Diversas Perspectivas y Corrientes en la Historia de la Filosofía

Diversas Perspectivas y Corrientes en la Historia de la Filosofía

Los filósofos han entendido la filosofía como:

1) Reflexión sobre los primeros principios de todas las cosas

Esto correspondería a la definición clásica o tradicional de filosofía. Aquí entrarían muchísimos filósofos, pero citaremos sólo a algunos:

  • Platón (siglos V-IV a. C.)
  • Aristóteles (siglo IV a. C.)
  • Tomás de Aquino (siglo XIII)
  • Descartes (siglos XVI-XVII)
  • Jaume Balmes (siglo XIX)

2) Reflexión sobre el hombre, en especial sobre algunos problemas, como el conocimiento (¿podemos conocer algo?) o el valor (¿qué conductas son moralmente valiosas?)

Los sofistas (siglos V-IV a. C.) y su gran adversario, Sócrates (siglos V-IV a. C.), de los que ya se ha hablado.

3) Saber de salvación, cuando las antiguas creencias se han perdido, como un sustituto de la religión

Muchos hombres griegos se quedan entonces (finales del siglo IV a. C.) sin sus creencias y tradiciones, y buscan en la filosofía un saber de salvación, algo a lo que agarrarse para encontrar algún sentido a sus vidas y saber cómo vivir.

  • Estoicismo (de stoa poikilé, «pórtico cubierto de pinturas», donde daba clases su fundador), que predica que el hombre sabio debe someterse al destino, esa fuerza misteriosa que todo lo domina y determina.
  • Epicureísmo (que sigue a Epicuro, siglos IV-III a. C.) —llamado también hedonismo, de hedoné, «placer»— para el cual el hombre sabio debe buscar el placer, sobre todo los placeres de la mente y los que resultan de la satisfacción de necesidades estrictamente naturales.
  • Escepticismo (de skepsis, «duda»), que enseña que el hombre sabio debe dudar de todo, sin adherirse a ninguna afirmación ni teoría.

Karl Jaspers (siglos XIX-XX)

4) Crítica del conocimiento, estudiando sus posibilidades y límites

La filosofía moderna, que inaugura el filósofo racionalista francés René Descartes (siglos XVI-XVII) va a considerar este problema como el punto de partida y el núcleo de toda la filosofía. Aquí entran varias corrientes, cada una de las cuales significa una diferente actitud ante este problema:

5) Profundización en cualquier cosa

Significado algo impreciso, bastante extendido en la mentalidad popular.

6) Reflexión sobre la historia, sobre lo que ya ha ocurrido, tanto si nos referimos a la historia de los hombres como al devenir del cosmos entero

Así lo entiende el alemán G. W. F. Hegel (siglos XIX-XX).

Para Hegel toda la realidad no es sino el desarrollo de algo que había al principio, y a lo que él llama la «Idea». Todo el desarrollo de la idea es dialéctico, o sea, procede por oposición o lucha de contrarios (tesis – antítesis), que son luego conservados y superados en una realidad más alta (la síntesis).

7) Arma de la revolución, para transformar el mundo

Así lo entiende Karl Marx, quien decía que «los filósofos se han dedicado a interpretar el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo».

El trabajo es lo esencial del hombre, y la economía es la infraestructura o estructura básica de la vida humana. Por eso, si la estructura económica (lo que Marx llama el modo de producción) está deshumanizada, «alienada», todo el resto de la cultura lo estará también. Mediante una revolución social. Analizando las condiciones óptimas que deben reunirse para que tenga éxito esa revolución social.

8) Reflexión sobre la ciencia

Así han entendido la filosofía los siguientes filósofos y corrientes:

a) El inglés Francis Bacon (siglos XVI-XVII)

La filosofía había trabajado mucho la lógica de la deducción pero no la lógica de la inducción, La filosofía debía preocuparse de desarrollar un método inductivo que fuera útil para las ciencias de la naturaleza,

b) El positivismo, cuyo iniciador fue el francés Augusto Comte (siglo XIX)

A la filosofía no le corresponde hablar del mundo, puesto que de eso ya habla la ciencia, sino que le toca sólo hablar de la ciencia (para clasificarla, reflexionar sobre sus métodos, etc.)

c) El neopositivismo del siglo XX, entre cuyos defensores destacaremos a Rudolf Carnap (siglos XIX-XX), Moritz Schlick (siglos XIX-XX) y Alfred Jules Ayer (siglo XX)

El neopositivismo mantiene la misma actitud del positivismo decimonónico, pero enriquecida por los resultados de las ciencias de la naturaleza hasta principios del siglo XX y por los desarrollos de la lógica matemática desde mediados del siglo XIX.

9) Reflexión sobre el lenguaje

Una buena parte de los filósofos del siglo XX considera que ésta es la única (o casi única) tarea de la filosofía: por ejemplo, para analizar si el lenguaje es o no es significativo. A esta postura se le llama filosofía analítica.

La filosofía analítica se presenta subdividida en dos corrientes (aunque algunos llaman “filosofía analítica” sólo a la segunda de estas corrientes):

a) Filosofía analítica del lenguaje científico

Consideran que la única forma de hablar con sentido acerca del mundo es la forma de hablar de la ciencia, y que lo que tiene que hacer la filosofía es construir un lenguaje científico ideal. Entre sus representantes encontramos:

  • El neopositivismo, que aquí vuelve a salir, y en el que volvemos a destacar a Rudolf Carnap (siglos XIX-XX), Moritz Schlick (siglos XIX-XX) y Alfred Julius Ayer (siglo XX).

Los neopositivistas elaboraron el criterio empirista de significado, según el cual sólo son significativas (o sea, sólo “dicen” algo) las proposiciones verificables (o sea, comprobables) mediante la experiencia.

Sin embargo, un importante filósofo norteamericano, llamado Karl Popper (siglos XX-XXI), mostró que con ese criterio se dejaba sin significado también a todas las proposiciones generales de la ciencia,

El primer Wittgenstein, es decir, Ludwig Wittgenstein en su primera época

b) Filosofía analítica del lenguaje común

Sus defensores ya no piensan que el lenguaje científico es el único significativo. Se admite que el lenguaje puede tener diversos usos válidos. Ludwig Wittgenstein en su segunda época

10) Crítica de la moral (Nietzsche —siglo XIX) o de la cultura (escuela de Frankfurt: Theodor Adorno, siglos XIX-XX, y Jürgen Habermas, nacido en 1929, que vive aún)

Para Nietzsche el máximo valor es la vida, y ésta es voluntad de poder,

Esta moral se apoya en la existencia de Dios; ahora bien, Nietzsche declara que “Dios ha muerto”, y que por lo tanto toda esa moral se viene abajo.

La escuela de Frankfurt reúne a varios pensadores alemanes caracterizados por un pensamiento crítico inspirado en el marxismo,


Acto: El conocimiento es una actividad dinámica, y no una mera recepción pasiva de algo.

Represento: En todo conocimiento hay una representación. Re-presentar es “volver a hacer presente una cosa”. La cosa (un árbol, por ejemplo) antes de conocerla yo está presente fuera de mí, y cuando lo conozco “se hace presente” otra vez dentro de mí.

En mi mente: La cosa conocida se hace presente en mi mente, en mi interioridad psíquica, y se hace presente como se presentan las cosas en la mente, que no es físicamente, sino como un contenido ideal de la misma.

Un objeto: En todo conocimiento hay una polaridad entre un sujeto que conoce y un objeto conocido.

  • En principio el objeto es distinto del sujeto, aunque ocasionalmente el objeto podría ser el mismo sujeto. Es lo que ocurre cuando un ser humano reflexiona sobre sí mismo (acto característico del ser racional). Entonces, sin embargo, la persona, aun siendo la misma, “se desdobla” en el sujeto que conoce y el objeto conocido.
  • El objeto (ob-iectum) es «lo echado contra» el sujeto, lo que se le pone delante (se le «o-pone») como una cosa distinta de él. Puede ser una cosa material (un color, un sonido, un reloj, una prenda de vestir…) o una realidad inmaterial (el derecho a la vida que tiene una persona, el significado del número 3, el teorema de Pitágoras… y también, como veremos, la esencia de cualquier cosa, es decir, «lo que es» esa cosa, ya que, aunque se trate de una cosa material, como un reloj o una prenda de vestir, el «qué es» un reloj o «qué es» una prenda de vestir es inmaterial).
  • El sujeto (sub-iectum) es «lo echado debajo» del acto de conocer, o sea, el ser que está realizando ese acto. «Debajo» de mi acto de ver, o de oír, o de razonar, estoy yo, el sujeto, que veo, que oigo, que razono.

Comunicación: Sin entrar ahora en el complejo tema de la comunicación, que exigiría tratamiento aparte, podemos decir que yo entro en comunicación con la cosa conocida en el sentido de que paso a tener algo en común con ella.

Mi mente se iguala con la cosa conocida. Para aclarar esto podremos dos ejemplos, uno de conocimiento sensible y otro de conocimiento intelectual (una distinción que explicaremos enseguida): 1º) Conocimiento sensible: si delante de mí hay un sombrero redondo, y yo al verlo represento visualmente en mi mente ese sombrero redondo, en aquel momento mi mente se hace igual a la cosa conocida. 2º) Conocimiento intelectual: Ese sombrero es una prenda de vestir. Pues bien, si yo, además de verlo, comprendo que es una prenda de vestir, en ese momento mi mente se iguala también, en otro sentido, con la cosa conocida, porque piensa lo que aquella cosa realmente es..

Yo “me convierto” parcialmente en la cosa conocida: Cuando mi mente se iguala con la cosa conocida, una parte de mí —la mente— se está “convirtiendo” en esa cosa conocida, no físicamente, pero sí representativamente.

Me enriquezco con ello: Esa representación me hace saber cómo es la realidad, lo cual me da una riqueza que antes no tenía, y que luego se quedará en mi mente gracias a la memoria.

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