Explorando la Ética de las Virtudes: Aristóteles y Kant

El Problema Ético y la Tradición de las Virtudes

La Ética de Bienes y Fines según Aristóteles

Aristóteles plantea que el ser humano actúa persiguiendo fines, que a su vez son medios para lograr otros fines. Debe existir un fin último que dé sentido a los demás, un bien supremo deseado por sí mismo y no como medio, que sea autárquico e independiente.

Según Aristóteles, la ética se ocupa de definir el bien del hombre, lo que es bueno para cada individuo. La política, por otro lado, se ocupa de lo bueno y lo justo para todos. Este conocimiento se adquiere en la madurez, con la experiencia necesaria para juzgar.

El bien supremo es la felicidad (eudemonia), que se alcanza al comportarse y vivir bien. Cada persona tiene una función específica, y la realiza bien si actúa de acuerdo a su naturaleza racional. La excelencia humana reside en el ejercicio correcto de los poderes racionales.

Tipos de Actividades Racionales

Aristóteles distingue dos tipos de actividades donde se manifiesta la racionalidad:

  • Pensamiento: La razón forma la actividad humana (virtudes dianoéticas), como la sabiduría, inteligencia y prudencia, que son resultado de la instrucción explícita.
  • Actividades ajenas al pensamiento: Se busca el éxito al obedecer los preceptos de la razón (virtudes éticas), como la libertad, templanza y coraje, que son resultado del hábito.

La reiteración de acciones virtuosas es esencial para alcanzar la virtud, que se forma como una disposición permanente a través del ejercicio. La virtud implica elegir el justo medio entre los extremos.

Este principio se aplica tanto a las emociones como a las acciones.

La Justicia y el Justo Medio

Respecto a la justicia, el justo medio busca la igualdad entre personas de igual mérito (justicia distributiva), reparar la desigualdad por violación de contratos o violencia (justicia restitutiva), y proporcionar retribuciones proporcionales a los servicios (justicia conmutativa). Se opone a la ambición desmedida.

La regla del justo medio está ligada a la capacidad de juicio del hombre prudente.

Acción Voluntaria e Involuntaria

Aristóteles examina las virtudes a través del análisis de la acción voluntaria, ya que solo estas pueden ser alabadas o culpadas. Una acción es no voluntaria cuando se efectúa por:

  • Compulsión: Cuando el agente no actúa libremente, como ser obligado bajo amenaza.
  • Ignorancia: Ya sea por estados de ignorancia (ebriedad o cólera) o por no saber lo que constituye el vicio o la virtud, o por ignorar las circunstancias particulares de la acción.

Cada acción se valora según lo que haría un agente que delibera antes de actuar, es decir, un hombre prudente que posee la phronesis. Esta es la virtud de la inteligencia práctica, que permite aplicar principios generales a situaciones particulares, siendo esencial para ser virtuoso.

La Ética Universalista de Kant

Kant afirma que la buena voluntad es el único bien incondicionado, y sus principios no se derivan de un fin determinado (telos). Es buena en sí misma.

El ser humano está sujeto a las leyes de la naturaleza, pero también participa del mundo moral, donde debe regirse por leyes morales. La conciencia moral dicta: “Debo hacer tal cosa porque es mi deber hacerlo”.

El hombre, como ser racional finito, desea la felicidad, pero esto puede llevar a máximas subjetivas o imperativos hipotéticos, no a principios objetivos válidos para todo ser racional.

La ley moral manda actuar según una máxima que pueda valer para todos.

El Imperativo Categórico

El imperativo categórico establece: “Obra de manera que la máxima de tu voluntad pueda convertirse en ley universal”. Tiene un carácter formal, sirviendo para criticar doctrinas morales basadas en principios materiales. Permite establecer que “el concepto del bien y del mal no debe ser determinado antes que la ley moral, sino únicamente después de ella y mediante ella”.

El imperativo categórico implica el reconocimiento de los demás sujetos morales, incluyendo el respeto a su dignidad: “Procede de manera que trates a la humanidad, tanto en tu persona como en las demás, siempre como fin y nunca como simple medio”.

Principios del Pensamiento Moral Kantiano
  • Concentración en la obligación moral como fenómeno básico.
  • Universalización de la máxima de la acción como criterio moral absoluto.
  • Irrelevancia del contenido material de las acciones (formalismo).
  • Primacía del concepto de persona autónoma como concepto normativo central.

Una formulación clara del criterio kantiano de moralidad es: “Se debe poder querer que una máxima de nuestra acción se convierta en ley universal”.

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