Ética y Moral: Definiciones y Diferencias
Los términos ética y moral comparten similitudes, pero también tienen diferencias. La moral es el grupo de normas y costumbres que se aceptan como adecuadas en un sitio determinado. La ética es un juicio sobre la moral, sus normas y las consecuencias derivadas de la acción humana. La finalidad de la reflexión ética es determinar, conforme a unos valores, principios y normas generales, si una acción puede recibir o no el calificativo de moral.
Acción Moral
Para poder distinguir entre los comportamientos y las acciones morales, conviene tener en cuenta sus dos rasgos: son acciones sociales, surgen en nuestra relación con los demás (no robar nada a nadie) y, por otra parte, están orientadas por un conjunto de normas. Las normas, para que sean morales, deben poseer dos características:
- Implicar una reflexión crítica previa sobre el alcance y las consecuencias de la acción.
- Poseer un afán de universalidad.
Los actos morales son intencionales. Según sean los motivos que mueven al ser humano a actuar, se han desarrollado dos tipos de teorías éticas:
- Éticas de fines: las normas deben tratar de solventar conflictos entre intereses enfrentados, tratar de alcanzar la felicidad y la justicia.
- Éticas del deber: no comparten la visión del hombre como buscador de la felicidad. Lo que define al ser humano y lo diferencia del resto de seres naturales es su autonomía legisladora. La acción tiene que apoyarse en el deber que viene impuesto por la razón.
Fundamentación Moral
Los principales tipos de fundamentación, según donde se encuentre su origen, son:
- Fundamentación externa: el origen de las normas reside en algo exterior al sujeto, como las leyes naturales, la fuerza de la tradición o las leyes otorgadas al ser humano por gracia de cualquier divinidad. Se aceptan dado que encierran verdades incuestionables.
- Fundamentación interna: el fundamento de las normas es el propio individuo, al que se le reconoce como un ser libre dotado de razón y voluntad. Es propia de las éticas del deber.
- Fundamentación intersubjetiva: se apoya en el discurso y el uso público de la razón. Las normas se constituyen por reglas concretas, su finalidad es lograr una sociedad justa. Esta fundamentación ha sido impulsada por las éticas dialógicas.
Libertad: Concepto y Dimensiones
El término libertad deriva del vocablo latino liber, que significa libre, aunque también alude a la persona con capacidad de procrear. Para la sociedad de la época, el hombre libre era el que no poseía la condición de esclavo, era dueño de sus actos y responsable de los mismos ante la comunidad y las leyes. La libertad se entendía como la posibilidad de poder tomar decisiones y llevar a cabo acciones sin imposiciones externas. Existen dos sentidos de libertad:
- Libertad negativa: entendida como limitación. Se produce cuando un individuo no encuentra oposición para realizar algo. Las limitaciones físicas no influyen. Se suele decir que somos libres para intentarlo y sufrir las consecuencias.
- Libertad positiva: entendida como un poder hacer. Capacidad que tiene un sujeto de poder llevar a cabo una acción, de elegir una cosa. Define en qué sentido somos o no dueños de nuestras acciones.
Desde el punto de vista ético, la libertad positiva es el tipo de libertad que está en la base de cualquier acción moral.
Usos de la Libertad
- Libertad jurídica: pertenece al ámbito del derecho, de las leyes, su aplicación y cumplimiento. Es el derecho que tiene el hombre a obrar por sí mismo sin que nadie pueda forzarlo a obrar en otro sentido. Los límites de la acción están dados por las leyes.
- Libertad de acción: es la ejecución de lo que el sujeto quiere. No entra a examinar si el individuo es radicalmente libre.
- Libertad individual: implica que, en una sociedad, existe el reconocimiento de que el hombre nace libre y dotado de inteligencia y voluntad.
¿Debe ser libre el acto moral?
Todo acto moral lleva códigos morales, su función última es regular los actos humanos para que estos puedan ser orientados hacia un fin ético. Los códigos morales no son un método infalible, no nos permiten conocer con certeza cómo debemos comportarnos en cada momento, y esto es así por las siguientes razones: no existe una norma que no comporte excepciones, hay siempre normas que entran en conflicto entre sí y todo código moral anula la libertad positiva de los individuos. Para poder solucionar esto, se han realizado propuestas que se pueden dividir en éticas indeterministas y deterministas.
Indeterminismo Ético
El indeterminismo es el sistema que sostiene que somos libres a la hora de elegir y actuar. Afirma que la voluntad actúa con independencia a la hora de llevar a cabo una elección entre varias opciones. Hay diversas formas: unas mantienen la dependencia en el aspecto físico y sostienen que la libertad solo pertenece al ámbito racional. Los orígenes de esta corriente se remontan a la Grecia clásica, al relativismo ético de los sofistas o el intelectualismo moral platónico. Kant realizó la reflexión más importante de la Ilustración sobre la autonomía de la voluntad.
Kant
Kant considera que no existen varias razones, sino distintos usos de una misma razón. La razón humana posee así dos usos principales:
- La razón pura: se ocupa de conocer cómo son las cosas del mundo físico. Los fenómenos ocurren de forma necesaria e ineludible, por eso se pueden establecer leyes. No existe la libertad.
- La razón práctica: se ocupa de saber cómo debemos actuar, cuáles son los principios de la conducta humana y qué tipo de leyes o normas orientan dicha conducta. Puede hablarse de libertad.
Kant se fija en qué principios mueven al hombre a actuar, estos configuran nuestra conciencia moral. La conciencia rige nuestro comportamiento a partir de los principios morales que hay en ella y nos indica si nuestras acciones son correctas o no. Solamente la voluntad humana es la que puede ser calificada de buena o mala, no los actos concretos.
¿Cuándo una voluntad es buena?
Kant advierte que en el momento de iniciar una acción, la razón humana actúa bajo la forma de un imperativo, porque supone una obligación. Los imperativos pueden ser:
- Hipotéticos: son aquellos que están sujetos a una condición.
- Categóricos: no están sujetos a ninguna condición, no hacen referencia a ningún contenido moral concreto y son válidos para toda acción con independencia de cuál sea esta. Una acción es moral solo cuando se basa en imperativos categóricos.
Autonomía y Heteronomía Morales
Kant distingue entre autonomía y heteronomía de la voluntad. La voluntad es autónoma cuando se da a sí misma su propia ley y es heterónoma cuando recibe pasivamente la ley de algo o de alguien que no es ella misma. Toda ética de fines es siempre heterónoma, lo que determina a la voluntad son las consecuencias de si la cumple o no. Solo la voluntad puede ser juzgada como buena o mala, únicamente una voluntad autónoma que obedezca el imperativo categórico será buena. Una voluntad autónoma implica el postulado de una voluntad libre.
Determinismo
Las teorías deterministas defienden que el ser humano no es libre, nuestras decisiones y actos están dentro de una cadena de la que no pueden salir. La conducta humana y los contenidos morales están determinados desde una triple perspectiva: biológica, psicológica y social.
Hume
Los códigos morales son las normas que debemos seguir para orientar nuestra conducta hacia el bien. Desde el inicio de la reflexión ética en el mundo griego, la mayoría de los filósofos ha defendido que el fundamento de dichos códigos reside en la razón humana. Esta tesis es la que mantiene la filosofía racionalista. Hume afirma que la moral no puede depender de nuestra razón dado que la función de esta no es orientar la acción sino conocer las relaciones entre ideas o hechos. Para el pensador escocés, los juicios morales surgen del agrado o desagrado que nos produce algún hecho. Estos juicios son los que orientan a la acción según el sentimiento de reprobación que surge en nosotros. La moral reside en las emociones, por ello la ética de Hume se denomina emotivista. Por otro lado, cabría preguntarse si, dado que la experiencia es siempre particular, no serían también esas emociones particulares y subjetivas. Hume piensa que el origen de los sentimientos debe buscarse en la propia naturaleza humana.
Skinner
Las teorías deterministas combinan las influencias de la sociedad con las determinaciones biológica y psicológica. Skinner, máximo representante del conductismo, estaba convencido de que controlando dichos parámetros con rigor se puede llegar a construir una ciencia de la conducta que permita moldear al ser humano en todos los ámbitos. Trató de ejemplificar cómo en una sociedad en la que todos los factores ambientales fueran dirigidos, los individuos podrían ser orientados para que eligieran aquello que se estimase oportuno. Partió del supuesto de que el ser humano carece de libertad y que todos nuestros actos están determinados. Introduce como elemento básico los refuerzos, que no son más que premios o castigos. La teoría de los reforzadores parte de la suposición de que toda conducta humana está determinada psicológicamente por la búsqueda del placer y la evitación del dolor. Una conducta premiada es refuerzo positivo y los actos no deseados refuerzo negativo.
Responsabilidad
Podemos hablar de libertad en cualquier sociedad en la que existan unas condiciones mínimas para que el individuo pueda obrar conforme a sus decisiones. Esta clase de libertad es básica para los fines de la moralidad. La moral necesita de este tipo de libertad para que los actos puedan ser juzgados, pero el término responsabilidad posee diferentes usos:
- Como respeto a las normas: expresa cumplimiento de los deberes.
- Imputación: se atribuye a alguien la autoría de algún acto que es calificado de contrario a las normas.
- Reparación de un daño: indica la obligación de responder con algo para resarcir al damnificado tras una conducta.
- Respuesta ante alguien: se emplea para nombrar a alguien que ha de dar cuentas de algo a personas.
- Cuidado u ocupación: se refiere al hecho de hacerse cargo de una tarea, cosa o persona.
Ética de las Convicciones y Ética de la Responsabilidad
Max Weber realizó a principios del siglo XX una perspectiva sobre las dos concepciones básicas que orientan a la acción humana desde la práctica:
- Ética de las convicciones: defiende la existencia de principios universales de la acción moral. Para llevar a cabo un comportamiento éticamente correcto bastaría con cumplir las normas aceptadas de acuerdo a esos principios.
- Ética de la responsabilidad: no atiende a principios universales de la acción moral. Para realizar un comportamiento éticamente correcto se deben valorar las diferentes opciones posibles. Teniendo en cuenta las consecuencias últimas y significativas de cada alternativa, el individuo podrá elegir previendo el alcance de su acción. La ética aporta al sujeto un sentido de responsabilidad en sus actos.
En el marco de esta ética de las convicciones, para ser moralmente responsable bastaría con actuar siempre según manden las normas. La cuestión de decidir cuáles son las más idóneas produce problemas que la ética de la responsabilidad trata de superar.
Apel
Apel, junto a Habermas, son los dos máximos representantes de las denominadas éticas del discurso y reformuladores de la ética deontológica de Kant. Para ellos, se hace necesario incluir en la reflexión ética consideraciones sobre justicia, felicidad y responsabilidad. Esto es así porque es muy importante conseguir, además de buenas personas, una buena vida para todos. Según Apel, las formas tradicionales de fundamentación moral no son útiles para nuestros propósitos por diferentes motivos. Para solucionar esto, plantea una fundamentación de las normas a través del diálogo y del acuerdo consensuado. Propone el uso del principio de complementación que defiende la fundamentación de las reglas éticas a través del diálogo mediante el acercamiento de posturas radicalmente opuestas. Los participantes en un discurso práctico acuerdan unos principios de acción de forma consensuada e incorporan en ellos la obligación de obedecerlos.
La Responsabilidad como Necesidad Ética
Apel dice que el gran problema son las consecuencias de la ciencia. Es consciente de que las éticas de la responsabilidad no poseen principios aplicables de forma universal, presuponen la autonomía y capacidad racional del ser humano.
Hans Jonas
Trató de superar los problemas de la fundamentación situando la propia responsabilidad como principio de la acción moral. Asienta su ética de la responsabilidad en la idea de una voluntad libre. La responsabilidad es un deber que es necesario puesto que ha de ocuparse de las consecuencias del uso y abuso moderado de las tecnologías. Jonas extrae una serie de conclusiones que llevan a enfocar la responsabilidad como principio y fundamento de la acción moral: los viejos principios éticos, los sistemas éticos tradicionales y la técnica. La solución sugerida por Jonas es la de mantener las viejas categorías morales para relaciones cotidianas y cercanas. La justicia, la felicidad o la igualdad siguen siendo categorías de referencia. El mundo globalizado en el que vivimos necesita situar la responsabilidad ante los demás, incluidas las generaciones futuras, como principio de cualquier acción moral. Jonas plantea la responsabilidad desde un lugar que trasciende a las actuales generaciones. Esta nueva ética sitúa la responsabilidad como origen de la acción moral dentro del mundo. Responde a la demanda de que la responsabilidad sea entendida de las dos maneras: aquellas personas que atenten contra la vida buena sobre la tierra tendrán que responder de sus actos ante toda la humanidad, la presente y la venidera, y dentro del horizonte de la acción se incluye la preocupación por los demás.
Responsabilidad y Futuro
Las sociedades modernas se distancian de las formas premodernas de organización humana. Retos: los retos a los que debe enfrentarse la filosofía moral sean novedosos. Los principales son:
- Establecer cauces adecuados de convivencia y dar solución a los problemas que se generan en nuestra sociedad.
- Encontrar principios de actuación de validez universal.
- Defender y propiciar una justicia que luche contra la desigualdad política, social y económica.
- Dar cabida a la felicidad dentro de las propuestas éticas.
Locke
En el terreno filosófico se forma en el ambiente empirista y científico de la Universidad de Oxford, donde reina también un espíritu de tolerancia. Estudia teología, química y medicina, antes de filosofía. El cartesianismo supone el pensamiento de referencia del empirismo, al centrarse en el sujeto y el conocimiento. Otras influencias: Ockham, pues sienta las bases empiristas al señalar la necesidad de partir de la experiencia; Bacon, que había planteado la necesidad de un método científico inductivo; La Nueva Ciencia aporta al empirismo el modelo a seguir: la observación, y el método inductivo de las ciencias experimentales. Frente a los empiristas anteriores, Locke propone plantear el problema del conocimiento desde una perspectiva crítica. Entre sus obras destacamos Ensayo sobre el entendimiento humano y Dos Ensayos sobre el gobierno civil. En su Ensayo sobre el entendimiento humano se dedica a demostrar la inexistencia de principios innatos en la moral y en la política, en la filosofía práctica. Todas las normas que se proponen como morales derivan su solidez de su utilidad para satisfacer el deseo de la felicidad y la aversión a la desgracia. Locke define la voluntad como el poder que tiene la mente de ordenar que una idea sea sometida a consideración, o de preferir que el cuerpo o alguna de sus partes se mueva. El ser humano, según la preferencia de su mente, será libre. En la medida en que no pueda hacerlo está bajo una necesidad. Se trata de un planteamiento hedonista. La felicidad mueve el deseo. El bien moral y el mal moral son la conformidad o disconformidad entre las acciones voluntarias y alguna ley, por las cuales llegamos al bien y al mal a través de la voluntad y el poder de un legislador, y ese bien y ese mal que acompaña al cumplimiento o violación de una ley es recompensa o castigo. Distingue entre tres tipos de leyes:
- Ley divina: define lo que es pecado y lo que es deber y está promulgada por la comunidad para sus miembros.
- Ley civil: define el delito y la inocencia y está promulgada por la comunidad para sus miembros.
- Ley de opinión: define qué es virtud y qué vicio y está promulgada por la opinión pública. Se usan para aquellas acciones que, según cada país y sociedad, gozan de reputación o descrédito.
Heidegger
En su obra Ser y tiempo, Heidegger se marca como objetivo la correcta elaboración de la pregunta por el sentido del ser. En la formulación de esta pregunta se mezcla la ontología con la gnoseología. Se trata de elaborar concretamente una pregunta, de plantearla de modo que podamos tomar conciencia de todo lo que implica. Toda pregunta envuelve una noticia previa de lo preguntado. El preguntar implica:
- Una precomprensión de lo buscado.
- Aquello de que se pregunta.
- Lo que se pregunta.
- Aquello a quien se pregunta.
Si trasladamos estos rasgos a la pregunta por el sentido de ser concluimos:
- El significado del ser no es ciertamente algo desconocido, lo usamos y entendemos sin reparar especialmente en él.
- Lo que se pregunta es su sentido.
- Aquello a quien se pregunta son necesariamente los entes, las cosas que son.
- La precomprensión de ser es un comportamiento específico de un ente, el ser humano, al que Heidegger denomina Ser-ahí. Únicamente el ser humano se interroga por esta cuestión, lo cual demuestra que es en el ámbito de la existencia humana donde el ser se hace patente. Las cosas existen, pero no en un sentido análogo a la existencia del ser humano. Como el ser humano es el lugar donde se hace patente el ser, Heidegger denomina al existir humano como el Dasein.
Heidegger define al ser humano a partir de dos grandes características:
- Temporalidad: el hombre no deja nunca de proyectarse, vive siempre del pretérito hacia el porvenir.
- Ser-en-el-mundo: El hombre es un ser que se dirige a la realización temporal de sus posibilidades como un sujeto interrelacionado con el mundo de las personas y con el mundo de las cosas que le rodean.
La Existencia Auténtica
El existir del ser humano es también coexistir con otros seres humanos preocupándose por ellos. Este cuidado por los demás puede tomar dos direcciones. Heidegger considera que el ser humano puede desarrollar dos tipos de existencia, la existencia inauténtica y la auténtica. En la primera se deja llevar por las cosas y las personas que le rodean. En la segunda el hombre puede alcanzar, mediante un salto, un acto de libertad, una decisión que consiste en aceptar la realidad de la muerte. La muerte desvela la nada y la experiencia de la nada nos lleva a la muerte.
La existencia anónima es la de quien ignora o pretende ignorar la realidad radical de la existencia, la muerte. Por el contrario, es la toma de conciencia de que el hombre es un ser-para-la-muerte y la aceptación de la muerte como destino. El existir que constituye el ser del ser humano consiste en estar abierto a posibilidades, y por eso, el ser humano es un ser que se proyecta hacia el futuro. Todas sus posibilidades están abocadas a la muerte. Aunque todos los seres vivos mueren, solo el ser humano es un ser-para-la-muerte.
La Madurez Moral
Kohlberg ha interpretado la conciencia moral como la capacidad de formular juicios sobre lo justo y lo injusto, y ha estudiado cómo evoluciona y se desarrolla esta capacidad. La teoría de Kohlberg se basa en la idea kantiana de que la madurez moral es un proceso que comienza con la heteronomía moral y culmina con la autonomía moral, y diferencia tres niveles que expresan tres situaciones posibles en la adquisición de la autonomía moral:
- Nivel preconvencional: la persona tiene por justo lo que satisface sus intereses, se respetan las normas solo por las consecuencias que puedan tener. Son las personas más inmaduras. Suelen entender que es justo aquello que les conviene.
- Nivel convencional: la persona considera justo lo que concuerda con las leyes propias de su sociedad. La persona se siente miembro de una comunidad, cuyas normas, reglas y principios reconoce y admite. Consideran que es justo lo que es normal en su sociedad.
- Nivel postconvencional: las personas distinguen entre las normas de su sociedad y los principios morales y universales. Son personas autónomas y su comportamiento se rige por los principios que su propia conciencia reconoce como universalmente vinculantes. Lo justo se define por la decisión razonable y bien meditada, adoptando la perspectiva del respeto por la igual dignidad de todos los seres humanos y superando cualquier discriminación. Se sienten miembros de la humanidad, así que la justicia particular es inseparable de la solidaridad global.