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La Metafísica de Aristóteles
La metafísica de Aristóteles, expuesta en su obra «Metafísica», sigue siendo relevante en la filosofía contemporánea. Su concepto de sustancia, que distingue entre sustancias individuales y universales, influye en debates sobre la naturaleza de la realidad. La teoría de las cuatro causas (material, formal, eficiente y final) proporciona un marco para entender la causalidad, aplicable en ciencia y filosofía. Además, su enfoque realista y esencialista impacta las discusiones sobre la existencia de esencias en objetos. La conexión entre metafísica y ciencia que propone Aristóteles invita a reflexionar sobre los fundamentos filosóficos del conocimiento actual. En conjunto, su pensamiento continúa siendo un punto de referencia en el análisis de cuestiones metafísicas fundamentales.
La Física de Aristóteles
La física de Aristóteles, expuesta en obras como «Física» y «Meteorología», sigue siendo relevante en la filosofía y la ciencia contemporáneas. Su enfoque inductivo y énfasis en la observación establecieron principios fundamentales para la investigación científica. Su teoría de las cuatro causas (material, formal, eficiente y final) ofrece un marco para entender la causalidad, influyendo en debates sobre explicaciones científicas. Aunque sus ideas sobre el movimiento y la teleología han sido revisadas, siguen siendo importantes en discusiones filosóficas sobre el cambio y el propósito en la naturaleza. Además, su crítica al atomismo invita a reflexionar sobre la composición de la realidad. En conjunto, su legado continúa enriqueciendo el diálogo entre filosofía y ciencia.
La Ética de Aristóteles
La ética de Aristóteles, expuesta en la «Ética a Nicómaco», sigue siendo relevante hoy en día. Su enfoque en la ética de la virtud destaca la importancia del carácter y la formación de hábitos virtuosos para alcanzar la eudaimonía, o florecimiento humano. Aristóteles enfatiza que la moralidad depende del contexto, lo que resuena con debates contemporáneos sobre ética situacional. Además, vincula la ética con la política, subrayando la interconexión entre individuos y comunidades, algo crítico en un mundo individualista. Su visión sobre la educación como medio para cultivar virtudes es esencial para enfrentar dilemas éticos modernos. En suma, su pensamiento ofrece un marco valioso para reflexionar sobre la vida ética en la actualidad.
La Política de Aristóteles
La política de Aristóteles sigue siendo relevante hoy debido a su enfoque en el bien común y la justicia. Para él, la política debe ser una ciencia práctica orientada a crear una sociedad justa, donde los ciudadanos participen activamente en la toma de decisiones. Aristóteles clasifica los gobiernos en buenos (monarquía, aristocracia, politeia) y malos (tiranía, oligarquía, democracia degenerada). Su énfasis en la ciudadanía activa y la importancia de la virtud cívica sigue siendo central en el debate político moderno. Aunque su visión excluía a ciertos grupos, sus ideas sobre la justicia distributiva y la ética como fundamento de la política continúan influyendo en la teoría política contemporánea, especialmente en cuestiones de desigualdad y participación.
Ética
Aristóteles elaboró dos éticas. En la Ética a Nicómaco, es eudemonista, es decir, trata sobre la felicidad, pero también aparece la virtud como método principal para alcanzar la felicidad. Aristóteles busca terminar con las diferencias existentes a la hora de determinar en qué consisten la felicidad y el bien supremo. Nos dice que hay fines deseados para alcanzar algo superior, pero tiene que existir un “fin supremo”, deseado por sí mismo. Si los otros fines son bienes, este es el bien supremo y rige los demás. Para Aristóteles, el bien supremo es la felicidad. Vamos a necesitar los “bienes exteriores”, que pueden facilitar o dificultar la vida virtuosa que precisamos para llegar a ser felices. Estos bienes exteriores no pueden determinar nuestra vida, pero sí modificarla ligeramente. Esto implica que la virtud es libre para cada individuo, pues depende solo de nuestras decisiones. Para ser felices necesitamos “bienes corporales” (salud) y “bienes exteriores” (dinero). Son imprescindibles las virtudes morales. Aristóteles hace un estudio de diferentes teorías. Termina por rechazar la teoría de las ideas, pues el bien no es algo único, hay muchos bienes. Aristóteles piensa que la ética debe partir de hechos, a esto se le llama “empirismo moral”. La opinión de Aristóteles es que la felicidad no necesita de ningún bien exterior, sino que «se basta a sí misma». La felicidad consiste en el ejercicio perfecto de la actividad propia del hombre. Esa actividad es la del alma, y para que sea perfecta debe ir acompañada de todas las virtudes. Al final, afirma que la actividad más propia del hombre y la que mayor felicidad le proporciona es la sabiduría. El empirismo ético conduce a Aristóteles a una postura ecléctica: la felicidad consiste en unir sabiamente la virtud, la contemplación y los bienes exteriores.
Virtud
Para Aristóteles, la virtud es una capacidad permanente que tiene nuestra alma para comportarse de un modo, y esta requiere voluntad (muy similar al intelectualismo de Sócrates: virtud=conocimiento). La virtud se adquiere por el ejercicio y el hábito “éthos”. Aristóteles rechaza las otras dos teorías sobre el origen de la virtud. Ni nacemos virtuosos por naturaleza (aunque la predisposición natural sea importante), ni tampoco basta la enseñanza. Aristóteles diferencia dos virtudes en los humanos. Por un lado, las dianoéticas, que perfeccionan el conocimiento, y por otro, las éticas, referentes al carácter.
- Virtudes dianoéticas: Son las relativas a la reflexión y deliberación junto con la capacidad para entender cómo es el mundo y saber cómo aplicar aquello que se reconoce como correcto en la elección más acertada. Tienen valor propio y en ellas encontramos la posibilidad de la máxima felicidad aparte de la vida. Aristóteles introduce la prudencia o “buen juicio” en este grupo, asignándole la tarea de determinar qué es lo correcto y adecuado en el ámbito práctico de la conducta. Teniendo en cuenta que la virtud es la felicidad, la máxima felicidad será la máxima de las virtudes, y esta es la “teorética” o sabiduría. Un hombre sabio se basta consigo mismo, el sabio vive para su propia inteligencia. Aparte de esto, el ser humano tiene deseos sin los cuales no puede ser plenamente feliz, y aquí entran las…
- Virtudes éticas: Controlan nuestro comportamiento en el mundo, así como nuestros deseos. Como humanos, actuamos bien y somos virtuosos cuando nuestros deseos son apropiados, es decir, están en medio de dos extremos, que son malos, uno por exceso y el otro por carencia. Esto se llama “término medio”. Aristóteles apunta que no se puede generalizar, sino que depende de las circunstancias de cada uno (debemos saber aplicar el término medio a nuestra situación).
Política
Para Aristóteles, la ética está muy relacionada con la política. Ambas consideran el bien del hombre. Sin embargo, «el bien es ciertamente deseable cuando interesa a un solo individuo; pero se reviste de un carácter más hermoso y más divino cuando interesa a un pueblo y a un Estado entero». Nadie puede ser virtuoso sin educación, y el estado es el encargado de esta educación (cuando habla se refiere a las polis, pero ya no existían, error). Según Aristóteles, no podemos realizar la virtud solos, tenemos que estar en sociedad. La sociabilidad de los humanos nace de nuestra debilidad, pues no podemos ser virtuosos nosotros solos. Somos incapaces de alcanzar la virtud sin enseñanza, y para eso precisamos estar en comunidad. Defiende una especie de «organicismo social»: «El Estado es anterior por naturaleza a la familia y a cada hombre tomado individualmente. Si cada individuo, tomado aisladamente, no se basta a sí mismo, es que debe ser referido a la totalidad». Por esta razón, el hombre es, esencialmente, un animal político o cívico (politíkòn zôon). Esta tesis de que el ser humano es por naturaleza sociable pone, una vez más, de manifiesto la concepción teleológica en la que se asienta todo el pensamiento aristotélico.
Existen distintos niveles: familia, aldea y estado. El último es el principal porque solo en él podemos vivir plenamente y solo el estado se basta por sí mismo. Esto da lugar a una autarquía que, aparte de económica, es ética y humana. Solo en el Estado puede alcanzarse el reinado del bien y la justicia, la perfección última del hombre. Por eso, el Estado no es un fin en sí mismo, y Aristóteles no defiende un totalitarismo político: el fin del Estado es la felicidad y la perfección moral de los ciudadanos. Cabe destacar que los humanos y el estado están separados del resto de animales por el lenguaje, con el que expresamos cosas como el bien y el mal, la justicia… De esta interacción parten las familias y el estado. En general, Aristóteles critica la política idealista-utópica de Platón. La Política no puede ser -como tampoco la Ética- una ciencia exacta, sino empírica. También admite su carácter convencional. Sin embargo, hay un límite «natural» y, por lo tanto, de carácter moral a la convencionalidad y a los cambios constitucionales: todo régimen político debe orientarse a la realización de la justicia y no al beneficio particular e injusto de los que ejercen el poder. (prefiere el sistema de las polis que el imperialista impuesto por su discípulo Alejandro Magno). Retoma la clasificación de los sofistas en monarquía, aristocracia y democracia.
Cuando se gobierna para el bien de todos, entonces es un buen gobierno. Si es solo en beneficio del gobernador, cada uno de los modelos degenera a tiranía, oligarquía y demagogia. Aristóteles no tiene una forma de gobierno preferente, no le importa cuántos gobiernen, sino cómo lo hacen. Mientras que busque el bien de todo el pueblo, cualquier sistema de gobierno es bueno. Los sistemas malos son las degeneraciones de los buenos. Se muestra muy pragmático al tener en cuenta las diversas condiciones geográficas, económicas o psicológicas de los pueblos, que conducen a estos a inclinarse por un sistema político u otro. Cabe destacar que aplica el término medio también en la política, pues prefiere un gobierno de la clase media para evitar darle el poder a los que tienen mucho o a los que no tienen nada. Aristóteles busca las condiciones que hagan de cualquier gobierno un buen gobierno. La principal es que la constitución del Estado sea tal que procure la prosperidad material y la vida virtuosa y feliz de los ciudadanos. Además, hay otras relativas a la cantidad de población, condiciones geográficas… También es necesaria la división en las tres clases principales y no solo formarse para la guerra, sino también para la paz y para la virtud.
Física
La Física es el estudio de la naturaleza, ciencia principal de los filósofos jonios (Empédocles, Anaxágoras, etc.) que fue reducida a una simple “opinión” engañosa por Parménides y a un mito por Platón. Aristóteles recuperó el valor científico de la Física: versa sobre seres, formados por materia y forma, en movimiento, diferenciándola de las Matemáticas (estudian formas abstraídas de la materia) y de la Teología (estudia las formas puras que existen independientemente de la materia).
La Naturaleza (physis)
Aristóteles estaba firmemente convencido de que todos los seres naturales tienden a alcanzar la perfección, propia para cada ser. Esta finalidad se expresa con el concepto de teleología inmanente (oponiéndose a Platón, cuya teleología es trascendente). La naturaleza de los “seres naturales” es su forma, considerada como principio último o causa del movimiento de las substancias corpóreas. Es un principio inmanente al ser natural: posee el principio radical de su desarrollo y transformaciones en sí mismo. Debido a esto, la substancia aristotélica no es algo estático, sino un ser en desarrollo, en devenir desde dentro de él mismo, valiendo esta afirmación especialmente para los seres vivos.
Principios o fundamentos del cambio del ser
Aristóteles admite la existencia del movimiento como paso de un no-ser al ser, por lo que describe el movimiento en 3 principios, presentes en todo proceso de cambio: 2 elementos contrarios y un sujeto donde ocurre el cambio:
- Privación de una forma o no-ser relativo, como punto de partida de todo cambio. Todo lo que se genera o cambia es a partir de la privación o carencia de aquello hacia lo que cambia.
- Forma que es la alcanzada mediante el cambio.
- Un sujeto del cambio. Puede ser la substancia en los cambios accidentales o la materia primera en los cambios substanciales. Esta materia primera es un principio físico capaz de ser todas las cosas, es incognoscible en sí misma y solo existe unida a una forma.
Todo cambio ocurre desde la privación de una forma hasta la adquisición de esa forma, supone algo que cambia y algo que permanece. Un término no puede transformarse en su contrario, porque se destruiría al transformarse, por lo que se debe recurrir a un tercer principio: el sujeto. En todo cambio permanece un sujeto, que pasa de privación a la posesión de la forma. Esto completa la teoría del movimiento como paso de la potencia al acto.
Las Cuatro Causas
Las causas son todos los factores que son necesarios para explicar un proceso o movimiento, todo lo que debería señalarse para responder completamente una pregunta: ¿por qué? Hay 4 (obviamente, si no, no serían las cuatro causas).
- Causa material: explica la substancia desde aquello de lo que se hace o produce. La causa material consiste en aquello de lo que algo está hecho. La materia es fundamento del cambio en cuanto que está en potencia de recibir una forma.
- Causa formal: describe cuál es la esencia de la cosa, aquello por lo que es lo que es. La causa formal es lo que informa a la materia, lo que le confiere su aspecto, su esencia, el modelo al que se ajusta.
- Causa eficiente: agente que causa o produce el cambio, explicando cómo se realizó el cambio o el movimiento por parte del agente del mismo. En los seres naturales procede de su naturaleza y en los artificiales es una causa exterior.
- Causa final: indica la finalidad del cambio. Es la causa más importante, porque orienta a las demás. Sin finalidad no hay proceso de cambio, toda acción, ser, arte, ciencia debe tener un fin: la teleología es la clave de la Física de Aristóteles.
Aristóteles amplía la noción de “causa” a partir de la crítica a los filósofos anteriores. Solo este sistema se presenta como completo y suficiente.
Tipos de cambio
Es evidente que todos los seres naturales están en movimiento, hecho que Aristóteles admite sin más a partir de la experiencia. Hay 2 tipos de cambio:
- Substancial, que es la generación o la corrupción de la substancia, su nacimiento o desaparición. Aquí permanece la materia.
- Accidental, que es en el que se cambian los accidentes y permanece la substancia. Se pasa de la privación de una forma accidental a su actualización, habiendo 3 tipos:
- Cuantitativo: crecimiento o diminución, es según la cantidad.
- Cualitativo: alteración de una cualidad, es según la calidad.
- Locativo: traslación, es según el lugar.
Aristóteles dice que no es fácil comprender la esencia del movimiento, sino que no es ni acto ni potencia, es un “acto incompleto”: es la actualización de algo que está en potencia mientras aún está en potencia. Cuando la potencia está plenamente actualizada, y el sujeto está en entelequia, cesa el movimiento; por otro lado, si el sujeto está en pura potencia, entonces aún no está en movimiento.