Sofistas, Sócrates y Platón: Ética, Conocimiento y Realidad

Los Sofistas y su Influencia en la Filosofía

Los sofistas fueron pensadores extranjeros, lo que les otorgó una visión más abierta y cosmopolita de los asuntos humanos. Críticos con las antiguas tradiciones aristocráticas, se centraron exclusivamente en cuestiones humanas. Se autodenominaron sabios y maestros de virtud, enseñando a los ciudadanos a convencer a los demás. Para ellos, la virtud era el arte de hablar bien y persuadir, es decir, una capacidad política o retórica. El fin de este arte era lograr el triunfo político y el dominio sobre los demás. Los sofistas terminaron defendiendo posturas relativistas y opusieron las leyes humanas a las leyes de la naturaleza.

Características de las Leyes Humanas según los Sofistas

  • Convencionales: Dictan lo que está bien o mal, pero no son inmutables.
  • Relativas: Cambian con el tiempo o con las diferentes culturas.
  • No obligan por sí mismas: Las leyes civiles solo obligan por la fuerza de las sanciones.

La Ética de Sócrates

Para Sócrates, lo más importante en el hombre es su alma, algo divino e inmortal. La salud del alma coincide con la eudemonía, que consiste en la armonía del alma con la naturaleza del universo. La salud del alma y la felicidad coinciden con un comportamiento virtuoso. La virtud cobra un nuevo sentido para Sócrates: consiste en el autodominio, el dominio racional del alma sobre el cuerpo. Sócrates propuso la libertad como algo interior del hombre, que consiste en no ser esclavo de los propios gustos o instintos. Todas las virtudes son un saber práctico.

Intelectualismo Moral

El intelectualismo moral es una postura socrática que defiende que quien es virtuoso conoce el bien y no puede dejar de practicarlo. Nadie hace el mal voluntariamente porque el vicio solo puede ser consecuencia de la ignorancia.

El Método Socrático: La Mayéutica

Sócrates afirmó que es necesario ayudar a los hombres a descubrir la verdad que habita en su interior. Esto es la mayéutica, que se divide en dos fases:

  • Fase destructiva: Sócrates, mediante preguntas, hacía que el interlocutor reconociera su ignorancia.
  • Mayéutica: Ayudaba a alumbrar las ideas que se encontraban en el alma del discípulo.

Platón y el Dualismo Ontológico

Platón propone la existencia de dos mundos:

  • Mundo sensible: Un universo que podemos experimentar mediante los sentidos, compuesto de cosas materiales y cambiantes, que da lugar a un conocimiento de opinión.
  • Mundo inteligible: Un mundo que va más allá de lo que perciben nuestros sentidos, que posibilita un saber universal, a diferencia del conocimiento sensible que es particular y cambiante.

Aunque los dos mundos son distintos, existe una relación entre ellos de participación e imitación:

  • El mundo sensible participa en el mundo inteligible: Para Platón, hay ideas de todo cuanto existe en el mundo sensible.
  • El mundo material imita el mundo de las ideas: Las cosas que vemos con nuestros sentidos son copias de estas, menos perfectas y sometidas al cambio y la pluralidad.

El Mundo de las Ideas según Platón

Platón expone en su teoría de las ideas que estas se hallan en el alma porque existen en un mundo aparte, al que solo ella puede acceder. La conclusión es que las ideas tienen una realidad en sí mismas.

Características de las Ideas

  • Eternas
  • Inmutables
  • Únicas
  • Inteligibles
  • Perfectas
  • Causas y modelos de lo sensible

El Mundo Sensible y el Demiurgo

El Demiurgo es una realidad intermedia entre el mundo sensible y el inteligible, un ser bueno e inteligente, artífice del mundo físico donde nos encontramos.

El Dualismo Antropológico de Platón

Platón describe al hombre como un ser compuesto por un alma y un cuerpo unidos temporal y accidentalmente. El alma se compone de tres partes:

  • Racional: Debe gobernar a todo el hombre y conducirlo al conocimiento de las ideas.
  • Irascible: Contiene los impulsos nobles, como la valentía.
  • Apetitiva: Por la cual el hombre busca y desea el placer sensible y es arrastrado hacia lo material.

Platón sostuvo que el alma es inmortal y que su destino consiste en alcanzar y contemplar nuevamente el mundo de las ideas.

El Dualismo Gnoseológico y el Mito de la Caverna

Platón relató su famoso mito de la caverna, que sugiere que el hombre no puede conformarse con lo que percibe por los sentidos, sino que ha de traspasar la frontera de lo sensible y contemplar las ideas, que constituyen lo perfecto y pleno. El mito pone de manifiesto la existencia de dos grados de conocimiento: el sensible y el racional. Platón explicó esta degradación mediante la alegoría de la línea dividida:

A) Conocimiento de Opinión (Doxa)

Se sitúa en los dos primeros segmentos de la línea, procede de los sentidos y versa sobre lo concreto y mudable. Se divide en:

  • Conjetura (Eikasia): Conocimiento de la imagen de la cosa sensible.
  • Creencia (Pistis): Conocimiento directo de las realidades sensibles mediante los órganos de los sentidos.

B) Conocimiento de Inteligencia (Episteme)

Se corresponde con los dos últimos segmentos de la línea: trata de las ideas, que solo la razón puede alcanzar. Se divide en:

  • Pensamiento discursivo (Dianoia): Conocimiento de las ideas relacionadas con las matemáticas y la geometría.
  • Ciencia (Noesis): Fruto de la dialéctica, último estadio en el proceso de ascensión hacia las ideas.

La Ética de Platón: La Virtud

La primera tarea del filósofo consistirá en desvelar qué es la virtud en sí. Estas son algunas aproximaciones al concepto:

  • La virtud es un saber: Cuanto más cerca estemos de este saber, más virtuosos seremos. Ser virtuoso consiste en ser capaz de distinguir los bienes verdaderos de los aparentes y fugaces.
  • La virtud es una purificación: Permite al alma liberarse del cuerpo y ascender al mundo de las ideas tras la muerte.
  • La virtud es el dominio de la razón.

Tipos de Virtudes según Platón

  • Sabiduría: Radica en la parte racional del alma y proporciona a las otras partes el conocimiento de lo que es conveniente para ellas y para el conjunto del alma. Sabio es quien dirige sus acciones de acuerdo con la conciencia y no con la opinión.
  • Valentía: Se asienta en el alma irascible y regula los impulsos y pasiones nobles. Valiente es quien se esfuerza por hacer el bien, pero no lo es quien se esfuerza por apartarse de él.
  • Moderación: Es la virtud propia del alma concupiscible y modera los deseos. Actúa moderadamente quien guía sus apetitos y deseos según el dictado de la razón.
  • Justicia: Consiste en «hacer lo que corresponde a cada uno de modo adecuado» y en «que cada uno no se apodere de lo ajeno ni sea privado de lo propio». Una polis es justa cuando todos los ciudadanos desempeñan satisfactoriamente sus funciones dentro del conjunto y cumplen con su deber.

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