Teorías de la Verdad
En el sentido epistemológico, una proposición es verdadera cuando aquello que se dice se corresponde con la verdad.
Teoría de la Correspondencia
Una proposición es verdadera si esta se corresponde con la verdad, lo que significa que hay correspondencia, pues básicamente una representación que tiene algo que ver con el… Surge lo que se supone son problemas, para quien los quiere ver, cuando se intenta analizar la correspondencia. Esta teoría va asociada al realismo, que supone que existe una realidad independiente de nuestra mente y que esta realidad es básicamente tal como se representa en ella. La representación consiste en la captación de la forma.
Teoría de la Coherencia
Sostiene que una proposición no es verdadera porque se corresponda con la realidad, sino porque es coherente con todas las demás proposiciones que son verdaderas. Para considerar verdadera una proposición hace falta, además, que otras la apoyen, si es deductivamente, mejor. Esta teoría evita la comparación entre verdad y realidad, solo compara proposiciones entre sí, pero aun así también tiene problemas, ya que el hecho de que una serie de proposiciones no se contradigan solo asegura que si una es verdadera lo sean las demás, pero podría ser falso todo el conjunto. La coherencia es defendida por las posturas metafísicas y epistemológicas como el idealismo y el racionalismo.
Teoría Pragmática
Una posición es verdadera si sus efectos son positivos para quien los sostiene. Esta teoría no está en desacuerdo con la de correspondencia, pero aquí la adecuación significa que sostener esa afirmación es positivo para un fin. Sin embargo, aquello útil en un principio puede no serlo llegado un momento determinado, por eso, según el pragmatismo, la verdad no es una característica inmutable.
Posibilidad de Conocimiento
Escepticismo
El escepticismo proviene del griego skeptomai (examinar minuciosamente). Este examen minucioso debe hacernos estar completamente seguros antes de tomar una decisión, lo que a veces resulta imposible. De ahí que se llamara escépticos a los pensadores que creían que era imposible llegar a una certeza absoluta. Hay que distinguir dos grados:
- Radical: Afirma que el hombre no tiene capacidad para alcanzar ningún conocimiento, a lo que llega analizando en lo que debería consistir el conocimiento. Si por conocer se entiende que un sujeto capta un objeto en su mente, lo cual no es posible porque tal objeto no puede penetrar físicamente. Se considera que el fundador es Pirrón de Elis, según el cual nos es imposible alcanzar el conocimiento de ningún objeto, ya que no lo podemos captar físicamente. Lo mejor, decía Pirrón, es la suspensión del juicio, es decir, no pronunciarse sobre nada (epokhé). Se ha dicho que este tipo de escepticismo es contradictorio.
- Moderado: Cree que es imposible alcanzar ningún conocimiento, pero no porque no tengamos capacidad, sino porque nunca tendremos la certeza de si una afirmación es verdadera. Solo podemos decir que algunas son más probables. Empezó con Arcesilao y Carnéades, y sus principales representantes fueron Michel de Montaigne, Tomás Sánchez y Pierre Charron. Pero el escepticismo filosófico más importante fue el de David Hume, que era un escepticismo teórico que nos hace desconfiar de la razón y nos aleja del dogmatismo.
Dogmatismo
Es la postura contraria al escepticismo. Proviene de la palabra dogma, que significa «doctrina fijada», que se utiliza sobre todo en religión para referirse a aquella doctrina absolutamente verdadera. Se calificó de dogmática a aquella persona que acepta, sin ninguna crítica, que el ser humano puede alcanzar la verdad absoluta. La persona dogmática, al estar convencida de su verdad, piensa que la posición contraria debe ser falsa.
Relativismo
Son aquellas posturas que consideran que se puede llegar a conocimientos verdaderos, pero que estos no son válidos ni para todos los sujetos ni para todos los tiempos.
- Relativismo individual: La verdad puede ser distinta para cada individuo. Esta postura fue defendida por Protágoras, que decía que «el hombre es la medida del mundo».
- Relativismo social: Cree que hay un sistema de verdades para cada cultura. El gran desarrollo de la antropología cultural contribuye a la defensa del relativismo.
- Relativismo histórico: Defiende que cada época tiene su propio sistema de verdades, y que no hay verdades universales ni transhistóricas, sino que solo hay verdades con relación a una humanidad determinada.
Criticismo
Es cualquier postura que, antes de afirmar si algo es verdadero o falso, analiza la razón humana para ver si tiene capacidad para acceder a tal conocimiento y bajo qué condiciones puede hacerlo. Kant decía que la primera tarea de la razón es analizar su propia forma de conocer, sus posibilidades y sus límites, y sin esta crítica previa se podría caer fácilmente en engaños. La razón humana puede tener un conocimiento objetivo, pero no de la realidad misma, sino del objeto del conocimiento. Kant llegó a la conclusión de que podemos conocer la realidad fenoménica, es decir, la que se nos manifiesta a nosotros. Una realidad objetiva es aquella que es objeto de conocimiento para el ser humano, según dijo Kant.
Prácticamente ninguna corriente filosófica adopta un dogmatismo radical, que corresponde a la postura metafísica que llamamos realismo ingenuo. Si entendemos por dogmatismo aquella postura que tiene confianza en la capacidad humana de conocer, podemos incluir en el dogmatismo moderado a todos los filósofos que han desarrollado algún sistema metafísico y alguna teoría del conocimiento, ya que defienden mediante razones sus teorías porque las creen verdaderas.
Revisión Contemporánea del Ser Humano
Karl Marx
Según la teoría marxista, las ideas de las personas están determinadas por su posición de clase. Eso significa que la política, el derecho, la filosofía, el arte o la religión no son más que el recubrimiento ideológico bajo el que se oculta la realidad material humana. Él decía: «Lo que uno es, y lo que piensa, está determinado por la clase de sociedad en que vive».
Nietzsche
Consideró que lo mejor que el ser humano cree haber producido a lo largo de la historia de la cultura no es más que una reacción de defensa de criaturas débiles para justificar su impotencia frente a las fuerzas de la vida, su incapacidad de vivir. Los valores, los ideales, son el refugio que los humanos se construyen para ocultar su miedo al desorden, al caos. Así, él piensa que habría que acabar con todos los falsos ideales y dejar el terreno preparado para la llegada de un «superhombre» capaz de vivir sin resentimientos en un mundo de esa naturaleza.
Freud
Creía que el hombre tenía dos dimensiones: consciente e inconsciente. Al introducir esta hipótesis, la idea del ser humano quedó desprovista de lo que le identificaba: sus ideas, que se consideraron una herramienta para la explotación de una clase por otra; sus valores, una tapadera de su miseria moral y vital; y su conciencia, un freno al subconsciente que le dirige.