Aristóteles
El método de Aristóteles
Según Aristóteles, todo conocimiento se inicia con los sentidos. Cuando nacemos no sabemos nada, somos como una hoja en blanco. Entonces, todo conocimiento es adquirido. Por esto, el método de Aristóteles se basa en la observación, en un método experimental que recoge datos o experiencias y, a partir de ahí, elabora leyes. Este método se contrasta con el de Platón. Según Platón, cuando nacemos hemos olvidado, pero ya lo sabíamos todo; lo que tenemos que hacer es recordar.
Concepción de la realidad: materia y forma
Aristóteles es realista: no existen dos mundos, sino uno único formado por objetos individuales, las sustancias. Cualquier sustancia es un compuesto de:
- Materia: es de lo que está hecha la sustancia. Ejemplo: el ser humano; su materia es la carne.
- Forma: determina que cada cosa sea lo que es, es la estructura y la organización de la materia. Ejemplo: en el caso del ser humano, hay algo que hace que toda esa materia esté viva y sea un ser humano y no otra cosa; esto es la forma.
Esta forma coincide con la finalidad, cada ser tiene una función propia que es exclusiva de él. Esta teoría se denomina hilemorfismo, que dice que todo está compuesto de materia y forma.
Lo que caracteriza la forma es la finalidad, la función propia. Por ejemplo: en el caso del cuchillo, se define por aquello para lo que sirve, que es cortar (forma / finalidad). En el caso del ser humano, su función es razonar. Aristóteles afirma la primacía de la forma sobre la materia, estableciendo que, por encima de las formas realizadas sobre la materia, existen formas inmateriales, cuya sustancia suprema es Dios, entidad primera o principio del movimiento y del orden del universo. Dios es inmóvil (inmutable) pero no inactivo: es acto, actividad de pensar.
Naturaleza
Aristóteles define la naturaleza como principio interno del movimiento (y del reposo) que se da en los seres naturales. Estos poseen en sí mismos el origen de su propia actividad, de sus cambios y movimientos. Cada ser tiende a actualizarse, tiende a alcanzar la perfección que le es propia.
Concepción de la realidad: materia y forma
Una vez definido cómo son las cosas, las sustancias, hay que explicar por qué cambian. El cambio lo explicó Aristóteles por el concepto de potencia. Todas las cosas son algo (ser), y al mismo tiempo no son algo (no ser). Por ejemplo: una piedra no es un árbol, una semilla tampoco es un árbol. La piedra no puede ni puede llegar a ser un árbol, la semilla no lo es, pero puede serlo. Y como lo que no es, pero puede ser, se halla en potencia (la semilla es un árbol en potencia) y aquello que es actualmente se halla en acto (actualmente), Aristóteles explica el movimiento como paso o tránsito de la potencia al acto. La naturaleza es algo dinámico que está cambiando. Este cambio puede ser de dos tipos:
- Sustancial: cuyo resultado es la generación de una sustancia nueva o la destrucción de una ya existente.
- Accidental: en el que no se generan ni se destruyen sustancias, sino que estas sufren modificaciones en aspectos no esenciales en su ser.
Si hablamos con precisión, solo es movimiento el accidental, y puede ser de tres clases:
- Cuantitativo: aumento o disminución en el tamaño.
- Cualitativo: alteración.
- Local: desplazamiento.
Para explicar cualquier cambio hay que explicar las causas. Aristóteles dice que hay 4 tipos:
- Material: de lo que está hecho una sustancia. Ejemplo: una estatua de mármol.
- Formal: determina qué es lo que va a ser. En el caso de la estatua, un busto a Aristóteles, etc.
- Eficiente: es el autor, es quien lo hace. En el caso de la estatua, un escultor.
- Final: es para qué se hace. En el caso de la estatua, para ganar dinero, etc.
Según Aristóteles, estas tres últimas causas coinciden en los procesos naturales. Ejemplo: en la reproducción, los padres determinan qué va a ser el hijo (forma, ser humano), son la causa de su hijo (eficiente), se producen para que la especie se perpetúe (fin, es la más importante).
La concepción del ser humano y el alma: cuerpo – Antropología
Aristóteles concibe al ser humano como una sustancia viviente compuesta de alma (forma) y materia (cuerpo), siendo el alma el principio vital que anima y organiza el cuerpo.
La unión alma y cuerpo es una unión natural y esencial, constituyen juntos una única sustancia viviente. Como forma y materia van siempre unidas, alma y cuerpo son inseparables, por lo que Aristóteles niega que el alma sea inmortal. Esta teoría es monista: el ser humano es una cosa y no dos, como pensaba Platón.
El alma puede ser de tres clases, teniendo en cuenta que es lo que determina que un cuerpo sea vivo. Existen tres tipos de alma:
- Vegetativa: desempeña funciones como la alimentación y la reproducción. La poseen todos los seres vivos, pero los vegetales sólo tienen este tipo.
- Sensitiva: desempeña funciones como la capacidad de movimiento, de desear y de percibir. La poseen los animales y el hombre.
- Intelectiva o Racional: sólo la posee el único animal con logos: el hombre. Capacidad de pensar y de obrar conforme a la razón.
A diferencia de lo que decía Platón, para Aristóteles el alma individual es mortal.
Conocimiento
Según Aristóteles, todos los seres humanos tenemos una tendencia natural a conocer, es decir, desde que nacemos queremos saber cosas nuevas. Cuando nacemos no sabemos nada, somos una hoja en blanco, todo lo tenemos que aprender por la experiencia, todo lo aprendemos por los sentidos.
El alma racional es capaz de adquirir la ciencia, un conocimiento intelectual basado en conceptos universales, abstrayendo las formas y separándolas de la materia a las que están unidas. Este proceso de abstracción avanza desde los sentidos al concepto universal, y en él desempeña un papel decisivo la imaginación, sobre la que operan el intelecto paciente, que recibe la imagen, y el intelecto agente, que abstrae la forma y obtiene el concepto. Una vez que obtenemos este conocimiento, empezamos a hacer juicios acerca de los hechos del mundo, y esto sólo lo puede hacer el único animal que tiene logos: el hombre. Sólo el hombre puede juzgar mediante la Lógica, de modo que la Verdad y la Falsedad dependen de la capacidad de juzgar del hombre y de su forma de conocer. Para elaborar estas leyes universales, las ciencias utilizan la inducción: pasan de las cosas particulares a los casos generales. Las leyes se dividen en:
- Teóricas: establecen lo que es así y no puede ser de otro modo.
- Prácticas: lo que es así, pero puede ser de otro modo.
- Técnicas: enseñan cómo se produce algo.
La ética
Según Aristóteles, la ética no es algo teórico sino algo práctico, sirve para alcanzar la felicidad y ser buenos (saber cómo comportarnos). El fin del hombre es la felicidad, es la vida completa del hombre, la realización de todo su potencial, su perfección, y solo somos auténticamente felices cuando realizamos nuestra función propia, la racionalidad.
La felicidad no podrá consistir ni en el placer, ni en la riqueza, ni en la fama, ni en el honor, solo en la razón.
Esta actividad intelectual consiste en la vida contemplativa, dedicarnos a conocer y aprender por el gusto de aprender. El ser humano no puede dedicarse por entero a la contemplación porque tiene necesidades corporales, problemas económicos, etc., por lo que ha de contentarse con la felicidad limitada. Aristóteles distingue dos tipos de virtudes: las intelectuales, que perfeccionan el conocimiento, y las morales, que perfeccionan el carácter, el modo de ser y de comportarse.
Aristóteles introduce una de enorme importancia: la prudencia (buen juicio o sabiduría práctica). A ella le corresponde determinar qué es lo correcto en el ámbito práctico de la conducta, determina dónde se halla el término medio entre dos vicios, uno por exceso y otro por defecto, razonable para cada tipo de acción y en cada caso particular. La prudencia sólo puede adquirirse mediante la experiencia, pues depende del contexto y el momento. Por ello, dirá Aristóteles, los jóvenes son imprudentes y cometen errores: les falta experiencia.
La virtud es uno de los elementos de la vida feliz, consiste en portarse bien, y el vicio en portarse mal. Es un hábito de elegir en un término medio relativo a nosotros, definido por la razón del hombre prudente.
Política
La ética aristotélica culmina en la política, porque no busca la felicidad de un individuo, sino el bien colectivo con el fin de facilitar a los ciudadanos una vida placentera, digna y satisfactoria, en el marco del Estado. Ser virtuoso es obedecer las leyes.
Según Aristóteles, es imposible ser feliz al margen o fuera de la sociedad. Mantiene un organicismo social: el Estado es anterior por naturaleza a los individuos, familias, aldeas que lo forman, y el hombre puede definirse como un animal político, ya que carece de sentido fuera del todo social, de la ciudad-estado de la que forma parte. De esta tendencia natural van apareciendo distintas sociedades:
- Las familias: se basa en la pareja hombre y mujer.
- Aldeas o demos: constituido por la unión de varias familias que intercambian bienes entre sí.
- Polis: es la agrupación de varios demos, ciudad-estado, es autosuficiente, es la forma perfecta de comunidad.