Conceptos Clave de Wittgenstein, Ortega y Gasset, y Habermas: Lenguaje, Vida y Ética

Wittgenstein: Los Juegos de Lenguaje

Autor

Filósofo austríaco del siglo XX. Iniciador de la filosofía analítica, que considera la ciencia el único conocimiento verdadero y que afirma que la función de la filosofía no es elaborar teorías, sino analizar el lenguaje. El segundo Wittgenstein estudia el uso del lenguaje.

Tema

Los diferentes tipos de juegos de lenguaje.

Ideas principales

  1. El texto comienza planteando cuántos tipos de oraciones existen; según el autor, son innumerables.
  2. Los múltiples juegos de lenguaje no son fijos, surgen nuevos, cambian y desaparecen.
  3. La expresión “juego de lenguaje” indica que el lenguaje es actividad.
  4. Se enumeran muchos juegos de lenguaje, con la que intenta mostrar su enorme diversidad.

Relación entre las ideas

El texto expone en qué consisten los juegos de lenguaje. Se plantea cuántos géneros de oraciones existen y responde que hay múltiples juegos de lenguaje. Después, presenta las características de esos juegos: sometidos a constantes cambios (surgen nuevos y otros desaparecen), se refieren a una actividad, al uso del lenguaje. Por último, nos ofrece una extensa lista de juegos de lenguaje que indica su gran diversidad de aplicaciones.

Explicación de las ideas

El tema del texto, los juegos de lenguaje, es el concepto fundamental de la filosofía del segundo Wittgenstein. En el Tractatus, sostenía que el único lenguaje con sentido era el lenguaje descriptivo, el de las ciencias de la naturaleza. En él, las proposiciones se refieren al mundo e intentan representarlo. La posición de este texto es diferente. Aquí se indica que el significado de las palabras o de las oraciones no viene dado por su referencia, sino por su uso. Para poder hablar un lenguaje no nos basta con conocer los nombres y sus referencias, necesitamos saber usar las palabras. El concepto de juego de lenguaje se refiere al uso de dicho lenguaje. Por eso, Wittgenstein afirma que hay muchas formas de usar el lenguaje. Una característica de los juegos de lenguaje es que están en constante cambio, surgen nuevos y otros desaparecen. Eso es porque los juegos de lenguaje forman parte de la vida, en la que nada hay estable. En la última parte del texto, se enumeran algunos juegos de lenguaje. La variedad de esa lista, en la que aparecen desde dar órdenes o relatar un suceso, a las adivinanzas, los chistes o las maldiciones indica la gran riqueza de usos del lenguaje. En este sentido, el lenguaje ya no se limita a describir el mundo, sino que es como una caja de herramientas que permite innumerables usos. No existe un único uso del lenguaje.

Ortega y Gasset: La Vida como Realidad Radical

Autor

Filósofo español del siglo XX, partidario de asimilar algunos rasgos de la cultura europea para superar la crisis que reinaba en nuestro país. Se vio influido por ciertas corrientes de la filosofía alemana, como el neokantismo. Su filosofía es vitalista, pues parte de la vida como realidad radical.

Tema

La vida humana es la única realidad radical.

Ideas principales

  1. La vida humana es la realidad radical porque a ella se refieren todas las demás realidades.
  2. El rasgo más importante de la vida humana es que siempre debemos estar haciendo algo.
  3. La vida nos es dada, pero nos es dada sin determinar; nosotros tenemos que hacerla.
  4. Antes de actuar debemos decidir qué vamos a hacer, puesto que somos libres y no se nos impone ningún quehacer.

Relación entre las ideas

El texto comienza definiendo la vida humana: la realidad radical que da sentido a todo. Después, se centra en un rasgo fundamental de la vida: para existir debemos estar haciendo algo (de ahí que también la defina como «quehacer»). En la última parte se precisan las características de este quehacer: no está determinado, es decir, somos libres y, en consecuencia, antes de actuar hemos de decidir cómo hacerlo.

Explicación de las ideas

El texto nos habla del concepto fundamental de la filosofía de Ortega: la vida como realidad radical. Según él, la realidad más inmediata e indudable es la vida y no el sujeto pensante de Descartes (pienso, luego existo). La primera definición de la vida humana es que es la realidad radical. Cualquier otra realidad ha de referirse a ella para tener sentido; desde nuestra vida dotamos de sentido a todo cuanto existe. Según Ortega, la vida incluye no solo al sujeto, sino también el mundo (Yo soy yo y mi circunstancia). Ahora bien, la circunstancia (el mundo), no es una realidad fija y determinada, depende de la perspectiva de cada persona. El hombre siempre ha de estar haciendo algo para existir. El yo no es pasivo, es su actividad la que lo define; la muerte se identifica con la ausencia de actividad. Nuestras acciones persiguen una finalidad que cada uno hemos elegido; la naturaleza no fija de manera determinante nuestro proyecto vital. No estamos determinados a ser de una u otra forma; la circunstancia presenta siempre varias opciones. Mientras los seres inanimados siguen las leyes de la física o los animales obedecen a sus instintos, los seres humanos no están determinados por leyes ajenas a su propia voluntad. Somos libres para escoger, si bien las posibilidades de elección no son ilimitadas. En conclusión, el yo, el sujeto, construye su vida, realiza su proyecto dentro de la circunstancia en la que se encuentra.

Habermas: Ética Dialógica y Discurso Racional

Autor

Filósofo alemán actual. Segunda generación de la Escuela de Frankfurt. Estudia los problemas actuales desde la razón crítica con el objetivo de lograr la liberación y emancipación del ser humano.

Tema

El diálogo basado en el discurso racional es el mejor instrumento para resolver los conflictos éticos interculturales.

Ideas principales

  1. En los debates éticos entre personas de culturas diferentes, las posiciones se van acercando a las de los demás, dirigiéndose a incluir totalmente la opinión de los otros.
  2. La propia naturaleza de la argumentación ética es la que nos lleva a ser capaces de ponernos en lugar del otro.
  3. Desde el diálogo moral (aceptar solo las normas morales válidas para todos), el discurso racional es el mejor instrumento para resolver los conflictos éticos, ya que garantiza que todos los afectados participen y que todos los intereses sean tenidos en cuenta.

Relación entre las ideas

El texto presenta el mejor camino para resolver los conflictos éticos. Parte de que en los debates éticos multiculturales los puntos de vista se acercan progresivamente, pues la argumentación racional produce este acercamiento. La conclusión es que si aceptamos el diálogo moral, por el que solo son admisibles las normas válidas para todos, el discurso racional es el mejor instrumento para resolver los conflictos.

Explicación de las ideas

El texto aborda el debate sobre cómo llegar a un acuerdo en cuestiones éticas cuando los participantes son de diferentes culturas (mantienen valores, normas y costumbres dispares y sus principios son distintos). Cuando hay un verdadero debate ético, los participantes van abandonando su propia perspectiva y asumen las posiciones de los demás. El objetivo es incluir los puntos de vista de todos. Para Habermas, la dinámica de la argumentación ética nos lleva a ponernos en la posición de los demás. Si buscamos el consenso entre quienes pueden verse afectados por una norma moral, todos los que tomamos parte en el debate debemos entender y aceptar las opiniones de los demás. Si no es así, más que un debate ético se trata de la imposición de un punto de vista. Habermas sitúa el auténtico debate ético en el plano de la comunicación imparcial, en la que quedan excluidos los privilegios e impide la manipulación y que sea utilizada como instrumento al servicio del poder. La clave está en que las personas acuerden seguir ciertas pautas de actuación después de una discusión en la que los participantes reflexionen sobre los valores y las normas que convienen a todos. La igualdad y la imparcialidad son las condiciones previas del debate ético. En la última parte del texto, se propone una ética dialógica o discursiva, en la que el diálogo apoyado en el discurso racional determina cómo se resuelve un conflicto moral. Evita caer en el relativismo afirmando que las normas que emanan del diálogo solo serán válidas si pueden ser aceptadas por todos los afectados por ellas. Así se asegura la inclusión de todos los afectados y la consideración equitativa de todos los intereses.

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