, se han establecido en el lenguaje. Con el tiempo, se olvida el origen metafórico, creando un concepto universal como verdadera realidad (esencia).
Nietzsche critica que en filosofía la “verdad” es lo más abstracto e imaginativo, alejado de la realidad. Critica las ciencias positivas que matematizan lo real, expresando solo números sin entender el ser humano ni la vida.
El Problema del Ser Humano, de la Moral y de Dios: Antropología, Ética y Teología
Nietzsche valora los instintos, deseos, sentimientos y pasiones humanos.
Tiene una visión pesimista del ser humano, un animal cuya única defensa es la inteligencia. Es débil, creyéndose el centro de todo. Debe evolucionar hacia el “superhombre”, con voluntad de poder, no de verdad.
Antes de ser “superhombre”, el ser humano sigue la moral tradicional (“moral de los esclavos”): rechazo a la vida, antinatural, negando instintos, deseos, etc. Su fundamento es Dios, con la verdad única, sacrificando la vida individual por una futura. Dios es enemigo del superhombre (voluntad de verdad vs. voluntad de poder). Hay que acabar con Dios y la voluntad de verdad, negando a Dios.
“Dios ha muerto y los hombres somos sus asesinos”. Esta muerte simboliza el triunfo de la voluntad de poder. Los valores tradicionales se derrumban, surge el nihilismo (nada). Tiene dos sentidos: negativo (sinsentido existencial); positivo (cambio de valores, creación del superhombre).
El cambio de valores no es solo reemplazarlos, sino cambiar la forma de valorar. El superhombre lo hará, con voluntad de poder, no de verdad.
El superhombre pasa por tres fases: el camello (deber racional); el león (nihilista rebelde, incapaz de crear nuevos valores); el niño (la vida como juego, creación artística para crear valores).
El superhombre tiene voluntad de poder, rechaza la moral del esclavo y crea nuevos valores, creador de su propia vida.
Wittgenstein
El Problema del Conocimiento y la Realidad: Epistemología
Wittgenstein busca los límites de lo que se puede conocer y hablar con sentido. La filosofía no demuestra, solo argumenta. Hay que crear los límites del lenguaje y relacionar la realidad con el pensamiento humano.
Wittgenstein tiene dos etapas: la del Tractatus Logico-Philosophicus y la de las Investigaciones filosóficas.
En el Tractatus, parte de la estructura de la realidad, lógicamente posible, reducida a un conjunto de hechos. Estos son los “hechos atómicos”, la relación más simple entre cosas individuales e indivisibles (ejemplo: mesa, papel, suelo; el hecho de si el papel está en la mesa o en el suelo).
Wittgenstein defiende el principio de isomorfía: relación lógica entre lenguaje y realidad (proposiciones con sentido). Es posible hablar del mundo porque las estructuras lógicas del lenguaje y el mundo se relacionan. El lenguaje fija el límite de lo que podemos conocer. Pero la relación lógica no implica verdad, puede haber proposiciones verdaderas o falsas. Las proposiciones sin sentido son pseudoproposiciones (matemáticas o filosóficas).
En las Investigaciones filosóficas, abandona la isomorfía y defiende los juegos del lenguaje y su uso. El significado depende del empleo del lenguaje, con reglas que no se pueden saltar. Cada situación y uso tiene reglas distintas. La filosofía busca los límites del lenguaje y aclara los términos para su correcto uso.