Este texto aborda la filosofía de Immanuel Kant, centrándose en su obra Crítica de la Razón Pura y su análisis sobre la posibilidad del conocimiento científico y la metafísica.
Contexto Histórico y Filosófico de Kant
Immanuel Kant (1724-1804) vivió durante el siglo XVIII, una época marcada por la Ilustración, un movimiento cultural que promovía una razón autónoma, crítica con la autoridad y la tradición, analítica, autocrítica, secularizadora y libre. La Ilustración tuvo sus raíces en Inglaterra, con figuras como Locke y Hume, quienes defendían el fin de la monarquía absoluta y promovían el parlamentarismo y la división de poderes. En el ámbito filosófico, Kant se vio influenciado por tres grandes corrientes de pensamiento:
- Racionalismo: Representado por Descartes, Leibniz y Wolff, quienes sostenían la capacidad del entendimiento para alcanzar la verdad científica a partir del principio de razón suficiente y las ideas innatas.
- Empirismo: Especialmente la influencia de Hume, que, según Kant, lo despertó de su «sueño dogmático».
- Progreso de la Ciencia Natural: Con el método experimental de Bacon y la física de Galileo y Newton, que lograron una síntesis entre el racionalismo y el empirismo.
La Revolución Copernicana en el Conocimiento
En el prólogo de la segunda edición de la Crítica de la Razón Pura (1787), Kant propone una «revolución copernicana» en el ámbito del conocimiento. Su filosofía, conocida como criticismo e idealismo trascendental, sostiene que el sujeto no conoce tanto la realidad en sí, sino sus ideas acerca de ella. Kant analiza tres facultades del conocimiento: imaginación, entendimiento y razón, a las que corresponden las matemáticas, las ciencias físico-naturales y la metafísica, respectivamente. Estas facultades son estudiadas en las tres partes de la obra: la estética trascendental, la analítica trascendental y la dialéctica trascendental.
La Posibilidad de la Metafísica como Ciencia
Kant se pregunta por la posibilidad de la metafísica como ciencia. A diferencia de las matemáticas y la física, que avanzan a partir de figuras como Tales de Mileto, Galileo y Newton, la metafísica parece estancada, ofreciendo respuestas contradictorias a los mismos problemas. Kant realiza un giro copernicano al enfocarse no en las realidades metafísicas, sino en el modo en que llegamos a conocerlas.
La Dialéctica Trascendental y las Ideas de la Razón
En la dialéctica trascendental, Kant analiza la razón, la capacidad suprema de pensar que elabora razonamientos. La razón busca construir juicios cada vez más generales, principios o leyes que abarquen el mayor número posible de fenómenos. A esta búsqueda de lo incondicionado, Kant la llama «ideas trascendentales», y son tres: alma, mundo y Dios.
- Alma: Unifica todos los fenómenos del psiquismo.
- Mundo: Todos los fenómenos de la experiencia ocurren en el mundo.
- Dios: Unifica la totalidad de los fenómenos psíquicos y de la experiencia en una única causa.
Estas ideas trascendentales, sin embargo, no ofrecen conocimiento, ya que carecen de intuición y contenido empírico. Son conceptos puros que sirven para unificar los conocimientos del entendimiento.
Fenómeno y Noúmeno: Los Límites del Conocimiento
Kant distingue entre fenómeno (el objeto tal como es percibido por nosotros) y noúmeno (la realidad en sí misma, incognoscible). Las categorías del entendimiento solo pueden aplicarse a contenidos procedentes de la experiencia sensible. Las ideas trascendentales, en sentido negativo, señalan los límites del conocimiento; en sentido positivo, impulsan la investigación hacia una mayor unificación y coherencia del conocimiento.
Influencia y Legado de Kant
La influencia de Kant en la historia de la filosofía es profunda. Culminará con Hegel, pero también despertará reacciones contrarias, como la de Nietzsche. En el siglo XX, el kantismo influirá en autores como Ortega y Gasset, y en el ámbito de la racionalidad práctica, en las éticas dialógicas de autores como Habermas.