Comparativa de las Filosofías de Platón y Descartes
Tanto Platón como Descartes son considerados racionalistas, ya que ambos sitúan la fuente del conocimiento en la Razón y desconfían de los sentidos. Argumentan que los sentidos nos engañan y no demuestran la realidad de las cosas. Descartes admite que la razón puede confundirse al dejarse llevar por los sentidos.
Descartes defiende el innatismo, según el cual las ideas no provienen de la experiencia, sino que nacemos con ellas porque Dios las ha introducido en nuestra mente. Por el contrario, Platón sostiene que las ideas son a priori, es decir, que existen antes de la experiencia sensible. Para explicar cómo conoce la razón, Platón propone la teoría de la reminiscencia: recordar las ideas a partir de la experiencia sensible. Más tarde, introduce la dialéctica, el conocimiento superior basado en las matemáticas, que permite alcanzar la idea de Bien, la Idea suprema.
Por otro lado, Descartes, para alcanzar el conocimiento superior, se basa en el método cartesiano, inspirado en los principios de la geometría de Euclides. Este método se divide en cuatro pasos: evidencia, análisis, síntesis y comprobación. Descartes utiliza este método para descubrir la primera verdad y avanzar hasta unificar todo el conocimiento.
Tanto Platón como Descartes son dualistas. Ambos sostienen que la persona es un compuesto de cuerpo (expuesto a cambios) y alma (capaz de subsistir sin el cuerpo). Para Descartes, la causa de todo es Dios, un Dios creador, capaz de crear el mundo de la nada, un Dios católico. Platón, en cambio, atribuye la creación del mundo a tres principios: el Demiurgo (una inteligencia ordenadora que no crea, sino que ordena), la Materia (eterna, caótica y en movimiento) y las Ideas (perfectas). Para Platón, el cuerpo pertenece al mundo sensible, pero lo más importante es el alma, que proviene del mundo de las ideas. Para Descartes, el cuerpo es extensión y el alma es pensamiento, y esta última informa a todo el cuerpo, teniendo su sede principal en el cerebro.
Contexto Histórico, Cultural y Filosófico de Platón
Contexto Histórico
Platón vivió en una época de crisis política. La Guerra del Peloponeso enfrentó, durante 30 años, a Atenas y Esparta, representantes de dos modelos políticos diferentes: la democracia ateniense frente a la aristocracia totalitaria espartana. La derrota de Atenas llevó al poder al régimen oligárquico de los Treinta Tiranos. Aunque una revuelta posterior restauró la democracia, Platón consideró este gobierno incluso peor que el anterior. La condena a muerte de Sócrates convenció a Platón de la necesidad de una reforma política, a la que dedicó gran parte de su esfuerzo intelectual.
Contexto Cultural
En lo cultural, Platón vivió el momento de mayor esplendor del clasicismo griego. Destacan en literatura los dramas de Sófocles y Eurípides, y las comedias de Aristófanes. También comienzan los estudios históricos con Heródoto y Tucídides. Las artes plásticas y la arquitectura cívico-religiosa experimentaron un florecimiento espectacular.
Contexto Filosófico
Platón fue discípulo de Sócrates, quien se convirtió en su mayor influencia. Heredó de él su apuesta por la objetividad de los valores y la verdad, frente al relativismo y escepticismo de los sofistas. También adoptó el intelectualismo socrático, que considera el conocimiento como la vía para actuar bien y alcanzar la felicidad. Platón conoció la obra de los primeros filósofos, pero rechazó la preocupación de los “Físicos” por la Naturaleza y el mecanicismo de los atomistas. Su defensa de la inmortalidad y reencarnación del alma muestra la influencia del pitagorismo, al igual que el papel fundamental que concede a las matemáticas en el conocimiento y la educación. Su concepto de Demiurgo se inspira en la idea de Anaxágoras de una inteligencia ordenadora (nous). Además, Platón intentó resolver la incompatibilidad entre las posturas de Parménides y Heráclito sobre el ser y la realidad con su teoría de los dos mundos. Ambos mundos, el del devenir de Heráclito y el eterno e inmutable de Parménides, eran reales, aunque el auténtico es el del eleata, siendo el otro una mera copia.
Conceptos Clave en la Filosofía de Platón
- Visible: Con el término “visible”, Platón se refiere a las cosas del mundo sensible, es decir, al mundo que captamos a través de nuestros sentidos. Sobre dicho mundo no podemos alcanzar un conocimiento verdadero, sino sólo mera opinión (DOXA). En el famoso mito de la caverna, ese mundo viene simbolizado por el interior de la cueva: un lugar de oscuridad e incertidumbre.
- Inteligible: Con el término “inteligible”, Platón se refiere a las Ideas del mundo inteligible, es decir, al mundo que captamos sólo a través de nuestra inteligencia. Sobre dicho mundo sí podemos alcanzar un conocimiento verdadero (EPISTEME). En el mito de la caverna, ese mundo viene simbolizado por el exterior de la cueva: un lugar de claridad y certidumbre.
- Liberación de sus cadenas: La expresión “liberación de sus cadenas” simboliza la liberación de la ignorancia. Las cadenas serían los prejuicios y las falsas creencias que mantienen al hombre prisionero en un mundo de sombras y de apariencias en el que no es posible un conocimiento verdadero. Al hablar de liberación, se alude a la posibilidad de abandonar las “cadenas” (=prejuicios) y de iniciar el camino de ascenso a la salida de la “cueva” (ignorancia) para contemplar la auténtica realidad (=Ideas).
- Mirando a la luz: La expresión “mirando a la luz” sugiere que, al final del camino, el ser humano puede contemplar la verdadera realidad iluminada por el Sol (que simboliza la Idea de Bien). Este camino es gradual. El propio Platón comenta que es necesaria una adaptación inicial y que es normal que se rechacen las nuevas percepciones y se considere que las sombras que se contemplaban antes conforman verdaderamente la realidad.
- Idea de Bien: Para Platón, el Bien es la Idea absoluta, la Idea de las Ideas, tan elevada y absoluta que se halla “más allá del Ser”: es ella la que proporciona el ser a todo cuanto existe. El papel de la Idea de Bien respecto a la Realidad total es comparable al papel del Sol respecto a las realidades del mundo sensible: sólo gracias al calor del Sol cobran realidad los entes naturales y gracias a la luz del Sol pueden ser percibidos. La Idea de Bien es un trascendental, es decir, algo que siendo en sí mismo, es, al mismo tiempo, en todas las demás realidades.
- Idea de Belleza: Una de las Ideas Supremas (junto con las de Sabiduría, Justicia, Ser, etc.). De ella, por participación, adquieren su belleza las cosas que llamamos “bellas”. La Belleza para Platón no es lo que tienen en común las cosas que consideramos bellas, sino lo que hace que haya cosas bellas: es una Forma subsistente, análoga a la Idea de Bien, o sea, es, también, un trascendental. La Belleza y el Bien constituyen el objeto del Amor (eros), y es la meta a que está destinada el alma racional, cuya contemplación le da la felicidad completa.
- Alma: El hombre tiene un alma racional, que pertenece al mundo inteligible y, por tanto, posee unas características semejantes a las de las Ideas: es eterna, inmaterial, simple e inmortal. El hombre tiene un cuerpo material, que pertenece al mundo sensible y, por tanto, posee las características propias de las cosas de este mundo: es temporal, material, compuesto y mortal. Como el mundo de las Ideas tiene prioridad absoluta sobre el mundo de las cosas, también el alma tendrá prioridad sobre el cuerpo. De ahí que, para Platón, el hombre sea, fundamentalmente, alma.
El Alma en la Filosofía Platónica
En algunos diálogos (Timeo), Platón distingue entre tres clases de almas distintas (racional, irascible y concupiscible). En otros (República), sin embargo, da a entender que no se trata más que de “funciones” distintas de una misma alma. Sea como fuere, para Platón, sólo el alma racional es inmortal, las otras dos son de naturaleza mortal (desaparecen con la muerte del cuerpo).
La unión del alma racional con el cuerpo no es una unión necesaria, sino una unión accidental (como la del piloto con su nave o la del jinete con su caballo). La relación del cuerpo con el alma la expresa Platón con dos palabras: soma / sema: el cuerpo (=soma) es la tumba (=sema) del alma. Y es que, según Platón, el alma se encuentra en el cuerpo, como en una prisión, cumpliendo un castigo por una “falta” que cometió en el mundo inteligible, siendo su aspiración última purificarse para lograr la liberación del cuerpo y retornar al mundo inteligible al que por naturaleza pertenece. Dicha purificación será alcanzada a través del conocimiento (recuerdo) de las Ideas, olvidadas al unirse con el cuerpo. Si el alma no logra purificarse, una vez muerto el cuerpo, vagará extraviada, reencarnándose en otros cuerpos, y así sucesivamente en múltiples ocasiones (Teoría de la metempsicosis o transmigración).
La Educación en la Filosofía Platónica
La educación tendrá como objetivo principal formar a los futuros gobernantes. Platón proclamará la absoluta igualdad entre todos los ciudadanos, hombres o mujeres: el único requisito exigible será haber completado todo el proceso formativo. El gobernante del Estado-Ideal platónico es, a la vez, hombre de ciencia y hombre de Estado. Bajo su gobierno no son necesarias las leyes, ya que su saber le permitirá adoptar las disposiciones más adecuadas en cada caso.
La Política platónica tendrá como objetivo principal la educación de los ciudadanos, para mostrarles el camino que conduce al verdadero conocimiento: el conocimiento de las Ideas. Sin embargo, según Platón, la mayoría de los hombres permanecerán encadenados toda su vida a las cosas de este mundo sensible; sólo unos pocos (los auténticos filósofos) lograrán liberarse de sus cadenas y acceder al conocimiento de la auténtica realidad: las Ideas del mundo inteligible.