Conceptos Clave de Ética y Moralidad: Relativismo, Subjetivismo, Nihilismo y Más

Conceptos Clave de Ética y Moralidad

Relativismo

El relativismo plantea que los valores morales son aplicables solo dentro de ciertos límites culturales. Una posición relativista extrema sugiere que juzgar los juicios o actos morales o éticos de otra persona o grupo no tiene ningún significado. Sin embargo, la existencia de hechos morales invariantes puede ser conocida y juzgada a través de algún proceso de verificación o por medio de la intuición. Heródoto observó que cada sociedad normalmente considera su propio sistema de creencias y su forma de hacer las cosas mejor que todas las demás. Platón también señaló que gran parte de lo que se cree que es «hecho» es en realidad «opinión». De ahí surge el dicho: «Cuando estés en Roma, haz lo que hacen los romanos».

Relativismo moral (o relativismo ético): sostiene que para que una cosa sea moralmente correcta es necesario que la sociedad la apruebe, lo que lleva a la conclusión de que diferentes cosas son adecuadas para las personas en diferentes sociedades y diferentes períodos de la historia.

Subjetivismo

El subjetivismo se divide en dos categorías:

  • Subjetivismo simple: el punto de vista de que las declaraciones éticas reflejan sentimientos, preferencias personales y sentimientos en lugar de hechos objetivos.
  • Subjetivismo individualista: el punto de vista (propuesto por Protágoras) de que hay tantas escalas distintas de bien y mal como individuos en el mundo. Es efectivamente una forma de egoísmo, que sostiene que todo ser humano debe perseguir lo que le interesa exclusivamente a sí mismo.

Nihilismo

El nihilismo moral es distinto del relativismo moral, que permite acciones incorrectas en relación con una cultura o individuo en particular. También es distinto del expresivismo, según el cual cuando hacemos afirmaciones morales, «no nos estamos esforzando por describir la forma en que el mundo… estamos expresando nuestras emociones, ordenando a los demás que actúen de cierta manera, o revelando un plan de acción». El nihilismo no implica que debamos abandonar el uso del lenguaje moral o ético; algunos nihilistas sostienen que sigue siendo una herramienta útil.

Código Deontológico de la Publicidad

Existe en la actualidad una preocupación social por los temas ambientales o ecológicos, cuestiones relacionadas con el cambio climático, la biodiversidad y el desarrollo sostenible. Esta preocupación exige una respuesta coordinada de todos los agentes implicados. La empresa española y el sector publicitario, concienciados con el problema, se han comprometido a jugar un papel constructivo y proactivo en esta compleja tarea colectiva, estableciendo altos niveles de responsabilidad social en sus actividades publicitarias, especialmente en lo que se refiere a la utilización de argumentos ambientales. Los argumentos y referencias ambientales permiten a la industria transmitir las cualidades ambientales de sus productos; y, a su vez, facilitan a los consumidores el conocimiento del distinto impacto ambiental derivado de la adquisición, utilización o eliminación del producto o servicio promocionado, permitiéndoles adoptar decisiones de compra ambientalmente más informadas y responsables. Sin embargo, para que estos argumentos promuevan efectivamente la compra o contratación de los productos o servicios con un menor impacto ambiental y se evite la pérdida de confianza de los consumidores en los argumentos ambientales, y para evitar que se produzcan prácticas desleales entre los competidores, es necesario que tales argumentos sean legales, veraces y responsables. Asimismo, es necesario que las comunicaciones comerciales se hagan de tal forma que no se abuse de la preocupación de los consumidores por el medio ambiente y no se explote la posible falta de conocimiento de los consumidores en materia ambiental. A tal fin, se ha promovido la elaboración del presente Código con el fin de establecer un conjunto de reglas que guiarán a las compañías adheridas en el desarrollo, ejecución y difusión de sus mensajes publicitarios en los que se incluyan argumentos y referencias ambientales.

Mal Radical: Una Fase

Eliminación de la persona moral: No quedan opciones éticas buenas.

El Principio de Universalización

Kant ofrece tres formulaciones del imperativo categórico y afirma que son equivalentes. La primera es la formulación de la ley universal, y es la más conocida. La segunda es la formulación de la humanidad, según la cual debemos tratar a la humanidad siempre como un fin y nunca como un mero medio. Kant sostiene que las tres son formulaciones de un mismo principio. Actuar de acuerdo con máximas que podamos querer como leyes universales es lo mismo que tratar a la humanidad siempre como fin y nunca como un mero medio. De acuerdo con Kant, el agente que tiene dudas acerca del carácter moral de una máxima de acción debe someterla a la siguiente prueba de universalización en dos pasos. En el primer paso, uno debe universalizar la máxima, y en el segundo revisar si hay una contradicción entre la máxima inicial y su universalización. Si hay contradicción, la máxima no es permisible, y lo opuesto es un deber moral; si no hay contradicción, la máxima es por lo menos permisible.

La Formulación del Fin en Sí Mismo

La fórmula de la humanidad dice que debemos tratar a la humanidad siempre como un fin y nunca como un mero medio. Por «humanidad» Kant entiende la capacidad racional que tenemos los seres humanos de proponerse fines. Kant pensaba que la moralidad prohíbe el engaño y la coacción. De acuerdo con su teoría este tipo de conducta está prohibida de manera absoluta o incondicionada, por lo cual resulta siempre inmoral. Sin embargo, cabe preguntarse si no existen casos en los cuales el engaño y la coacción puedan estar justificados desde un punto de vista moral. Kant pensaba que, al menos en el contexto de las relaciones interpersonales, la respuesta es negativa y categórica.

El Fundamento Histórico de la Teoría de la Virtud

Los griegos de la antigüedad (principalmente Sócrates, Platón y Aristóteles) realizaron tres tipos de aportaciones. En primer lugar, se centraron en las virtudes como materia de la ética. Por ejemplo, la República de Platón describe las virtudes que fomenta la democracia, la oligarquía, la tiranía y la meritocracia. En segundo lugar, analizaron virtudes específicas como las virtudes «cardinales» (mayores) del valor, la templanza, la sabiduría y la justicia (más tarde examinaremos las nociones antiguas del coraje). En tercer lugar, clasificaron los tipos de carácter: por ejemplo, Aristóteles clasificó el carácter humano en cinco tipos, que iban desde el hombre magnánimo al monstruo moral. Durante la Ilustración, Kant intentó evitar esta apelación y descubrir una esencia del carácter moral de la virtud o del buen carácter que iba más allá de cualquier conjunto particular de virtudes o de cualquier sociedad histórica concreta. Kant decidió que las personas virtuosas actúan precisamente por y en razón del respeto a la ley moral que es «universalizable».

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