René Descartes: Racionalismo, Método y la Existencia de Dios

René Descartes y su Teoría del Conocimiento

René Descartes, filósofo de la Edad Moderna, participó en la Guerra de los Treinta Años. Fue un ávido viajero. Como matemático, creó la geometría analítica; como físico, sentó las bases de la cinemática; y como filósofo, es considerado el fundador del racionalismo y de la filosofía moderna. Se expresaba en francés vulgar para facilitar la comprensión de sus ideas a un público más amplio.

El punto de partida de Descartes es el racionalismo: la creencia de que todos los seres humanos son racionales y, por lo tanto, capaces de conocer la verdad. Los racionalistas reciben este nombre por la importancia que otorgan a la razón como medio para obtener el conocimiento. El concepto de razón ha evolucionado a lo largo del tiempo: para los presocráticos significaba palabra y ley, mientras que para Aristóteles era un proceder demostrativo. Sin embargo, desde Descartes, la razón se identifica con el proceder matemático, que se convierte en el modelo ideal de conocimiento. Con las matemáticas, Descartes busca crear un método universal, único para todas las ciencias.

Los Modos de Conocimiento: Intuición y Deducción

Para Descartes, existen dos modos de conocimiento: la intuición y la deducción. La intuición, que se ocupa de las naturalezas simples, nos permite captar de forma inmediata conceptos simples que emanan de la propia razón, sin posibilidad de duda o error. No hay duda alguna sobre lo que pensamos. Entre las intuiciones, surgen conexiones que la inteligencia descubre y recorre mediante la deducción. La deducción es una intuición sucesiva de las naturalezas simples y de las conexiones entre ellas. Para alcanzar lo simple e intuido, a veces es necesario un análisis previo que descomponga lo complejo en lo simple.

El Método Cartesiano: Cuatro Reglas para Alcanzar la Verdad

Para este propósito, Descartes propone un método compuesto por cuatro reglas:

  1. Evidencia: No admitir como verdadero nada que no se conozca como evidente, sin posibilidad de duda. El acto por el que la mente llega a la evidencia es la intuición. Descartes descarta la intuición sensible por considerarla confusa y se centra en la intuición intelectual.
  2. Análisis: Dividir lo complejo en sus partes simples.
  3. Síntesis: Reconstruir deductivamente el saber a partir de los elementos simples conocidos por la intuición.
  4. Enumeración: Revisar cada paso del proceso, confiando a la memoria la secuencia.

La Duda Metódica y el «Pienso, luego existo»

Descartes utiliza estos pasos del método para encontrar la primera evidencia, un principio absoluto e indudable. Para ello, duda metódicamente de todo hasta encontrar algo de lo que sea imposible dudar. Al dudar, Descartes encuentra lo que buscaba: aquello de lo que es imposible dudar. Pasa por tres etapas de duda: duda de los sentidos, de la realidad y del entendimiento. La duda del entendimiento no afecta a las matemáticas, por lo que introduce la hipótesis de un genio maligno que podría engañarnos incluso en nuestros razonamientos más básicos. Este hecho nos permite dudar de todos nuestros conocimientos.

Este proceso lleva a Descartes a una verdad absoluta: «Pienso, luego existo». Si pienso, no cabe duda de que estoy pensando. Llegados a este punto, tenemos una verdad absolutamente cierta: la existencia del pensamiento. El problema ahora es cómo demostrar la existencia de algo aparte del Yo.

Las Ideas Innatas y la Demostración de la Existencia de Dios

Para resolver este problema, Descartes realiza un análisis del propio pensamiento, ya que es lo único que tenemos seguro. El pensamiento consiste en una actividad en la que manejamos ideas, que se pueden dividir en tres tipos:

  1. Adventicias: Aquellas que parecen provenir de la experiencia externa.
  2. Facticias: Ideas construidas en la mente a partir de las anteriores.
  3. Innatas: Ideas que la razón posee por sí misma, que la razón desarrolla por sí misma.

Entre las ideas innatas, Descartes descubre la idea de Infinito, que relaciona con Dios. Una vez establecida la idea de Dios (Ser Infinito) como innata, la existencia de Dios se demuestra a partir de la propia idea de Dios. Para demostrar esto, Descartes utiliza argumentos, entre los que destaca el argumento ontológico de San Anselmo. Dios garantiza la validez de las leyes del entendimiento para el mundo. Cuando usamos correctamente el entendimiento, podemos estar seguros de aquello que conocemos como cierto.

Las Tres Sustancias: Dios, el Yo y los Cuerpos

Descartes distingue tres ámbitos de la realidad:

  • Dios o sustancia infinita
  • El yo o sustancia pensante
  • Los cuerpos o sustancia extensa

Descartes define la sustancia como una cosa que existe de tal manera que no necesita de ninguna otra para existir. Según esta definición, solo podría existir una sustancia, la sustancia infinita (Dios), ya que los seres finitos, pensantes y extensos, son creados y conservados por Él. Esta definición solo se puede aplicar estrictamente a Dios.

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