Descartes: Conocimiento, Certeza y Existencia

Descartes: Conocimiento, Certeza y Existencia

Descartes marca el inicio de la Modernidad, y su tema central es el Saber, aquello de lo que podemos estar seguros, aquello con lo que podemos contar. El rasgo principal del Saber es la certeza, es decir, la imposibilidad absoluta de dudar acerca de algo. Por ello, somete a la Ciencia de su tiempo al Método de la Duda, consistente en determinar si sus tesis son absolutamente indudables. Los criterios son variados: la información de los sentidos no es fiable; existe dificultad de diferenciar entre la vigilia y el sueño… Solo la Matemática y la Lógica resisten a la prueba de la Duda. La segunda, sin embargo, no incrementa nuestro conocimiento, al estar ya la conclusión contenida en las premisas. Nos quedamos con la Matemática. Descartes investiga el origen de la certeza matemática con el fin de poder convertir al resto de las Ciencias a la certeza matemática. Estos son los pasos de la investigación:

Los Rasgos de la Certeza

Los rasgos básicos de la Certeza son dos: la claridad y la distinción. Claro es aquello que está presente sin lugar a dudas; distinto es aquello que no sólo está presente sino que además está bien definido y delimitado. Las cosas empíricas son claras pero no distintas; la Matemática cumple con ambas condiciones.

Origen de la Claridad y Distinción Matemática

¿De dónde saca la Matemática su claridad y distinción? Esto es lo mismo que preguntarse por el origen del conocimiento matemático. Dos son las fuentes del conocimiento en general: la Experiencia y la Deducción. La Experiencia es la capacidad de ser afectados por las cosas a través de nuestros sentidos. Pero el conocimiento así adquirido es tan poco fiable como los sentidos de los que procede. Además, parece evidente que la Matemática no procede de los sentidos. La Deducción es el puro pasar de premisas a conclusiones en el ámbito de la Mente. Más rigurosamente, es el proceder absoluto de la Mente de acuerdo a su propia ley y a partir de naturalezas simples. Estas últimas son los elementos a partir de los cuales procede la mente siguiendo las leyes que la propia mente se pone y con las que ha de estar de acuerdo. La adecuación entre la mente y sus propias leyes es la Verdad. La deducción es la fuente de la verdad matemática.

La Intuición es el otro lado de la deducción: la capacidad de asistir como testigos a la génesis y derivación del conocimiento deductivo. Tal capacidad supone que la mente puede “ver” lo que deduce (puede ver si en la deducción la mente se atiene a sus leyes o no). Ese ver claro y distinto el proceder de la mente es la garantía de la Certeza en la matemática.

La certeza se encuentra en la Matemática, cuya cualidad propia es la Extensión. A esta duda que recae sobre la Matemática se le llama la Duda Hiperbólica.

«Pienso, luego soy»: La Roca Firme del Saber

Hay, sin embargo, una certeza que resiste a todo tipo de duda con absoluta firmeza. Descartes la considera “la roca más firme” sobre la que podría ser construida la Ciencia y el Saber humanos.

Su firmeza se basa en la evidencia con la que se nos presenta, que no deja lugar a dudas. La certeza es esta: “Pienso, luego soy”. Puedo dudar que pienso A y hay realmente A en el Mundo; puedo dudar que realmente el color rojo esté delante de mí en tal objeto. Pero en ningún caso puedo dudar que lo piense, y piense precisamente eso: que hay un color rojo en mi pensamiento.

“Pienso, luego soy” quiere decir dos cosas: El Pensamiento es el ser del hombre, es decir: el hombre es en la medida en que piensa, porque sólo es pensando.

La Substancia

Substancia es todo aquello que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra cosa para existir. A la Substancia la conocemos a través de aquel atributo esencial con el que se presenta. Además de este atributo, la Substancia tiene Modos (atributos secundarios que pueden ser derivados del principal), y Accidentes (todo lo que le acontece a la Substancia, las modificaciones que le suceden). Hay tres tipos de Substancias:

  • La Substancia divina o infinita: En rigor, es la única substancia. Su cualidad principal es la infinitud. Sin embargo, en el Mundo creado, hay dos Substancias más.
  • La Substancia pensante: la Mente; el Pensamiento es su cualidad principal.
  • La Substancia extensa: conocida a través de la Extensión. Es el Mundo. La extensión es magnitud, por lo que las cosas del Mundo pueden ser llevadas a expresión matemática (nueva formulación del Postulado Fundamental de la Ciencia Moderna).

Pensamiento e Ideas

El argumento de Descartes introduce el concepto de Pensamiento. El Pensamiento es todo lo que acontece en la Mente, y de tal modo que se nos presenta de un modo inmediato y evidente. Los contenidos del pensamiento son las ideas: lo que piensa el pensamiento. Como el pensamiento es actividad, por sí mismo no es nada a menos que piense “algo”. Ese algo es la idea. Las ideas son por sí mismas, en cuanto pensadas por el pensamiento, claras y distintas. Pero este no es el caso para nosotros, que se presentan con distintos grados de certeza. Según este criterio, hay tres clases de ideas:

  • Ideas innatas o naturalezas simples: son la constitución misma de la mente, su estructura: son los elementos simples a partir de los cuales procede la Mente. Son claras y distintas también para nosotros.
  • Ideas Facticias: son las ideas construidas, por lo tanto complejas, compuestas a partir de otras ideas. Si las ideas con las que se forman proceden de nuestra Experiencia, tenemos las ideas de la imaginación (Centauro, etc.); si sus componentes son las ideas innatas, tenemos las ideas de la matemática. Estas últimas son claras y distintas en el proceder de la mente que las construye.
  • Ideas adventicias: son aquellas que nos llegan desde fuera, de la Experiencia, de los sentidos. Son claras y distintas en sí mismas, pero borrosas para nosotros. Reducir las ideas empíricas a claridad y distinción es lo mismo que reducirlas a Matemática; por lo tanto, es llevar el Mundo físico a matemática, expresarlo matemáticamente. A esto lo llama Descartes Investigación, y es el método propio de la Física – Matemática.

El Saber en sí mismo es la Deducción, que procede a partir de Ideas Innatas (claras y distintas), pero para nosotros, que partimos de los hechos empíricos (confusos y problemáticos), el saber es la Investigación.

Dios y la Superación del Escepticismo

Partiendo de la hipótesis del Genio Maligno, la única manera en que Descartes supera el Escepticismo provocado por esta duda hiperbólica es recurriendo a Dios. Si demostramos que Dios existe, y entendiendo que este es infinitamente bueno, podríamos estar seguros de que Dios no habría creado un Mundo con una estructura distinta a la de nuestra mente, en el que estuviéramos sistemáticamente engañados acerca de lo que hay en él. Por lo tanto, Descartes se pone a la tarea de demostrar que Dios existe.

La prueba principal de las construidas por Descartes está basada en el Argumento Ontológico de San Anselmo. Parte de la idea innata de infinitud o ser infinito, presente en todo ser humano. Un ser infinito debe ser pensado como poseyendo todas las cualidades positivas de las cosas del Mundo, siendo una de ellas la existencia. De no poseerla, no sería propiamente infinito. Por lo tanto, Dios, que es el Ser Infinito, existe.

Problema fundamental del argumento: la idea de infinitud no puede ser innata, pues entra en contradicción con la distinción que corresponde a esas ideas.

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