El Criticismo: Síntesis que Supera Racionalismo y Empirismo
Kant se encuentra con que la historia de la filosofía no es una ciencia como las matemáticas, la física o incluso la química, sino la historia de múltiples sistemas, desechos, inacabados y sustituidos. Para Kant, la filosofía no es psicología o teología, es simplemente teoría de la unidad del conocimiento. El conocimiento versa acerca de algo que ocurre. Existen conocimientos particulares o singulares (conocimiento sensible), que carecen de necesidad, pues las cosas conocidas no existen siempre o, si existen, podrían no existir (ej.: El firmamento está con nubes). Otros son universales y necesarios (conocimiento científico), las cosas conocidas son siempre y en todo lugar así y no pueden dejar de ser así (ej.: 2+2=4).
Según Kant, no se aprende filosofía, sino que se aprende a filosofar. Nuestro autor entiende que la filosofía debe abarcar, sobre todo, el estudio de cuatro importantes problemas sobre el ser humano que formula mediante las siguientes preguntas:
a) ¿Qué puedo conocer?
Responde a este interrogante en la obra Crítica de la razón pura. Trata en ella de establecer los límites dentro de los que puede existir el conocimiento científico de la naturaleza. Distinguirá entre ciencia y metafísica.
b) ¿Qué debo hacer?
Contesta a esta pregunta en la obra Crítica de la razón práctica. Aquí reflexiona sobre el problema de la moralidad y el establecimiento de los principios y condiciones que posibilitan que la razón obre libremente.
c) ¿Qué me cabe esperar?
En las obras Ideas de la historia universal y Crítica del juicio reflexiona sobre el problema de la religión, de la estética y de la historia, entendida como posibilidad de realización en un tiempo y en un espacio determinado.
d) ¿Qué es el ser humano?
Responde a esta cuestión en su obra La Religión dentro de los límites de la verdadera razón, y trata de relacionar las tres interrogantes anteriores, reduciéndolas a una sola pregunta antropológica. El ser humano es siempre, para Kant, el marco central de reflexión, tanto en sus aspectos racionales o del conocimiento como en su comportamiento moral o libre, religioso y estético.
Kant, en los primeros años, fue un pensador racionalista. Más tarde, influenciado por Hume, abandonó lo que llama «sueño dogmático» del racionalismo. Sin embargo, acepta el postulado racionalista de que existe una razón que nos conduce al conocimiento de los hechos y que aporta las características de universalidad y necesidad. Para Kant, esta razón no puede estar aislada de la experiencia sensible.
En una segunda etapa, Kant acepta del empirismo el hecho de que todo conocimiento debe tener su base en la experiencia sensible, si bien no está de acuerdo con el escepticismo que caracteriza sobre todo la teoría de Hume y que lo lleva a rechazar toda la metafísica y conceptos como sustancia, causalidad, mundo o Dios.
Mediante la fase llamada «conocimiento crítico» es así como Kant supera las tesis racionalistas y las empiristas. Por ello distinguirá entre conocimiento científico, que ejemplificará en las matemáticas y en la física, y conocimiento metafísico, que es aquel que va más allá de la experiencia y que se mostrará también en la moral, después de negar la posibilidad de la metafísica como ciencia. Kant afirmará que existen conceptos previos a nuestro conocimiento, que son formas a priori de la sensibilidad. Así es como supera las tesis racionalistas y las empiristas.
La Dialéctica Trascendental: La Razón
Kant estudia la posibilidad de los juicios sintéticos a priori en la metafísica, es decir, a partir de los argumentos usados y de los juicios con los que expresa sus contenidos, trata de averiguar si es ciencia o no. Trascendente es lo opuesto a inmanente, a lo que está en una cosa. Es lo que sobrepasa todo ente particular. El Dios inmanente es considerado como un ser que se confunde con el mundo, mientras que el Dios creador es el trascendente. Trascendental es lo que se refiere a las condiciones a priori del conocimiento. No se refiere propiamente a los objetos de conocimiento, sino al modo de conocerlos, en tanto que ese modo es posible a priori. Las formas puras a priori son la condición de la posibilidad del conocimiento científico.
Kant se sirve del concepto «dialéctica» como arte de discusión que vale para convencer al contrario mediante argumentos. El filósofo sabe que el pensamiento metafísico clásico pretende, por medio de conceptos puros, ir más allá de la experiencia e incurrir en contradicciones: falsas ilusiones. Las propiedades del conocimiento son actividad y creatividad.
La Ilusión Trascendental de la Metafísica
Kant cree que la metafísica, tal como se conoce a través de Wolff, trata tres temas:
- Idea del alma: unificación de los fenómenos psíquicos.
- Idea del mundo: unificación de los fenómenos físicos.
- Idea de Dios: unificación de todo lo existente, físico y psíquico.
La metafísica tradicional tiene errores, según Kant, que proceden del hecho de que trata de servirse de las categorías, que sólo funcionan en el mundo fenoménico. Para ello se produce la ilusión de un conocimiento que no es real. A esta ilusión Kant la denomina «ilusión trascendental».