El Ensayo Ilustrado en el Siglo XVIII: Características y Figuras Clave como Jovellanos

El Ensayo en el Siglo XVIII: La Influencia de la Ilustración

La Ilustración y sus Principios Fundamentales

El siglo XVIII fue testigo del auge de un movimiento cultural e intelectual conocido como la Ilustración. Este movimiento se caracterizó por una serie de principios fundamentales que transformaron la forma en que se concebía el mundo y el papel del ser humano en él. Entre estos principios, destacan:

  • Crítica de la Autoridad: La Ilustración cuestionó la legitimidad de la autoridad, tanto política como intelectual, negando su origen divino y promoviendo un pensamiento crítico basado en la razón y la experimentación.
  • Derechos y Libertades Individuales: Se consolidó la idea de que las personas poseen derechos y libertades inherentes a su naturaleza.

Rasgos Característicos de la Ilustración

La Ilustración se manifestó a través de una serie de rasgos distintivos que definieron su carácter y su impacto en la sociedad:

  • Racionalismo: Se estableció la razón como el fundamento del conocimiento, relegando la revelación divina. La ciencia se erigió como la fuente de la verdad, y se promovió el desarrollo científico y técnico para resolver los problemas humanos.
  • Utilitarismo: La felicidad humana se convirtió en la finalidad del conocimiento y la acción. Lo útil se priorizó sobre otras consideraciones, y se tendió a identificar la virtud con la utilidad.
  • Progreso: Se creía en la posibilidad de un paraíso terrenal a través del perfeccionamiento continuo del ser humano, tanto en lo material como en lo espiritual. Se consideraba una cuestión de tiempo y esfuerzo.
  • Naturalismo: La naturaleza se convirtió en la guía moral y espiritual del ser humano. Se argumentaba que la naturaleza, al actuar de acuerdo con leyes racionales, otorgaba derechos a las personas. El ser humano era considerado un ser racional y ético por su naturaleza, no por su origen divino. Se difundieron ideologías deístas y ateas.
  • Reformismo: La Ilustración confiaba en la aplicación progresiva de reformas sociales, económicas y políticas por parte del poder. Se abogó por el fin de la esclavitud, la tortura y los privilegios de nacimiento, y se proclamó el derecho a la libertad de creencias, la libertad económica y la educación.

El Neoclasicismo: La Teoría Literaria de la Ilustración

En el ámbito literario y artístico, se impuso el Neoclasicismo, un nuevo gusto basado en las siguientes normas:

  • Didactismo: La literatura debía difundir los nuevos valores morales, justificando así su utilidad.
  • Técnica sobre Inspiración: La literatura debía seguir los principios de la nueva racionalidad. En el teatro, por ejemplo, se debían respetar las reglas de las tres unidades. También debía haber una clara separación de géneros, entre lo cómico y lo dramático.
  • Claridad y Elegancia: A diferencia de la literatura barroca, que a menudo era compleja y llena de sorpresas, la literatura neoclásica priorizaba la transmisión eficaz del mensaje moral o intelectual.
  • Verosimilitud: Los temas debían basarse en la experiencia posible del público para ilustrar los nuevos valores. El decoro exigía la eliminación de aspectos penosos de la realidad, como el crimen o las obscenidades.
  • Sentimentalismo: Se buscaba hacer eficaz el mensaje mediante impresiones emotivas que conmovieran la conciencia del espectador para atraerlo hacia los nuevos valores.

El Ensayo como Vehículo del Pensamiento Ilustrado

La penetración del pensamiento ilustrado en España enfrentó numerosos obstáculos. La historia de la Ilustración en España es, en gran medida, la historia de la introducción del pensamiento moderno. Los defensores de la Ilustración eran pocos y carecían del apoyo del poder político y de las autoridades académicas.

El ensayo, también conocido como carta, memoria o discurso, se convirtió en un género clave para la difusión de las ideas ilustradas. Se trata de un género generalmente breve, que aborda temas científicos o de pensamiento de actualidad, sin pretender ser exhaustivo, con una estructura flexible y que expresa el punto de vista del autor sobre un tema determinado.

El ensayo surgió como uno de los géneros característicos de la Edad Moderna, junto con el drama burgués y la novela moderna. Los escritores con ideas nuevas lo utilizaron como un medio expresivo eficaz para difundir la nueva actitud ante la ciencia y los cambios propuestos por la Ilustración.

Los ensayistas desarrollaron una prosa directa y precisa, a medio camino entre la disertación científica y la conversación, que facilitaba su lectura por un público amplio.

Fray Benito Jerónimo Feijoo: Un Precursor del Ensayo Ilustrado

Fray Benito Jerónimo Feijoo (1680-1768), monje benedictino y profesor de la Universidad de Oviedo, fue el primero en cultivar el ensayo en la España del siglo XVIII. Lo utilizó para tratar temas de actualidad e «impugnar errores comunes». Fue un hábil divulgador de las ciencias naturales y también propuso reformas sociales.

En sus Cartas eruditas y su Teatro crítico universal, Feijoo se propuso la tarea de extender el pensamiento crítico y racional y luchar contra las supersticiones. Se dirigió a un público mayoritario, utilizando un tono conversacional y de tertulia, que mezclaba lo serio con lo humorístico.

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