Teoría del Conocimiento
Elementos del Conocimiento
Todos los conocimientos de la mente son percepciones, de las cuales existen dos tipos:
- Impresiones: Percepciones que se originan en los sentidos y pueden ser simples o complejas.
- Simples: Se captan por un solo sentido.
- Complejas: Se captan a través de varios sentidos.
- Ideas: Son el recuerdo actual de impresiones pasadas y pueden ser simples o complejas.
- Simples: Se derivan de la impresión correspondiente (ej. color verde).
- Complejas: Se obtienen por la asociación de ideas simples según ciertas leyes: semejanza, contigüidad espacio-temporal y relación causa-efecto.
¿Qué diferencias hay entre impresiones e ideas?
Las impresiones son siempre anteriores a las ideas y más fuertes que ellas. Son causas de las ideas, y no a la inversa. El pensamiento es una actividad derivada, pues está subordinada a la sensibilidad.
Dos principios básicos del empirismo de Hume:
- Todas las ideas simples se derivan de las impresiones correspondientes.
- Para aprobar la validez de una idea es condición necesaria y suficiente señalar la impresión de la que procede.
El origen de las ideas complejas es difícil de explicar, porque no siempre se sabe con claridad de qué impresiones se derivan.
Tipos de Conocimiento
El entendimiento elabora conocimientos combinando y relacionando ideas. Según el tipo de ideas y la manera de su relación, se dan dos formas de conocimiento:
- Conocimiento por relación entre ideas: Se construyen conectando entre sí ideas que guardan una relación lógica. La verdad es independiente de la experiencia y puede descubrirse por el propio entendimiento. Si son verdaderos, su negación es imposible.
- Conocimiento de hechos: Se construyen a partir de datos obtenidos de la experiencia. La verdad se establece mediante la comprobación empírica. Depende de las impresiones. Cuando una proposición es verdadera, su negación es posible. Negar la verdad no implica contradicción. Este tipo de conocimientos se encuentra en las ciencias empíricas.
Crítica al Principio de Causalidad
El conocimiento humano se limita al pasado (ideas en la memoria) y presente (impresiones en la sensibilidad). No puede extenderse al futuro puesto que no hay impresiones de él; sin embargo, el ser humano constantemente hace proyecciones futuras.
Hume observó que el hombre hace predicciones de hechos futuros partiendo de conocimientos del pasado o del presente. Al actuar así, el ser humano lleva a cabo una inferencia causal, estableciendo una relación causa-efecto entre dos fenómenos. La idea de causalidad implica la de conexión necesaria, una conexión entre dos hechos que debe darse siempre.
Hume critica esa idea porque no deriva de ninguna impresión. Lo que sucede es que, a partir de una sucesión temporal-espacial constante, inferimos la idea de causalidad.
¿Cuál es la conclusión de la crítica a la causalidad? Como lo único que podemos observar son conexiones constantes entre hechos, pero no podemos apreciar una conexión necesaria, tenemos que admitir que es imposible predecir el futuro con certeza.
La Realidad
Realidad Exterior, Dios y Yo
Tras su estudio sobre los elementos y tipos de conocimiento, Hume elabora su visión de la realidad. Su crítica a la idea de causa deja claro que nuestra certeza de hechos futuros no se apoya en un conocimiento de los mismos, sino en una creencia. Hume aplicó este principio a tres cuestiones metafísicas: la existencia del mundo, de Dios y del yo.
a) La realidad exterior: Hume, siguiendo a Locke, niega la posibilidad de alcanzar la certeza de la existencia de un mundo exterior al hombre. Esta idea se basa en la crítica de la causalidad. Se ha supuesto que las sustancias extramentales existen y constituyen la causa de las impresiones que el sujeto percibe, pero esta suposición no es válida puesto que no tenemos impresión sensible de la causa. La creencia en la existencia de una realidad exterior e independiente del sujeto, distinta de nuestras impresiones, es injustificable. La conclusión de Hume es radical: toda la realidad de la que tenemos constancia se limita a percepciones subjetivas.
b) La existencia de Dios: La idea de Dios no es válida porque no viene de ninguna impresión sensible. Las demostraciones filosóficas carecen de validez: las a priori porque parten del análisis de una idea que no tiene validez, las a posteriori porque aplican mal el principio de causalidad.
c) El yo y la identidad personal: Hume critica la existencia del yo como sustancia. Según él, la idea del yo no puede apelarse a la intuición, pues solo tenemos intuición de nuestras impresiones e ideas, y ninguna intuición es permanente. La idea del yo nos hace pensar en una sustancia que permanece idéntica a través del tiempo. Pero como no tenemos impresión de esa sustancia, es imposible afirmar que existe un sujeto idéntico y fijo. Para explicar el origen de la idea de identidad personal, Hume acude a la memoria. Gracias a ella, establecemos un vínculo entre las impresiones que se suceden, pero el error es que confundimos sucesión temporal de impresiones con identidad personal.
Fenomenismo y Escepticismo
La crítica de Hume a las tres sustancias cartesianas le lleva a la defensa de una posición escéptica y fenomenista.
El fenomenismo es la tesis que reduce la realidad a fenómenos. Niega la existencia de las sustancias; lo único real, de lo que es imposible dudar, son los fenómenos percibidos por los sentidos.
El fenomenismo lleva al escepticismo moderado. Dudar de la validez de las impresiones e ideas derivadas de sensaciones es absurdo. Este escepticismo tiene consecuencias en el terreno de la moral y la política. Implica una defensa de la tolerancia, puesto que, al no estar seguros de casi ningún conocimiento, debe mantenerse la libertad de acción y de pensamiento.