La Influencia de Hegel en el Pensamiento de Marx
La filosofía de Hegel, considerada la filosofía oficial del Estado alemán, sirvió como justificación filosófica de este. Entre los conceptos hegelianos que Marx heredaría posteriormente, destacan:
- Concepto de Dialéctica: Según Hegel, la historia es un desarrollo dialéctico de la «idea absoluta».
- Concepto de Alienación: La conciencia sale fuera de sí. La idea en sí ya no es en sí, sino que está fuera de sí. Cuando la idea absoluta sale de sí, se transforma en materia (que es la antítesis). Si la historia es el desarrollo dialéctico de la idea y la materia, entonces la síntesis será el fin de la historia. Hegel afirmaba que el Estado alemán de su época era la culminación de la historia en la filosofía, el arte y la religión.
Marx, aunque estudió derecho, se inclinó desde un principio hacia la filosofía y la literatura. Su tesis doctoral, titulada «Sobre las diferencias en el materialismo de las filosofías de Demócrito y Epicuro», ya dejaba entrever su carácter materialista.
La Filosofía como Herramienta de Transformación en Marx
La filosofía de Marx no es meramente teórica, sino que la concibe como una forma de transformación del mundo. Con Marx surge una nueva dimensión del pensamiento: la acción o la revolución. La filosofía, como actividad revolucionaria, debe contribuir a que los cambios históricos ocurran con mayor rapidez y facilidad. El filósofo revolucionario tiene la misión de crear conciencia revolucionaria.
Antropología Marxista: Una Nueva Concepción del Hombre
La filosofía sobre el hombre es el centro del pensamiento de Marx. En primer lugar, Marx elabora un concepto de filosofía opuesto al de la filosofía absoluta anterior, como se refleja en sus «Tesis sobre…». Marx sostiene que necesitamos un nuevo concepto de hombre. Argumenta que no existe una esencia humana universal ni el hombre en general de forma definitiva, como pensaban los filósofos idealistas. Por el contrario, el hombre es un ser concreto. No existe «el hombre», sino individuos. Los «hombres» concretos se constituyen por sus relaciones con otros hombres y con la naturaleza, relaciones que son fundamentalmente de trabajo.
Según Marx, el concepto de trabajo está desvirtuado por la religión, especialmente por la tradición judeocristiana, que lo presenta como un sacrificio que hay que soportar. Para Marx, el trabajo es lo que constituye al hombre y lo dignifica. Por lo tanto, lo primero que hay que hacer es cambiar ese concepto de trabajo.
Materialismo Histórico: El Motor del Cambio Social
Marx considera que el desarrollo de la historia se explica a partir del desarrollo dialéctico de la materia; es más, consiste en dicho desarrollo. Esto se opone radicalmente a la concepción de Hegel. Todos los cambios históricos son cambios en los distintos modos de producción. Para explicar estos cambios, Marx distingue dos clases en toda sociedad:
- La clase dominante u opresora: Posee los medios de producción.
- La clase oprimida: No posee ningún bien salvo su capacidad de trabajo. Es la clase explotada por la clase dominante.
Cuando la clase oprimida toma conciencia de clase, comienza la revolución. Esto genera la lucha de clases, que es el motor de la historia y tiene como origen la lucha por la posesión de los medios de producción. El oprimido busca liberarse de la explotación y del opresor, y solo puede hacerlo si consigue los medios de producción, es decir, el poder económico.
Después de una revolución, se establecen dos nuevas clases y lo único que cambia son los medios de producción. En la actualidad, el modo de producción es el capitalista. En esta sociedad debe tener lugar la última revolución: la revolución de los proletarios, que será sangrienta y se alzará contra los capitalistas para arrebatarles los medios de producción. De aquí surgirá una nueva sociedad sin clases: la sociedad comunista. Tras la revolución del proletariado, se acabaría la prehistoria del hombre y, con el comunismo, comenzaría su verdadera historia.
La Alienación: Un Obstáculo para la Realización Humana
El concepto de alienación proviene de Hegel. En Hegel, la alienación es un estado de la conciencia en el que esta se encuentra fuera de sí. La conciencia alienada es inauténtica. Marx traslada este concepto a la historia y la sociedad. En este sentido, existen dos alienaciones importantes:
Alienación en el Trabajo
El trabajo es la forma propia que tiene el hombre de relacionarse con los demás y con la naturaleza. Sin embargo, en toda sociedad que no sea comunista, el trabajo no realiza al hombre, sino que lo aliena, lo transforma en una cosa. El máximo estado de alienación se alcanza en la sociedad capitalista. Sus formas de expresión son:
- División del trabajo: La división entre trabajo manual e intelectual es injusta, ya que el trabajo productivo (manual) es el peor pagado.
- El trabajo como mercancía: El obrero, al no poseer nada más que su fuerza de trabajo, se ve obligado a venderla para sobrevivir. Trabaja la mayor parte del día y solo le queda tiempo para descansar y comenzar una nueva jornada al día siguiente. El trabajo, en este sentido, no realiza al hombre, sino que lo destruye.
- Falta de tiempo para el ocio y la familia: El obrero no vive, sino que sobrevive.
- El trabajo como mercancía sujeta a la oferta y la demanda: El capitalista compra el trabajo al obrero, convirtiéndolo en una mercancía.
Alienación en la Religión
En la sociedad capitalista, el obrero se encuentra en una situación de miseria creciente. Para evitar la rebelión, la clase dominante «inventa» la religión. La religión hace creer al obrero que debe soportar esta vida y resignarse, ya que el sufrimiento es señal de felicidad en el otro mundo. Marx afirma que «la religión es el opio del pueblo». El capitalista desea que el obrero no se rebele y no le arrebate la propiedad privada para mantener la explotación.
El Comunismo: Una Sociedad sin Clases
Marx se refiere al comunismo científico. Este estado no es una ideología, sino algo que llegará necesariamente por la propia dialéctica de la historia. En aquel momento, había dos concepciones del comunismo:
- Comunismo primitivo: Abolición de la propiedad privada para que pase a manos de la comunidad. Según Marx, este comunismo no es auténtico porque no elimina las clases sociales, sino que crea una sociedad en la que todos son proletarios.
- Comunismo utópico: La sociedad comunista es un ideal a alcanzar, un deber ser de la sociedad. Marx, sin embargo, sostiene que el comunismo es un estado de la sociedad que llegará necesariamente y no depende de las ideas de nadie.
Como se ha visto en el materialismo histórico, las ideas no cambian la historia, sino que es la infraestructura económica la que cambia las ideas. Se producen una serie de contradicciones internas que terminarán con el capitalismo y la burguesía, generando la revolución de los obreros. Marx afirma que la sociedad capitalista produce a sus propios sepultureros.
Las Contradicciones Internas del Capitalismo
El proletario se ve obligado a vender su trabajo al burgués para sobrevivir. Entre el producto que se vende en el mercado y el sueldo del obrero hay una diferencia que se llama plusvalía o plusvalor. El burgués se enriquece con ese plusvalor, es decir, el obrero compra las mismas mercancías que él mismo produce, pero encarecidas. El capitalista intenta que la plusvalía sea lo mayor posible, ya sea bajando el sueldo del obrero, la calidad de la mercancía (el coste de los materiales) o aumentando el precio de los productos. Independientemente de lo que se haga, el poder adquisitivo de los obreros disminuye, lo que les impide comprar los productos, y si no los compran, el capitalista no se enriquece. El origen del comunismo se encuentra en la dialéctica capitalista, que genera contradicciones internas dentro de la economía burguesa.