Contexto Histórico, Cultural y Filosófico de Ortega y Gasset
Contexto Histórico
La vida de Ortega y Gasset transcurre entre el último tercio del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, lo que le convierte en testigo clave de una época llena de acontecimientos en la historia de España. Ya en el siglo XX, se suceden los reinados de Alfonso XIII, la Primera Guerra Mundial, la dictadura de Primo de Rivera y la crisis financiera de 1929. En 1931, se proclama la Segunda República en España. En este período, Ortega se implicó en la vida política como diputado, aunque quedó finalmente muy decepcionado por la poca incidencia que tuvieron sus propuestas. También son famosas sus polémicas con Manuel Azaña, quien promovía ideas más democráticas que Ortega, al que le parecía que las masas necesitaban un líder que las guiara.
Posteriormente, hay que señalar la fundación de la Falange en 1933 por el hijo de Primo de Rivera y, por último, la Guerra Civil entre los años 1936-1938, que supuso el exilio de muchos intelectuales españoles, sobre todo a Latinoamérica. El mismo Ortega vivió unos años por diferentes países europeos, aunque finalmente volvió a Madrid. Otra de las consecuencias de la Guerra Civil fue el aislamiento político y cultural de España, lo que puso a nuestro país en un lugar opuesto al proyecto europeísta de Ortega.
Es necesario terminar apuntando el largo proceso de la Segunda Guerra Mundial, entre los años 1939-1945, la creación de la ONU en 1949, el ingreso de España en la OTAN en 1953, y los acuerdos con la Santa Sede en el mismo año, justo dos antes de que Ortega y Gasset falleciera. En la España de la vida de Ortega, nos encontramos con un país con una enorme población agraria y en el que entró tardíamente la Revolución Industrial, un elevado índice de analfabetismo y una baja escolarización.
Contexto Cultural
En este aspecto, es interesante destacar la influencia de la prensa en la vida cultural de España desde la ley de prensa de 1883. De hecho, Ortega fue un periodista destacado, cuyos artículos se publicaron en el periódico El Sol, del que fue fundador. Otra influencia fundamental en la vida social y cultural que hay que señalar es la de la Iglesia, aunque ésta tuviera que luchar con la fuerza del materialismo marxista y comunista, o con las crecientes ideas anarquistas, que tuvieron gran eco entre la población durante la Segunda República. En cuanto a la literatura, Ortega fue contemporáneo de los escritores de la llamada Generación del 98, así como de los autores de la Generación del 27.
Contexto Filosófico
Desde el punto de vista de las ideas filosóficas, Ortega se encuentra con un gran desierto en el ámbito nacional. Sin embargo, se empapó de neokantismo durante sus estudios en Alemania, y conoció las otras corrientes contemporáneas europeas como la fenomenología de Husserl, el existencialismo, el neopositivismo del Círculo de Viena, el pensamiento del francés Henri Bergson, el marxismo, etc. A estos hay que añadir una clase media dividida ideológicamente en tradicionalistas y progresistas, y una clase obrera que no es propiamente tal, integrada sobre todo por campesinos, artesanos y asalariados.
Teoría Filosófica de Ortega y Gasset
Realismo e Idealismo
El realismo es la teoría según la cual el objeto conocido tiene una realidad independiente de la mente que la conoce y puede existir aunque nadie lo piense o se lo represente. Según Ortega, el realismo es la tesis que se forma nuestra mente, es expresión de la actitud nativa de la mente, la doxa. La superación de esta actitud implica la superación del lenguaje y los conceptos tradicionales. La reforma de la idea del ser significa la reforma radical de la filosofía. La filosofía auténtica no puede dar nada por supuesto, por lo que no puede aceptar el realismo ingenuo.
El idealismo es una teoría que consiste en afirmar que el mundo es una construcción de la subjetividad; es una consecuencia de la actividad pensante del sujeto. Con el idealismo, la filosofía pierde el mundo exterior, lo convierte en mera representación y a la vez descubre la realidad primordial de la conciencia de la subjetividad. Ortega considera que estas tesis forman la médula de la modernidad. La superación del idealismo es el tema de nuestro tiempo. Solo profundizando en el idealismo podremos ir más allá de él.
Perspectivismo y Razón Vital
Según Ortega, nunca podemos reducir el afán de descubrir lo radical. El dato radical no es el que creemos cuando vivimos en la actitud nativa, y el idealismo no cae en el escepticismo. La tesis idealista tiene que superarse: el idealismo acierta cuando muestra que la realidad depende de la subjetividad, pero no cuando considera que es una parte de ella. El error del idealismo puede convertirse en subjetivismo.
La perspectiva es una doctrina fundamental en su filosofía que consiste en afirmar que todo conocimiento está anclado siempre a un punto de vista, en una situación, y que, en su propia esencia, la realidad misma es perspectivística:
- Objetivismo: si existe la verdad, tiene que ser una.
- Subjetivismo: las apariencias son subjetivas.
El perspectivismo que defiende le permite superar ambas teorías. Ortega afirma que la realidad no es una, sino múltiple. La verdad está en la comprensión de que ambos, el sujeto y el objeto, son inseparables. El objetivismo es una teoría incorrecta; por lo tanto, debe ser múltiple. La modernidad descansa en el concepto racionalista e idealista de la subjetividad. El tema de nuestro tiempo es la superación de este concepto y la superación del racionalismo y del idealismo y la preparación de una nueva época.
Para Ortega, todo tiene una misma misión. El principio básico que encuentra Ortega es la subjetividad, y la filosofía que lo gesta, el racionalismo y el idealismo. Para Ortega, estamos en el umbral de una nueva época, la subjetividad es algo ya caduco, la modernidad ha concluido. Creyó encontrar en la superación del idealismo y los principios filosóficos de la modernidad, la solución para los graves problemas de España. El mundo es lo constitutivo básico de la vida. La razón vital es el ejercicio de la razón que consigue integrar las exigencias de la vida con las exigencias de la razón. Nos enseña la primacía de la vida y sus estructuras o características fundamentales.
Comparación entre Descartes y Ortega y Gasset
Ontología
Para Descartes, la única existencia cierta es lo percibido con certeza por la razón. Se trata de una realidad que es idéntica y la misma para todos los sujetos que apliquen correctamente el método. Es, en palabras críticas de Ortega, un mundo ultravital y extrahistórico: nada material y sensible que tenga vinculación con la vida y con la historia es real. Tal realidad racionalista no es perspectivística ni histórica; es absoluta.
Frente a Descartes, Ortega propone una realidad perspectivista. En palabras del autor: «La perspectiva es uno de los componentes de la realidad. Lejos de ser su deformación, es su organización». La realidad se muestra en tantas perspectivas como sujetos.
Epistemología
Para Descartes, será verdadero lo que la razón, cualquier razón, pertenezca al lugar o momento histórico al que pertenezca, perciba con claridad y distinción. Es meramente una razón separada y sin ningún contacto con el cuerpo: la sustancia pensante. Precisamente cuando la sustancia pensante se deja llevar por los sentidos y entra en contacto con lo sensible, con la vida, pierde la posibilidad de alcanzar la verdad.
Para Ortega, el conocimiento es siempre conocimiento desde una vida, desde unas condiciones corporales, socioculturales e históricas concretas, es decir, desde un punto de vista. La circunstancia de cada sujeto determina la parte de realidad a la que tiene acceso. Por tanto, ningún sujeto ni ninguna época histórica podrán alcanzar el conocimiento absoluto y definitivo. Sin embargo, la parte de verdad alcanzada es precisamente eso, una parte de la verdad.
Antropología
Descartes defiende un dualismo antropológico. Propone que lo único indudable es la existencia del yo pienso, una sustancia que se define como pensamiento. Lo corporal es una sustancia extensa, distinta y separada del yo. Por eso, la razón de los seres humanos de todas las épocas y lugares es la misma.
Para Ortega, lo que define al ser humano es su vivir. La vida no es una cosa o sustancia que se pueda definir como pensamiento, como cualquier cosa. El hombre no tiene naturaleza, tiene historia. Es un ser que se está haciendo incesantemente a sí mismo. La definición de cualquier aspecto humano que olvide que nace de lo vital es una abstracción.