Pensamiento Ilustrado y Marxismo: Contexto Histórico y Filosófico

Contexto Histórico y Filosófico de Rousseau y la Ilustración

Rousseau pertenece a la Ilustración, movimiento intelectual que alcanzó su máxima difusión en el siglo XVIII y que culmina con la Revolución Francesa en 1789.

La Ilustración no fue solo un movimiento filosófico, sino que también tuvo repercusiones en terrenos como la política, la literatura, el arte o la religión. Su principal objetivo fue difundir la razón frente al dogmatismo, la superstición y el fanatismo, motivo por el cual el siglo XVIII recibe el nombre de «Siglo de la Razón» o «Siglo de las Luces».

La Burguesía y el Progreso

La burguesía comenzó a perfilarse como la nueva clase dominante frente a la nobleza y el clero. Este ascenso se vio favorecido por la aplicación de una serie de innovaciones técnicas, como la máquina de vapor o los telares mecánicos, que marcan los inicios de la Revolución Industrial. Estos avances provocaron que la mayoría de los ilustrados confiasen en el progreso, que pretendía el avance de la humanidad guiado por la razón, cuyos motores son la ciencia, una educación que permita a los hombres ser libres y la instauración de una sociedad más justa e igualitaria.

El Despotismo Ilustrado

El sistema político vigente en la mayoría de las naciones europeas era el despotismo ilustrado, forma de gobierno en la que los monarcas, como Carlos III de España, Catalina II de Rusia o Federico II de Prusia, aplicaban las reformas propugnadas por la Ilustración sin contar con la participación popular: «Todo para el pueblo, pero sin el pueblo».

Arte y Sociedad

La confrontación entre la burguesía y la nobleza se proyectó también en el arte. La nobleza veía reflejada su lujosa concepción de la vida en el estilo rococó, mientras que la burguesía plasmó sus ideales en el neoclasicismo, que promovía la vuelta al severo ideal griego de belleza.

Deísmo y Masonería

Los ilustrados defendían el deísmo, que acepta la existencia de Dios, pero no las instituciones religiosas, ya que defendían una religión natural que se propagó gracias a la masonería. Esta organización secreta, defensora del laicismo, a la que pertenecieron personajes de la época como Voltaire, Federico II, Haydn y Mozart, cree en la existencia de un ser supremo y gran arquitecto del universo, en la inmortalidad del alma y mantiene unos ideales de libertad, igualdad y fraternidad que influyeron en la Declaración de Independencia de Estados Unidos (1776) y en la Revolución Francesa (1789).

Separación de Poderes y Contractualismo

En el ámbito político, Montesquieu propuso su teoría de la separación de poderes: legislativo, ejecutivo y judicial. Al mismo tiempo, se difundieron las concepciones contractualistas sobre el origen de la sociedad, formuladas por Hobbes, Locke y Rousseau.

Contexto Histórico y Filosófico de Marx

Durante los años que siguieron a la Revolución Francesa (1789), la burguesía sustituyó a la nobleza como estamento principal del Estado y el proletariado se asentó como su principal oposición en el modo de producción capitalista, al estar constituido por una masa desposeída, tendente al comunismo y con una gran conciencia de clase.

Unificaciones, Colonialismo y Revolución Industrial

Fueron los años de las unificaciones de Italia y Alemania, y se inició el desarrollo del colonialismo en busca de mercados privilegiados y fuentes baratas de materias primas para el desarrollo industrial.

La Revolución Industrial se extendió más allá de Gran Bretaña, a Francia, Alemania, Italia y Estados Unidos, con algunos efectos perniciosos sobre los trabajadores (pérdida de valores éticos, masificación y subordinación a la máquina) que provocaron la expansión de ideologías como el socialismo, el anarquismo, el comunismo y el movimiento obrero (Bakunin), inspiradores, junto a las ideologías liberales y nacionalistas, de las revoluciones del siglo XIX a las que Marx no será ajeno.

Liberalismo y Capitalismo

El capitalismo tiene como ideología el liberalismo, cuyos antecedentes se remontan a Locke y Montesquieu, y en el que Marx ve, debido a su libertad económica ilimitada, una forma de egoísmo que provoca la degradación de la clase trabajadora. El liberalismo defiende la no intervención del Estado en el funcionamiento del mercado, el respeto a la propiedad privada en lo económico y la separación de poderes en lo político.

Individualismo y Sufragio

El individualismo y la libertad de pensamiento, de expresión y de culto se imponen en las sociedades occidentales, mientras que el sufragio censitario se va ampliando paulatinamente hasta englobar a todos los hombres, aunque no a las mujeres.

Positivismo y Evolucionismo

La visión optimista del progreso de la ciencia y la tecnología genera el positivismo, que confía en la capacidad de la ciencia para resolver cualquier problema. Las aportaciones de Darwin harán de la biología evolucionista un modelo de inspiración para numerosos pensadores.

Filosofía, Ciencia y Socialismo Científico

En filosofía, la admiración por la ciencia lleva a imitar sus métodos, lo que es evidente tanto en el positivismo como en el marxismo, que aspirará al socialismo científico. Nietzsche, aunque critica el reduccionismo positivista, admite las virtudes de la ciencia.

Fin del Idealismo y Nuevas Filosofías

El fin del idealismo provoca el abandono temporal de la metafísica y abre paso a filosofías con un amplio contenido social y político, como el positivismo, que aspira a conciliar el progreso de la ciencia y la tecnología con el orden político y social; el utilitarismo, que trata de desarrollar el empirismo y la psicología asociacionista del siglo XVIII para buscar el bienestar de la mayoría; y el marxismo, que aspira a transformar la sociedad, lo que llevó a Nietzsche a crear un nuevo mundo de superhombres.

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