Explorando los Modos y el Origen de la Conciencia: Perspectivas Filosóficas

Modos de la Conciencia

La conciencia se ha entendido de diversas maneras a lo largo de la historia del pensamiento. A continuación, se presentan algunos de los modos más relevantes:

Conciencia Intencional

Desde este modo, los contenidos de la conciencia, en contraposición de los fenómenos físicos, se caracterizan por ser necesariamente intencionales, es decir, por no ser «cosas», sino por ser funciones, actividades o actos encaminados a algo. La meta hacia la que se mueven estos objetivos es aquello de lo que se es consciente. Brentano es el representante más conocido de esta posición.

Conciencia Metódica

Bajo esta perspectiva, la conciencia está regida por un método o constituida ella misma como método. Supone una radicalización racionalista, elaborada desde Descartes hasta la Ilustración.

Conciencia Histórica

Este tipo de conciencia está en relación con el conocimiento del desarrollo histórico, ya sea como conjunto de circunstancias o como desarrollo inexorable de alguna ley que rige o marca el curso general de los acontecimientos. Esta concepción nace en el siglo XVIII, pero tiene su momento de esplendor a lo largo del siglo XIX, especialmente en el Romanticismo y posteriormente con Dilthey.

Para Hegel, esta conciencia histórica llega a abarcar la totalidad de la historia en su constante proceso de evolución y autosuperación. Esta variedad se define como conciencia absoluta.

Conciencia Alienada

En este proceso de absoluta y constante superación, aparecen momentos en los que la conciencia se descubre a sí misma dividida, e incluso contradictoria. Del reconocimiento de ese estar «fuera de sí» nace la alienación. Comenzando con Hegel, que calificó a esa conciencia como infeliz, Freud es su representante más destacado. Con el objeto de superar esta situación, Marx define una conciencia que no busque reflejar la realidad, sino transformarla. Sería una conciencia revolucionaria.

Conciencia Hermenéutica

Se trata de la conciencia ligada a la historia y a la lingüística. Bajo esta perspectiva, se busca una interpretación que no desprecie la tradición y que no huya de la circularidad y de la paradoja para ofrecer una visión global y panorámica de la realidad, especialmente de la realidad humana y de sus productos culturales. El representante de esta formulación es Gadamer.

Conciencia Crítica

Se trata de la conciencia que puede ampliar el nivel y el alcance de la comunicación, que se supone no tiene límites, para cuestionar las ideologías. Retomando algunas líneas ideológicas de Marx, los principales representantes son los miembros de la Escuela de Frankfurt, especialmente Habermas. Como una forma específica de este tipo de conciencia, Ernest Bloch la enfoca hacia su plena realización en el futuro. Sería la conciencia utópica.

Conciencia Ecológica

Se trata de la conciencia de pertenecer a la Naturaleza que se degrada por el desarrollo tecnológico industrial. En esta forma de ver la conciencia se plantea un cierto compromiso ético personal. El máximo representante de esta formulación es Hans Jonas.

Origen de la Conciencia Moral

Ya se ha visto cuál ha sido el origen del concepto de «conciencia» y se ha apuntado a su raíz religiosa, además de su carácter integrador de la experiencia humana intelectual. Además, se ha señalado su especial condición de guía moral desde una perspectiva dualista y trascendental. Sin embargo, a lo largo de la historia, se han ofrecido otras explicaciones acerca del origen de la conciencia moral como forma específica de conciencia. Básicamente podemos encontrar dos pares de posturas contrapuestas: origen divino o humano, por un lado, y origen innato o adquirido, por otro.

Origen Divino o Trascendental

Bajo esta perspectiva, se atribuye la existencia de la conciencia moral a alguna entidad divina. Así pues, se supone que Dios deposita en el ser humano la «chispa de conciencia». En general, los filósofos medievales defendieron esta posición. Además, bajo este punto de vista, se estaría defendiendo el carácter innato de la conciencia moral.

Origen Humano o Inmanente

Según esta postura, en el origen de la conciencia moral no intervendría ningún agente exterior al propio ser humano. Para Kant, la conciencia moral se concibe como una realidad natural. Igualmente, Durkheim o Marx consideran la conciencia moral como una realidad inmanente, pero afirman que no es una realidad natural, sino producto de un desarrollo social o histórico.

Origen Innato

Se considera que, por el mero hecho de existir, todos los seres humanos poseerían desde su nacimiento y para siempre una facultad específica y distintiva: la conciencia moral. Salvo los Sofistas, prácticamente todos los pensadores hasta el siglo XIX defendieron esta postura. Sin embargo, dentro de esta perspectiva algunos autores, además de ese carácter innato de la conciencia moral, hacían hincapié en su carácter educable a través de la formación de la voluntad (Aristóteles) o de la sensibilidad (Hume).

Origen Adquirido

Según esta perspectiva, la conciencia moral se adquiere gracias a la evolución natural o histórica, o bien al desarrollo de las ciencias sociales. Desde este punto de vista, la conciencia moral no sería ni podría dejar de ser más que su contenido.

Esta perspectiva tiene distintas implicaciones. Por un lado, cabría la posibilidad de que no surgiese conciencia moral en alguno, muchos o incluso en todos los seres humanos. Por otro lado, podría contemplarse la posibilidad de conciencia moral en seres no humanos, como los primates. Defienden esta explicación las teorías naturalistas, historicistas, sociológicas o el psicoanálisis.

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