Nietzsche: Crítica a la Moral Occidental y la Filosofía Tradicional

El Vitalismo de Nietzsche: Una Reivindicación de la Vida

El vitalismo es el movimiento filosófico que surge en Europa en la segunda mitad del siglo XIX y que pretende recuperar la actividad vital del ser humano y construir una filosofía que posibilite la realización de dicha actividad. En esta filosofía se defiende la subordinación de lo racional a lo vital.

1. La Vida

Nietzsche, como vitalista que es, quiere afirmar la vida tal cual es. Desde aquí se justifica la necesidad de revisar los valores morales que han enmascarado, devaluado y negado la auténtica vida. Para esta crítica de la moral se servirá del método genealógico. La vida es insondable en sí misma, no se puede definir porque escapa a los conceptos, está por encima del conocimiento y la sabiduría. En la naturaleza la vida se muestra como instinto espontáneo, como fuerza enfrentada a otras fuerzas en una constante lucha de contrarios, en un proceso de vida y de muerte donde nada permanece estable; la vida es continuo devenir. Es un acontecimiento trágico. Hay que aceptar la vida tal como se nos presenta, sin negar lo que constituye su propio ser.

2. Negación de la Vida en la Cultura Occidental

En su obra El nacimiento de la tragedia griega en el espíritu de la música, Nietzsche sienta las bases de su crítica radical a la filosofía socrática y platónica. En toda obra de arte intervienen dos dioses: Apolo y Dionisos. El primero es el dios de la belleza, las formas perfectas. El segundo es el dios del vino, de la fiesta, del caos, el ritmo.

Con Sócrates aparecen los primeros síntomas de decadencia, pues es el primero en introducir la razón fría y calculadora que se opone a la espontaneidad del instinto; el primero que identifica razón, virtud y felicidad. El hombre feliz es el que alcanza la virtud por medio de la razón. A partir de Sócrates, la virtud y la felicidad se convierten en ideas que se remiten a un mundo distinto del que hay, el natural. En Sócrates y Platón están representados el origen y fundamento de nuestra cultura occidental. Platón crea un mundo apolíneo, universal y necesario (Ideas) que sustituye y niega la realidad trágica del mundo real (contingente y singular). Habrá que reivindicar lo dionisíaco frente a la metafísica tradicional. Para ello hay que comprobar el agotamiento de los valores tradicionales para convertirlos en nada y construir unos valores nuevos que respondan a lo verdaderamente vital. Este proceso constituye la transvaloración de todos los valores.

3. Crítica de la Cultura Occidental (la Tradición Platónico-Cristiana)

Para nuestro autor, el intento de instaurar la racionalidad por encima de todo ha sido el mayor error de Occidente. Todas las manifestaciones culturales de la civilización occidental son antivitales, decadentes, pues se oponen a la existencia natural, biológica, instintiva del hombre. La crítica del dogmatismo platónico es imprescindible para eliminar los errores de la cultura occidental y superar su estado de decadencia. Nietzsche se propone llevar a cabo una inversión del platonismo, reivindicando el mundo vital contra el ideal.

3.1. Crítica de la Moral

Sirviéndose del método genealógico (análisis del origen y la transformación de los conceptos morales) investiga el significado de los términos bueno y malo. Bueno es sinónimo de noble, poderoso. Lo malo será lo despreciable, vulgar, débil. Desde Sócrates, la virtud consistirá en la sabiduría, con la renuncia a los placeres, las pasiones y las ambiciones (lo dionisíaco).

3.1.1. Moral de Señores y Moral de Esclavos

Existen dos tipos básicos de moral. Los señores, los nobles y aristócratas: los dominadores crean sus valores y no buscan más aprobación que la suya propia; su moral ama la vida, el poder, la grandeza, el placer… busca la plenitud; confía en sí misma; desprecia a los que no están a su altura. Ésta es la moral del superhombre que se complace en la muerte de Dios. El esclavo ve con recelo las virtudes del poderoso; para hacer más soportable su pobre existencia da prioridad a las cualidades útiles: compasión, bondad, paciencia, perdón; su felicidad es pasiva (la del señor es activa). Su debilidad le impide exteriorizar la cólera: de aquí nace el resentimiento y su deseo de venganza; esta moral pretende nivelar a todos por abajo. Paradójicamente se ha invertido la situación normal: la moral de esclavos se ha impuesto sobre la moral de los señores. Esta rebelión de esclavos se inicia con el judaísmo y continúa en el cristianismo, que la universaliza. Nietzsche propone restaurar la moral de los señores frente a la de los esclavos, como exaltación de los instintos de la vida, de la voluntad de poder.

3.2. Crítica del Cristianismo

La religión nace del miedo, de las angustias y de las necesidades del hombre; por tanto, la religión no tiene nada de verdad. El cristianismo fomenta los valores mezquinos (obediencia, humildad…), además habla de pecado, lo que supone un atentado contra la vida, pues aniquila las formas y valores más nobles de la vida, pervirtiéndola en su raíz. La moral del cristianismo es una moral vulgar que se opone a la verdadera virtud; Dios se convierte en obstáculo para la vida: hay que acabar con él. La religión cristiana es fuente de pesimismo por los valores que predica; supone el triunfo de los esclavos contra sus señores.

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