¿Qué es la Filosofía?
La filosofía intenta dar una explicación racional de la realidad, que se diferencia de la explicación irracional de la religión. Además, es una explicación radical, va a la raíz del problema que pretende analizar.
Es, además, un saber de segundo grado, necesita previamente de saberes básicos como la religión, la política y la ciencia. Los griegos ya tienen muy desarrollados estos saberes (democracia, religión griega muy humanista, y una ciencia original).
La filosofía trabaja con ideas. Es preciso distinguir entre idea y concepto. Este último es propio de la ciencia, que intenta dar definiciones precisas de las cosas. Por ejemplo, hay muchos conceptos de libertad; está la «libertad de expresión», la «libertad de culto», la libertad como concepto en física (la libertad del movimiento de un protón), etc., pero el cruce (mezcla) de todos estos conceptos produce una idea, o definición general que rebasa el marco de las ciencias que los han producido.
Origen e Historia de la Filosofía
Es en Grecia, s. VII a.C., donde se produce la filosofía. Esto ocurre por distintas causas, pero sobre todo es debido a los contactos del pueblo griego con otras culturas muy desarrolladas como la egipcia. Contactos motivados por la crisis económica que se vive en Grecia en el s. VII y que obliga a muchos griegos a emigrar. Esta inmigración supone también una asimilación de otras culturas distintas, a la vez que se conserva la propia, que no obstante ya no puede explicar la nueva situación. Los primeros filósofos griegos pretenderán explicar una verdad objetiva más allá de los distintos mitos y explicaciones religiosas con las que se encuentran.
Los Primeros Filósofos Griegos
Tales de Mileto (s. VII a.C.)
Este primer filósofo explicó el origen del mundo gracias a un elemento primordial: el agua. Tales apoya esta afirmación por las observaciones que realiza en la naturaleza. Además, a él se debe el famoso teorema que lleva su nombre.
Anaximandro de Mileto (s. VII a.C.)
Discípulo de Tales de Mileto, a diferencia de su maestro, defiende que el elemento primordial no puede ser ni el agua ni ninguno en concreto. Esto es porque las cosas en la naturaleza son muy distintas entre sí; de esta manera, ese elemento primordial no tendrá forma alguna, será un elemento indiferenciado: el apeiron (sin forma).
Parménides de Elea (s. VI a.C.)
Explica el sentido del mundo partiendo de la verdad más simple que puede encontrar: «Lo que es, es; y lo que no es, no es». A partir de esta simple afirmación, Parménides deduce dos características más: en primer lugar, que lo que «es» es eterno, y en segundo lugar, que no puede cambiar de forma.
Heráclito de Éfeso (s. VI a.C.)
Defendía que todo está regido por una ley: la lucha (pólemos). Esto ocurre con los elementos que componen la naturaleza (aire, fuego, tierra, agua). Así dice: «el fuego vive la muerte del aire, el aire vive la muerte del agua, el agua vive la muerte de la tierra y la tierra la muerte del fuego». Esta ley se cumple también para los seres humanos, no hay política, ni relación humana en donde no se cumpla en mayor o menor medida esta ley.
Pitágoras de Samos (s. VI a.C.)
Defendía que la naturaleza estaba constituida por números. Los números producían la realidad de las cosas; todas tenían una composición numérica. El número 4 era el número elemental, pues de él surgían el resto de los números (1+2+3+4=10). A Pitágoras se debe también el teorema que lleva su nombre (h2=c2+c2), que refleja sobre todo la medida del Universo, simbolizado por el triángulo, que es el polígono elemental.
Los Sofistas (s. V a.C.)
Son el gran fenómeno del pensamiento en el s. V. El mayor representante de los sofistas es Protágoras, que decía que: «el hombre es la medida de todas las cosas; de las que son para él, o de las que no existen para él».
El discípulo de Protágoras, Gorgias, llevando al extremo lo que decía su maestro, dijo que: «nada existe, si algo existiera yo no lo podría conocer, si lo pudiera conocer no lo podría comunicar».
Contra los Sofistas, Sócrates dice lo siguiente: «Sólo sé que no sé nada». Descubre que sus conciudadanos no encuentran palabras para explicar preguntas sencillas, como por ejemplo: «¿Qué es la valentía?», o, «¿Qué es la belleza?», o muchas otras cuestiones. Sócrates así es el primero en reconocer su ignorancia; así, después de esto, se intenta llegar a un acuerdo sobre la cuestión que se plantea, mediante el diálogo.
Platón (s. IV-III a.C.)
El discípulo de Sócrates, Platón, ha ejercido una extraordinaria influencia en nuestra cultura. Ideas como «el amor platónico», «belleza ideal», o el término «idea». Platón, como su maestro Sócrates, quiere encontrar una verdad que esté a salvo del ataque de los Sofistas, y la encuentra en las ideas. Para Platón las ideas no las ha creado el hombre, sino que son una realidad al margen de él. Como Platón no puede explicar científicamente el origen de las ideas recurre a un mito: el mito de la Caverna.
El Mito de la Caverna
Imagínate unos hombres encadenados en el interior de una caverna, de forma que no pueden girar su cabeza a los lados y solo pueden ver las sombras que la luz proyecta desde el exterior. Un día uno de estos hombres es liberado y logra salir al exterior. Al principio le dolerán los ojos, pero poco a poco empezará a ver las cosas como son hasta llegar a ver la luz directamente. Este antiguo prisionero volverá a la caverna, y le contará a sus compañeros todo lo que ha visto, pero a estos les costará un gran trabajo creerlo. Tal es el estado del conocimiento humano.
Aristóteles (s. III a.C.)
Discípulo de Platón. Platón habló en forma de mito del conocimiento humano; para éste, conocer es recordar las ideas innatas. Aristóteles ya no habla en forma de mitos, sino que su lenguaje es más científico.
En primer lugar, dio una definición de la verdad: «Decir de lo que es, que es; y de lo que no es, que no es».
Para él, el conocimiento es el producto de la unión entre una idea y una cosa. Conocer la naturaleza es poner nombre a lo que no conocemos. Aristóteles ejerció una extraordinaria influencia en la cultura occidental. Sus ideas sobre el cosmos, sobre la Tierra, sobre la política, y sobre el arte no variaron hasta que en el s. XVI y s. XVII la Revolución Científica se opuso a ellas directamente.
La Cultura y el Origen del Hombre como Animal Biocultural
Cultura: conjunto de creencias, tradiciones y técnicas de una determinada sociedad.
La cultura occidental se caracteriza por ser en política, democrática; en religión, cristiana; y en economía, capitalista.
La democracia es el sistema político basado en que la sociedad elige a sus representantes mediante el sufragio universal. La religión cristiana es aquella que considera que Jesucristo es el hijo de Dios. Y el capitalismo es el sistema económico por medio del cual todo objeto tiene un precio en el mercado.