Santo Tomás de Aquino y la Escolástica
Santo Tomás de Aquino (1225-1274) fue un influyente filósofo y teólogo medieval cuya obra se enmarca en el contexto de la escolástica, un movimiento intelectual que buscaba reconciliar la filosofía clásica con la teología cristiana. Nacido en Aquino, Italia, Tomás estudió en la Universidad de Nápoles y en la Universidad de París, donde fue alumno de Alberto Magno. La Europa medieval de su tiempo estaba inmersa en un complejo tejido de fe y razón, y Tomás de Aquino se convirtió en uno de los principales pensadores que buscaban aplicar principios filosóficos a la vida política y social.
Atributos de Dios según Santo Tomás de Aquino
- Primer Motor Inmóvil: Dios es el causante del movimiento sin ser movido por otro; es la causa primera de todo movimiento en el universo.
- Ser Necesario: Dios es el ser cuya existencia no depende de nada externo. Es necesario para explicar la existencia de los seres contingentes.
- Perfección Absoluta: Dios posee todas las perfecciones en su grado más alto, incluyendo omnipotencia, omnisciencia y bondad infinita.
- Causa Eficiente: Dios es la causa última que origina y sostiene la existencia de todo lo que es; no es solo el Primer Motor, sino la fuente de toda causa.
- Inteligencia Suprema: Dios gobierna el universo con sabiduría y propósito, asegurando que todo esté orientado hacia un fin último.
- Actus Purus: Dios es pura actualidad sin potencialidad; es la realidad actual sin ninguna posibilidad de cambio o desarrollo.
- Providencia Divina: Dios dirige el universo hacia un fin último, asegurando que todo siga un orden que se ajusta a su plan divino.
- Revelación Divina: La revelación complementa el conocimiento racional de Dios, proporcionando una comprensión más completa de su naturaleza y voluntad.
- Inmutabilidad: Dios es inmutable y no está sujeto a cambio; su naturaleza es completamente estable y perfecta.
René Descartes y la Filosofía Moderna
René Descartes es una figura fundamental de la filosofía moderna. Sus cuatro ideas más relevantes son el racionalismo, la duda metódica, el famoso principio «Cogito, ergo sum» (pienso, luego existo) y el dualismo cartesiano, que distingue entre dos sustancias fundamentales: la res cogitans (pensamiento) y la res extensa (materia). A estas, Descartes añadió una tercera sustancia, la res eterna, que identifica con Dios, y que actúa como la base ontológica y epistemológica de su sistema filosófico. Descartes vivió entre 1596 y 1650, en una Europa marcada por la revolución científica y el declive de la escolástica medieval. En este contexto, cuestionó los fundamentos de las certezas tradicionales y propuso un sistema filosófico fundamentado en la razón. Inspirado por el avance de las matemáticas y la física, elaboró un método innovador que integraba la intuición, el análisis, la síntesis y la enumeración. Este contexto le permitió desarrollar obras como El discurso del método y Meditaciones metafísicas, donde expone su pensamiento.
Realidad y Conocimiento en Descartes
- Método Cartesiano: La duda metódica lleva a la certeza del pensamiento («Cogito, ergo sum»). El método busca conocer la realidad confiablemente a través de la razón.
- Etapas del Método Cartesiano:
- Duda Metódica: Dudar de todo lo que sea dudoso, hasta llegar a la certeza.
- Análisis: Dividir los problemas en partes más simples.
- Síntesis: Resolver los problemas comenzando por los más simples.
- Enumeración: Comprobar los resultados mediante una revisión exhaustiva.
- Las Tres Sustancias:
- Res cogitans: Mente y pensamiento.
- Res extensa: Materia y extensión.
- Res eterna: Dios, base de la verdad y del conocimiento.
- Dios y Certeza: Descartes prueba la existencia de Dios principalmente con la prueba ontológica (ser perfecto) y es él quien garantiza la certeza del conocimiento.
- La Realidad del Mundo Exterior: El conocimiento verdadero proviene de la razón, no de los sentidos. El ejemplo del «trozo de cera» demuestra cómo la mente entiende la esencia de los objetos.
- El Dualismo Cartesiano: La mente y el cuerpo son sustancias separadas, pero interactúan a través de la glándula pineal. Dios da coherencia a esta interacción.
- Influencia Actual: El dualismo cartesiano sigue siendo relevante en debates sobre mente-cuerpo, el alma y la supraconciencia.
El Ser Humano según Descartes
- Dualismo Cartesiano: El ser humano está compuesto de dos sustancias:
- Res cogitans (mente): Inmaterial, pensante, consciente.
- Res extensa (cuerpo): Material, sujeto a las leyes físicas.
- Res Eterna y Dios: Dios es la sustancia infinita y perfecta. Su existencia garantiza la veracidad del conocimiento y la coherencia de la realidad externa. La res eterna asegura que nuestras percepciones no son engañosas.
- El Conocimiento Humano: El conocimiento humano parte de la mente, que es la esencia del ser humano. A través de la duda metódica, Descartes concluye que el pensamiento es lo único indudable. El cuerpo es visto como una máquina, mientras que el alma es inmaterial y esencial.
- Conclusión: El dualismo cartesiano sigue influyendo en debates filosóficos y científicos actuales sobre la mente, el cuerpo, la supraconsciencia y el alma. La filosofía de Descartes abre el camino para la comprensión del ser humano en sus dimensiones físicas y espirituales.
La Idea de Dios en Descartes
La idea de Dios en Descartes se desarrolla principalmente en sus obras Meditaciones Metafísicas y Principios de la Filosofía, en las cuales ofrece argumentos para probar la existencia de Dios y su papel central en su sistema filosófico. En la Meditación Tercera, Descartes presenta su prueba cosmológica: la idea de perfección y de infinito que reside en el ser humano no puede ser originada por una naturaleza imperfecta como la nuestra. Por tanto, debe proceder de un ser perfecto: Dios. En la Meditación Quinta, introduce la prueba ontológica, que sostiene que la existencia es una propiedad necesaria de un ser perfecto. Así como el triángulo no puede ser pensado sin sus tres ángulos, un ser perfecto no puede ser concebido sin la propiedad de la existencia.
- Garantía epistemológica: Dios garantiza que las ideas claras y distintas son verdaderas.
- Dios como referente moral: Regula las pasiones humanas y orienta al ser humano hacia el bien.
- Obras relacionadas: Meditaciones Metafísicas y Principios de la Filosofía desarrollan las pruebas de la existencia de Dios y su papel en la fundamentación del conocimiento y la moralidad.
- Desarrollo de la idea de Dios: En las Meditaciones Metafísicas, Descartes presenta la prueba cosmológica (la perfección solo puede proceder de un ser perfecto, Dios) y la prueba ontológica (la existencia es una propiedad necesaria de un ser perfecto). Dios es el garante del conocimiento verdadero.
- Dios como referente moral: En Las Pasiones del Alma, Descartes presenta a Dios como el regulador de las pasiones humanas, garantizando que la razón controle las emociones y prevenga los vicios.
- Relación con la filosofía actual: Las pruebas de la existencia de Dios siguen siendo objeto de debate en la filosofía contemporánea. El enfoque racional de Descartes influye en la cosmología y la ética, especialmente en la búsqueda de un orden universal y principios morales universales.
David Hume y el Empirismo
David Hume es conocido por su enfoque empirista en la filosofía, donde plantea que todo conocimiento proviene de la experiencia sensorial. Propuso que la mente humana se forma mediante «impresiones», que son percepciones directas y vividas de la realidad, y «ideas», que son copias débiles de las impresiones. Su crítica a la causalidad sostiene que no podemos observar directamente relaciones causales, sino que nuestras creencias en ellas surgen por el hábito. Además, Hume argumentó que no existe justificación lógica para las inferencias inductivas, lo que cuestiona la capacidad de la razón para hacer predicciones universales basadas en la experiencia pasada. En el contexto histórico, Hume fue una figura central de la Ilustración, un período que subrayaba la razón y el conocimiento científico. Frente al racionalismo de Descartes y otros filósofos, Hume desarrolló un modelo de pensamiento que se apartaba de la confianza en la razón abstracta y defendía la primacía de la experiencia sensorial. Su crítica al conocimiento metafísico también lo vinculó con otros filósofos de la época que cuestionaban los dogmas religiosos y las explicaciones sobrenaturales.
Realidad y Conocimiento en Hume
- Empirismo: Todo conocimiento proviene de la experiencia sensorial.
- Causalidad: La causalidad es una creencia generada por la costumbre, no un hecho percibido directamente.
- Escepticismo Inductivo: La inducción, base del conocimiento científico, no tiene justificación lógica.
- Crítica a la Metafísica: Las ideas no basadas en la experiencia sensorial son inútiles y carecen de significado.
Hume distingue entre impresiones (percepciones directas) y ideas (copias de esas percepciones), siendo las impresiones la base del conocimiento. En cuanto a la causalidad, Hume sostiene que la causalidad no es una relación necesaria, sino una creencia generada por la repetición. Su escepticismo inductivo cuestiona la validez de la inducción, que no tiene justificación lógica. Rechaza las explicaciones metafísicas no verificables, pidiendo que todo conocimiento se base en experiencias sensoriales. En ética, Hume defiende que la moralidad proviene de las emociones humanas, no de la razón.
El escepticismo de Hume sobre la inducción sigue vigente en debates filosóficos sobre el fundamentismo y el relativismo en la ciencia. Su enfoque de la causalidad y la ética emocional influye en teorías modernas de la probabilidad y la psicología moral.
Ética y Moral en Hume
David Hume fue un filósofo empirista conocido por su teoría del conocimiento y moral. Su teoría ética es sentimentalista, argumentando que las distinciones morales provienen de los sentimientos humanos, no de la razón. Introdujo la idea de que la razón es esclava de las pasiones, y abordó la moralidad a partir de las emociones y reacciones sociales.
- Sentimentalismo moral: Hume afirma que las normas morales nacen de los sentimientos de simpatía y no de la razón. Las virtudes naturales (benevolencia) se derivan de nuestras emociones, mientras que las virtudes artificiales (justicia) son construcciones sociales.
- Razón y emociones: Hume sostiene que la razón solo sirve para ejecutar los deseos dictados por las emociones. La moral, por tanto, no es universal ni objetiva, sino relativa a las emociones y normas sociales.
- La moral de la justicia: La justicia es una virtud artificial necesaria para la cooperación y organización social, pero sigue siendo influenciada por las emociones humanas.
Conclusión: La ética de Hume sigue influyendo en la filosofía contemporánea, especialmente en las teorías que promueven el relativismo moral y ética de las emociones. Su crítica al racionalismo moral y su enfoque en los sentimientos humanos como base de la moral resuenan con ideas actuales sobre el constructivismo ético y el contextualismo moral.
Immanuel Kant y la Crítica de la Razón Pura
Plano del Contenido
Idea principal: La idea central del fragmento es la defensa de la existencia de juicios a priori en el conocimiento humano, aquellos que son necesarios y estrictamente universales. Kant presenta ejemplos de estos juicios, tanto en las matemáticas como en el uso común del entendimiento, y argumenta en contra de la concepción empirista de que estos principios podrían derivarse de la experiencia.
Ideas secundarias:
- Ejemplo de las matemáticas: Kant utiliza las proposiciones matemáticas como ejemplo claro de juicios a priori, que no dependen de la experiencia empírica y son universales y necesarios.
- Ejemplo del cambio y la causalidad: El segundo ejemplo se refiere al juicio “Todo cambio ha de tener su causa”, mostrando que el concepto de causa ya implica la necesidad de conexión con el efecto, lo cual no puede ser derivado de la mera repetición empírica como sugirió Hume.
- Crítica a Hume: Kant critica a David Hume, quien sostenía que la causalidad es un hábito derivado de la repetición, y no un principio a priori necesario.
- Imposibilidad de la experiencia sin principios a priori: Kant concluye que los juicios a priori son indispensables para la posibilidad misma de la experiencia, ya que, sin ellos, la experiencia sería contingente y carecería de certeza.
Relación entre las ideas: Las ideas secundarias sirven para ilustrar y reforzar la idea principal. Kant conecta la necesidad de los juicios a priori con ejemplos concretos (matemáticas, causalidad) para demostrar que tales juicios no son derivados de la experiencia, sino que son condiciones previas para cualquier conocimiento posible. La crítica a Hume y la referencia a la certeza de la experiencia subrayan la tesis central de que el conocimiento requiere principios a priori que estructuran la experiencia misma.
Plano de la Expresión
Tipo de texto: Este fragmento pertenece a un tratado filosófico, más específicamente a la obra Crítica de la razón pura de Kant. La obra es una de las más fundamentales dentro de la epistemología y la filosofía moderna.
Características del estilo: El texto tiene un tono argumentativo y teórico, propio de un tratado filosófico. Kant utiliza un lenguaje técnico, especialmente al referirse a conceptos como juicios a priori, necesidad, causalidad y empirismo. La exposición es abstracta y sistemática, pues busca demostrar una tesis central a través de razonamientos rigurosos. La crítica a Hume está claramente delineada, mostrando el contraste entre el enfoque empirista y el de Kant.
Plano de la Crítica
Relación con Otras Ideas del Autor
Este fragmento es una manifestación de la teoría kantiana del conocimiento, en la que Kant distingue entre juicios a priori y a posteriori. La crítica a la idea de que la causalidad es un hábito empírico de Hume se enlaza directamente con otros pasajes de la Crítica de la razón pura, donde Kant explica cómo las categorías del entendimiento, como causalidad, son formas a priori que estructuran la experiencia. Además, este fragmento refuerza la crítica kantiana al empirismo y al racionalismo, que está presente en gran parte de su obra.
Relación con Otro Autor
El fragmento establece una relación directa con el pensamiento de David Hume, cuyas ideas Kant refutó profundamente. Hume sostenía que las leyes de la causalidad y otros principios universales eran resultado de la observación repetida y la costumbre, no principios a priori. Kant refuta esta posición, argumentando que tales principios son condiciones necesarias para que la experiencia sea posible, y no productos de la experiencia misma. Además, este enfoque de Kant puede ser contrastado con el de René Descartes, quien también introdujo una concepción de la razón como fuente primaria de conocimiento. Mientras que Descartes mantenía una visión más subjetiva y solitaria del conocimiento Kant amplía el papel de la razón al vincularla con la experiencia y las estructuras a priori que la hacen posible.
Contexto Histórico y Filosófico
El texto se sitúa en el contexto de la Ilustración alemana y la filosofía moderna. Durante esta época, existían dos corrientes dominantes: el empirismo británico, representado por filósofos como Hume, y el racionalismo continental, que tiene en Descartes uno de sus principales exponentes. Kant, al desarrollar su filosofía crítica, intenta superar tanto el empirismo como el racionalismo mediante su teoría de los juicios a priori, lo que constituye una síntesis innovadora que coloca a la razón en el centro de la constitución del conocimiento, sin depender exclusivamente de la experiencia ni del racionalismo abstracto.
Repercusión del Texto y Vigencia Actual
La Crítica de la razón pura ha tenido una repercusión profunda en la filosofía contemporánea, especialmente en la epistemología y la filosofía de la mente. Su propuesta de que el conocimiento no es simplemente pasivo, sino que está estructurado por categorías a priori, ha influido enormemente en teorías modernas sobre la percepción y la cognición. La crítica de Kant a Hume, que refuerza la necesidad de principios universales en la experiencia, sigue siendo relevante en debates contemporáneos sobre el conocimiento y la ciencia. Además, el concepto de que nuestras categorías cognitivas configuran nuestra experiencia sigue siendo un tema central en la filosofía actual, especialmente en la filosofía de la mente y la psicología cognitiva. Desde una opinión personal, la defensa kantiana de los principios a priori sigue siendo crucial para comprender cómo organizamos y entendemos el mundo. Aunque el empirismo y el constructivismo social han ganado relevancia en los estudios contemporáneos, la reflexión kantiana sobre los límites y las estructuras de la razón humana sigue siendo fundamental para comprender las condiciones del conocimiento y la experiencia.