Sintesis teorica ,de la teoria de las ideas platon


1ª Síntesis teórica o doctrinal: Teoría de las Ideas

El principio motor del pensamiento de Platón es la búsqueda de una realidad fija, estable y necesaria frente al cambio, la movilidad y la contingencia de las cosas del mundo físico. La necesidad de un conocimiento universal llevó a Platón a suponer la existencia de un mundo de Ideas o Formas, que son lo único que verdaderamente existe, accesibles sólo al conocimiento intelectual (es decir, “inteligibles”, no sensibles), y de las cuales el mundo sensible o material es una simple e imperfecta copia.
La nota distintiva del pensamiento platónico es, pues, su aspiración hacia una realidad absoluta, la cual se concreta en la “teoría de las Ideas”, con la que trata de dar respuesta y solución a los tres grandes problemas: los del ser, del saber y del obrar, planteados por los filósofos anteriores: Heráclito (las realidades están en un cambio permanente, en un constante fluir, todo es mutable); Parménides (la Realidad es el Ser, un Ser estático, inamovible y eterno, totalmente opuesto al ser de Heráclito); Protágoras y los sofistas (el conocimiento es relativo, no existe la verdad absoluta, cada uno tiene sus propias “verdades”); Sócrates (es necesario un concepto estable que haga posible la definición para que haya entendimiento entre los hombres).
Platón establecerá en su sistema una gran síntesis de todos ellos afirmando los conceptos estables, las realidades permanentes, al mismo tiempo que dando cabida a las realidades cambiantes de las que nos informa el conocimiento sensitivo. En definitiva, una doble realidad: el mundo de las Ideas y el mundo sensible, en el plano ontológico o del ser; y un doble conocimiento: el racional y el sensitivo, en el plano epistemológico o del conocimiento. 
La teoría de las Ideas es resultado de la combinación del conceptualismo socrático con la ontología de Parménides, intentando superar el movilismo de Heráclito y el relativismo de los sofistas. Esta teoría supone la aspiración de pasar de lo móvil a lo inmutable, de lo relativo a lo absoluto, de lo múltiple a lo uno, de lo contingente a lo necesario, del mundo sensible de las apariencias al mundo inteligible donde se hallan las verdaderas realidades. En ella, Platón defiende la existencia de realidades inmutables, universales, únicas e indivisibles, las Ideas, separadas del mundo sensible, un mundo fugaz, dominado por el cambio continuo y donde las cosas carecen de consistencia.



La relación entre estos dos mundos es la de uno-muchos. Según Platón, existen dos tipos de relación: una relación de semejanza que Platón denominaba de “participación” y otra de “fundamentación” o “causa”. Platón defiende que todas las cosas que pertenecen a una misma clase se parecen entre sí porque están hechas a partir de un mismo modelo. Son, por tanto, copias, imitaciones o participaciones de las Ideas. Para explicar la participación del mundo sensible en las Ideas, y responder a la cuestión de quién ha hecho estas copias de la realidad, Platón recurre a la figura del Demiurgo (Artesano celestial), el cual hace o construye las cosas del mundo sensible a partir de una masa caótica previa, la materia, tomando como prototipos o modelos ejemplares a las Ideas. Así podemos decir que, las cosas del mundo inteligible son causa de las cosas del mundo sensible. Precisamente este carácter de copia o proyección que tienen las cosas materiales es lo que conduce a Platón a pensar que no son auténticas sino simples apariencias. Se comprende, desde este punto de vista, que Platón afirme que las cosas en sí del mundo inteligible sean fundamento de las cosas materiales que de ellas dependen. Esto significa que sin las Ideas no sería posible la existencia de los objetos del mundo sensible.
También las Ideas son criterio mediante el cual juzgamos y decidimos el grado de perfección que revisten las cosas materiales, y criterio de juicio de los actos humanos, pues su captación por la razón es lo que nos permite calificarnos de justos, honrados o valientes.
Platón jerarquiza el mundo de las Ideas situando en la cúspide de la pirámide a la Idea de Bien, que es la causa de la esencia de las cosas así como de nuestro conocimiento de ellas. Platón aspira a la instauración de un Estado ideal, pues ninguno de los regímenes existentes le complacía. En dicho Estado tenía que predominar la Idea de Justicia, que no es sino la Verdad o el Bien aplicados al comportamiento social. La Justicia es concebida, por Platón, como la relación armoniosa entre las diferentes clases sociales que se corresponden con las distintas partes en las que se divide el alma. Así, la parte racional engloba a los gobernantes, la parte irascible se corresponde con la clase guerrera de los guardianes y la parte apetitiva con los artesanos y labradores. Un Estado justo es aquel que realiza la mayor unidad posible, y este resultado sólo puede darse si el gobierno está en manos de filósofos, pues, como se dice en el “mito de la caverna”, sólo aquel que ha sido capaz de percibir en el mundo inteligible la Idea de Bien, que comprende que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en las cosas, y que, por tanto, procede sabiamente en su vida privada o pública puede ostentar el poder.
En definitiva, con la “Teoría de las Ideas” dispone Platón de una norma fija, objetiva y trascendente, no sólo para dar respuesta al problema del Ser, de la Verdad y de la Ciencia, sino también para determinar el sentido práctico de la acción humana.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *