Exploración del Pensamiento Kantiano: La Crítica de la Razón y el Conocimiento

1. La Idea de Filosofía en Kant

Para Kant, el sentido de la filosofía comprende, en primer lugar, hacer una crítica de la razón desnaturalizada y, en segundo lugar, proyectar un estado nuevo de la humanidad en libertad.

Kant propone dos ideas de filosofía: el concepto mundano y el concepto académico.

Concepto Mundano

La filosofía es, para Kant, la ciencia que relaciona todos los conocimientos con los fines de la razón. Por tanto, a la filosofía corresponde responder a las siguientes preguntas:

  • ¿Qué puedo conocer? Es decir, la filosofía debe establecer los principios desde los cuales es posible un conocimiento científico y los límites dentro de los cuales es posible ese conocimiento. (La Crítica de la Razón Pura (C.R.P.), la metafísica).

  • ¿Qué debo hacer? Es decir, la filosofía debe establecer y justificar los principios que orientan la conducta humana y las condiciones de la libertad. (La Crítica de la Razón Práctica (C.R.Pr.), la moral).

  • ¿Qué me cabe esperar? Es decir, la filosofía debe determinar el destino último del hombre y las condiciones de su realización. (La religión).

Estas tres preguntas pueden ser englobadas en una cuarta pregunta, que Kant formula así:

  • ¿Qué es el hombre? Con esta pregunta global, Kant presenta el proyecto total de su filosofía al servicio de una humanidad más libre.

Concepto Académico

Según este concepto, la filosofía pretende dar unidad interna a todos los conocimientos, estableciendo así el sistema de los mismos.

2. Crítica de la Razón Pura

Este término se refiere al análisis o juicio al que se somete la razón para descubrir las posibilidades que tiene de conocer y para descubrir los límites dentro de los cuales ese conocimiento científico es posible.

Razón pura: se trata de una razón que no está contaminada con la experiencia, sino que determina su objeto enteramente a priori.

Esta obra trata de resolver el problema de la posibilidad de la metafísica como ciencia, a partir del análisis de los requisitos necesarios para que el conocimiento sea científico.

2.1 Estructura de la Obra

En primer lugar, Kant presenta una introducción. En ella estudia los juicios existentes para ver qué tipo de juicios se usan en la ciencia.

  • Descubre que los juicios característicos de la ciencia son los juicios sintéticos a priori.
  • Se pregunta a partir de qué condiciones se pueden formular esos juicios sintéticos a priori.

En la Crítica de la Razón Pura podemos señalar tres partes: Estética trascendental, Analítica trascendental y Dialéctica trascendental.

Estas tres partes se corresponden con las tres facultades que Kant distingue en el hombre: sensibilidad, entendimiento y razón. El entendimiento y la razón son propiamente una facultad, pero desempeñan dos funciones distintas.

El entendimiento formula juicios, la razón construye razonamientos. El entendimiento juzga, la razón razona.

Estética trascendental: en esta parte, Kant estudia la facultad de la sensibilidad y muestra cuáles son las condiciones que hacen posible que en las matemáticas existan juicios sintéticos a priori.

Analítica trascendental: Kant estudia la facultad del entendimiento y muestra cuáles son las condiciones que hacen posibles los juicios sintéticos a priori en la física.

Dialéctica trascendental: estudia la facultad de la razón y su funcionamiento, y se plantea el problema de la posibilidad o imposibilidad de la metafísica como ciencia; es decir, se pregunta si la metafísica cumple las condiciones que hacen posible la formulación de juicios sintéticos a priori.

2.2 Planteamiento General del Problema del Conocimiento Científico

La Crítica de la Razón Pura se pregunta: ¿Qué puedo conocer? Se pregunta por los principios desde los cuales es posible un conocimiento científico y, en segundo lugar, se pregunta también por los límites dentro de los cuales ese conocimiento es posible.

  1. ¿Es posible la metafísica como ciencia?

  2. ¿Cómo es posible la ciencia? Es decir, la ciencia es posible bajo ciertas condiciones, por eso se pregunta: ¿Cuáles son las condiciones trascendentales que hacen posible el conocimiento científico?

  3. Si la ciencia es un conjunto de juicios, ¿cómo son posibles los juicios de las ciencias? Es decir, ¿cuáles son las condiciones trascendentales que hacen posibles los juicios científicos?

  4. ¿Cuáles son las condiciones trascendentales que hacen los juicios sintéticos a priori?

  5. ¿Se dan esas condiciones en los juicios de la metafísica? No, luego la metafísica no es posible como ciencia.

2.3 Conceptos Importantes

Condiciones

Kant plantea dos tipos de condiciones: empíricas y a priori.

Las condiciones empíricas son aquellos requisitos que proceden de la experiencia; por tanto, son particulares, porque afectan a cada objeto, a cada individuo concreto, y son fácticas, es decir, de hecho son así, pero pueden ser de otra manera, se pueden alterar.

Las condiciones a priori son aquellos requisitos que no proceden de la experiencia, sino que la preceden y condicionan, es decir, hacen posible la experiencia. Estas condiciones no son particulares, sino universales. No son fácticas, sino necesarias.

En cuanto que hacen posible la experiencia y el conocimiento, estas condiciones a priori son llamadas por Kant trascendentales.

La Teoría de los Juicios

Kant clasifica los juicios siguiendo dos criterios.

Teniendo en cuenta la relación entre el sujeto y el predicado:

  • Juicio analítico: son aquellos en los cuales el predicado está comprendido en el sujeto. Estos juicios no nos dan información, no amplían nuestro conocimiento, no nos dicen nada nuevo, y son universales y necesarios.

  • Juicio sintético: si el predicado no está incluido en el sujeto. Por tanto, estos juicios nos dan más información y amplían nuestro conocimiento.

Según el modo de conocer la verdad de un juicio, Kant divide estos juicios en a priori y a posteriori.

  • Juicio a priori: es aquel cuya verdad puede ser conocida sin recurrir a la experiencia. Estos juicios son universales y necesarios.

  • Juicio a posteriori: es aquel cuya verdad es conocida a partir de la experiencia. Estos juicios no son universales ni necesarios.

2.4.1 Fuentes de Conocimiento

Kant distingue dos fuentes del conocimiento: la sensible y el entendimiento. Estas dos facultades hacen posible dos formas de conocimiento: conocimiento sensible y conocimiento intelectual.

  • La sensibilidad: es una facultad pasiva, es decir, es la facultad de recibir representaciones al ser afectados por los objetos.

  • El entendimiento: es una facultad activa que produce espontáneamente ciertos conceptos sin derivarlos de la experiencia.

2.4.3 Condiciones Trascendentales del Conocimiento Sensible

Aquí Kant determina que hay dos formas “puras” a priori de la intuición sensible: el espacio y el tiempo.

Con esto quiere decir que el espacio y el tiempo son formas a priori de la sensibilidad e intuiciones puras.

  • Formas: este término significa que el espacio y el tiempo no son impresiones sensibles, particulares, sino que son la forma o el modo como percibimos todas las impresiones. (Los colores, los sonidos…, son percibidos en el espacio y en el tiempo).

  • A priori: con este término quiere decir que el espacio y el tiempo no proceden de la experiencia, sino que la preceden y la hacen posible.

  • De la sensibilidad: el espacio y el tiempo se refieren al conocimiento sensible. Kant distingue entre sensibilidad externa e interna.

    • Externa: está sometida al espacio y al tiempo.
    • Interna: sólo está sometida al tiempo.
  • Intuiciones: con este término, el espacio y el tiempo no son conceptos del entendimiento, porque estos conceptos se caracterizan porque pueden aplicarse a muchos individuos; sin embargo, el espacio y el tiempo son únicos, es decir, no hay pluralidad de espacios y de tiempos, y además añade Kant, el espacio y el tiempo no son conceptos que provengan de la experiencia por la abstracción, porque espacio y tiempo son condiciones de toda experiencia, es decir, a priori o trascendentales.

  • Puras: este término significa vacío de contenido empírico. El espacio y el tiempo son como coordenadas vacías, en las cuales se ordenan las impresiones sensibles.

Así queda constituido el fenómeno por su materia y su forma.

Fenómeno es el objeto que intuimos en el espacio y en el tiempo.

2.5 Analítica Trascendental: La Espontaneidad del Entendimiento y las Condiciones Trascendentales del Conocimiento Intelectual

  1. En la analítica, Kant estudia la facultad del entendimiento y muestra cuáles son las condiciones trascendentales que hacen posibles los juicios sintéticos a priori en la física.

    La sensibilidad nos sitúa frente a una multiplicidad de funciones. Percibir esta multiplicidad de fenómenos no es lo mismo que comprenderla. Percibir es la función propia de la sensibilidad, y comprender lo percibido es la función propia del entendimiento. El entendimiento piensa los objetos intuidos en el espacio y en el tiempo; de esta función se ocupa la analítica trascendental.

  2. La función de comprender o pensar los objetos se realiza mediante conceptos; es decir, comprender los fenómenos es poder referirlos en concepto.

    Cuando no podemos referir las impresiones sensibles a un concepto, nuestra comprensión de aquellas resulta imposible. Esta actividad de referir los fenómenos a los conceptos se realiza a través de un juicio, por eso el entendimiento, que tiene la facultad de producir espontáneamente ciertos conceptos, tiene también la facultad de elaborar juicios.

  3. Es necesario distinguir dos tipos de conceptos: empíricos y puros o categorías.

    • Empíricos: son los que proceden de la experiencia.
    • Puros o categorías: son aquellos que son producidos espontáneamente por el entendimiento sin derivarlos de la experiencia.

    Si la función fundamental del entendimiento es formular juicios unificando los datos de la experiencia, habrá tantos conceptos puros como formas posibles de juicios.

    Kant encontró en la lógica 12 clases de juicios, luego 12 tienen que ser también los conceptos puros o categorías.

  4. Los conceptos puros o categorías son condiciones trascendentales y necesarias de nuestro conocimiento de los fenómenos. El entendimiento no puede pensar los fenómenos si no es aplicándoles estas categorías o conceptos puros. El entendimiento usa las categorías para unificar y coordinar la multiplicidad de los fenómenos.

    “Las intuiciones sin conceptos son ciegas”. Si eliminamos la función unificadora del entendimiento a través de las categorías, sólo quedará un conjunto de impresiones sensibles inconexas y desarticuladas. (Era lo que decía el fenomenismo).

  5. Los conceptos puros o categorías están vacíos. Las categorías han de llenarse con datos que proceden del conocimiento sensible. “Los conceptos sin intuiciones son vacíos”.

    Las categorías son fuente de conocimiento aplicadas a los fenómenos.

    Las categorías no tienen aplicación válida más allá de los fenómenos; es decir, las categorías son el límite de nuestro conocimiento. Por tanto:

    • No se pueden aplicar a nada que no tenga su origen en la sensibilidad.
    • No podemos conocer una cosa que no sea objeto de la intuición sensible.
    • No podemos conocer la cosa en sí o noúmeno.

Idealismo trascendental

Las categorías no son aplicables más allá de la experiencia, más allá de lo intuido en el espacio y en el tiempo. Lo dado en el espacio y en el tiempo se llama fenómeno; ahora bien, la idea de algo que se ofrece implica la idea de algo que no aparece, la idea de algo en sí.

El objeto, en cuanto aparece, se llama fenómeno, y lo correlativo al objeto, Kant lo denomina cosa en sí o noúmeno. La distinción entre estos dos términos es fundamental en el sistema kantiano. Hay dos significados del concepto noúmeno: uno positivo y otro negativo.

En sentido negativo, noúmeno significa una cosa que, en la medida, no puede ser conocida por medio de la intuición sensible.

En sentido positivo, un objeto que puede ser conocido por medio de la intuición intelectual, pero, como sólo poseemos intuición sensible, nuestro conocimiento se halla limitado a los fenómenos y, por consiguiente, el concepto de noúmeno queda como concepto negativo, es decir, como límite de la experiencia, como límite de lo que puede ser conocido.

Los noúmenos o cosas en sí no pueden ser conocidos. Esta distinción entre fenómeno y noúmeno nos permite conocer el idealismo trascendental de Kant. Este idealismo consiste en la afirmación de que el espacio, el tiempo y las categorías son condiciones que hacen posible la experiencia, los fenómenos, y que, por tanto, no son propiedades reales de las cosas en sí mismas.

2.6 Dialéctica Trascendental

En la dialéctica trascendental, Kant se ocupa de la posibilidad de la metafísica como ciencia y de la naturaleza de la razón.

  1. Imposibilidad de la metafísica como ciencia: a la pregunta que se plantea Kant al principio de la Crítica de la Razón Pura, “¿Es posible la metafísica como ciencia?”, responde en la dialéctica trascendental de forma negativa.

    La metafísica, entendida como un conjunto de juicios acerca de realidades (el yo, el mundo, Dios) que están más allá de la experiencia, es imposible como ciencia porque las categorías sólo pueden aplicarse a los fenómenos, a lo dado en la experiencia; por tanto, aplicar las categorías más allá de los fenómenos es lógicamente ilegítimo y da lugar a errores e ilusiones.

    La dialéctica trascendental es la crítica que Kant hace de la razón al pretender alcanzar el conocimiento de las cosas en sí.

  2. La razón y su naturaleza: el conocimiento intelectual no se limita a formular juicios, sino que también encadena unos juicios con otros, formando razonamientos. La razón tiende, por naturaleza, a encontrar juicios, leyes e hipótesis cada vez más generales que abarquen y expliquen un mayor número de fenómenos. Así se construye la ciencia.

    Mientras esta búsqueda se mantiene dentro de los límites de la experiencia, esta tendencia de la razón es eficaz y amplía nuestro conocimiento, pero lo que ocurre es que esta tendencia de la razón lleva inevitablemente a traspasar las barreras de la experiencia en busca de lo incondicionado y absoluto.

    De esta manera, la razón pretende unificar y explicar todos los fenómenos a través de tres ideas fundamentales (el yo, el mundo y Dios), cayendo en los consiguientes errores o ilusiones:

    • La razón pretende unificar y explicar todos los fenómenos psíquicos por medio de teorías metafísicas acerca del yo o del alma, y así cae en los paralogismos o falsos razonamientos.
    • La razón pretende unificar y explicar todos los fenómenos físicos por medio de teorías metafísicas acerca del mundo, y así cae en las antinomias o juicios contradictorios.
    • La razón pretende unificar y explicar todos los fenómenos psíquicos y físicos por medio de teorías metafísicas acerca de una causa suprema, incondicionada y absoluta, dando lugar al ideal de la razón.

    El yo, el mundo y Dios son tres ideas de la razón que juegan un papel muy peculiar dentro del sistema de conocimientos: aunque no nos proporciona conocimiento objetivo alguno, sin embargo, expresan el ideal de la razón de encontrar leyes y principios cada vez más generales.

    Son como el horizonte que nunca se alcanza, pero que nos indican que hay que avanzar más y más. Por tanto, toda metafísica debe basarse en el uso regulador de la razón; es decir, la razón dirige el entendimiento, por medio de unas normas, hacia un fin donde se alcance la máxima unidad y extensión; por eso, los contenidos de la metafísica (el yo, el mundo y Dios), aunque no son científicos, cobran realidad desde la función práctica de la razón.

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