Comparativa Filosófica: Ortega y Descartes
1. La Realidad
Para Descartes, la verdad se alcanza a través de la certeza de la razón. La realidad es idéntica para todos los sujetos que apliquen el método racional. La sustancia extensa es un mundo ultravital y extrahistórico. La realidad racionalista es absoluta, no perspectivista ni histórica. En contraste, Ortega propone una realidad perspectivista.
2. El Conocimiento
Descartes considera verdadero aquello que la razón percibe con claridad y distinción. La razón es separada del cuerpo. El contacto con lo sensible impide alcanzar la verdad. Para Ortega, el conocimiento siempre se da desde un punto de vista. La circunstancia de cada sujeto determina su acceso a la realidad. Por lo tanto, ningún sujeto ni época pueden alcanzar un conocimiento absoluto y definitivo.
3. El Ser Humano
Descartes defiende un dualismo antropológico, donde el yo pienso es una sustancia pensante, distinta y separada de lo corporal. La razón es la misma para todos los seres humanos, épocas y lugares. Ortega, en cambio, define al ser humano por su vivir. El hombre no tiene naturaleza, sino historia. Es un ser que se construye continuamente a sí mismo, decidiendo desde la libertad que le ofrece su circunstancia.
Actualidad de la Filosofía de Ortega
La filosofía de Ortega sigue vigente por su proximidad temporal y los temas que aborda:
- El tema de España y su vinculación a Europa.
- La distancia entre la clase política y la sociedad civil, reflejada en la baja participación y el descrédito político.
- El perspectivismo de Ortega ayuda a comprender la diversidad cultural y a evitar posturas etnocentristas. La unión de las verdades parciales conduce a la verdad integral.
Contexto Histórico y Filosófico de Ortega
Ortega nació en Madrid en una familia burguesa, liberal e ilustrada. Fue catedrático de Filosofía y estudió en Alemania. Vivió durante la Restauración, la I Guerra Mundial, la dictadura de Primo de Rivera y la Segunda República. Fue partidario de la República, aunque acabó desencantado. El problema de España siempre estuvo presente en su pensamiento. Pertenece a la Generación del 14 y apostó por la europeización de España.
Culturalmente, destacan las vanguardias artísticas del siglo XIX y XX. El nuevo paradigma científico, donde sujeto y objeto están interrelacionados, confirmó sus ideas.
Sus influencias provienen del neokantismo, la fenomenología, el vitalismo, el perspectivismo, el historicismo y el existencialismo. Comparte con Sartre la idea de que no hay más naturaleza humana que el propio hacerse en la vida. Ortega supera el irracionalismo y el esteticismo, así como el racionalismo y el vitalismo. El tema central de su tiempo es reconocer el carácter histórico, circunstancial y perspectivista del pensamiento y la realidad.
Justificación de la Superación del Racionalismo y Vitalismo
Ortega plantea la necesidad de superar el racionalismo y el vitalismo. El racionalismo lleva al idealismo, donde la realidad se amolda a la razón. La verdad es cognoscible, inalterable, permanente, eterna, común y objetiva. El vitalismo, por otro lado, conduce al relativismo y escepticismo. Ortega propone una razón vital e histórica, donde la realidad tiene primacía sobre el pensamiento. La conciencia y la realidad son necesarias para el acto de pensar. Yo soy yo y mi circunstancia, superando así el idealismo y el realismo.
La vida como realidad radical implica una teoría del conocimiento que es interpretación de la realidad. La realidad es la suma de todas las perspectivas. Se rechaza el dogmatismo racionalista y el escepticismo relativista. Tanto el conocimiento como la realidad son perspectivistas. Ortega ve a Dios como símbolo de la totalidad, la suma de todas las perspectivas individuales. La vida es individual e histórica.
El hombre no tiene naturaleza, sino historia. Ortega defiende el historicismo, donde la razón es histórica. El ser del hombre es cambio, constituyendo su naturaleza en su historicidad. La auténtica idea del hombre se obtiene observando su devenir histórico. Las generaciones son las moléculas de la historia, compartiendo una misma sensibilidad vital. En cada momento histórico conviven distintas generaciones que dan lugar a los cambios históricos. En épocas de crisis, una élite intelectual guía a la población hacia nuevas ideas y creencias.