La Época Ilustrada y el Advenimiento de la Modernidad
El siglo XVIII, conocido como la época ilustrada, fue un periodo de grandes convulsiones. Las revoluciones que se gestaron durante este siglo terminaron con el Antiguo Régimen y dieron paso a un nuevo régimen liberal. La Ilustración significó el fin del Antiguo Régimen, que iba a prolongarse con el despotismo ilustrado. Estas revoluciones habían comenzado en Inglaterra en el siglo XVII, concluyendo con un pacto entre la burguesía y la nobleza. Sin embargo, ahora serían más radicales. Las revoluciones llevaron al poder a la burguesía, formada desde finales de la Baja Edad Media y cada vez más poderosa debido al comercio. Por primera vez, se recogieron los derechos individuales en una constitución. El hombre dejó de ser súbdito para convertirse en ciudadano. La Ilustración se presentó como una esperanza para lograr la emancipación humana. El avance científico, el desarrollo y el progreso del conocimiento dieron a la época la idea de estar creando una nueva era: la de la razón y el progreso. La Ilustración, a través de la razón, preparó la Enciclopedia con el objetivo de incluir en ella todo el conocimiento de los hombres. El arte neoclásico surgió como contraposición al Barroco. Los ideales de igualdad, libertad y fraternidad dominaron el discurso político. La Ilustración preparó el salto a la nueva sociedad burguesa y capitalista a través del liberalismo contractualista y económico. La filosofía fue la clave de la Ilustración, guía de todas las demás ciencias que marcaron el sentido del conocimiento: la emancipación de los hombres. El siglo comenzó con la disputa entre el racionalismo de Descartes y el empirismo de Locke.
Kant y Marx: Similitudes y Diferencias en su Concepción de la Historia
Existen ideas comunes entre Kant y Marx. Ambos consideran que la historia tiene una estructura dialéctica. Kant no llegó a formular los términos de tesis, antítesis y síntesis, pero sí defendió, al igual que Marx, que la historia sufre aparentes retrocesos que pueden tener un sentido que desde el presente no es fácil de determinar. La historia, tal y como Kant la concibe, es también dinámica, y los movimientos históricos podrían explicarse dialécticamente. En ambos autores aparece también una valoración positiva del conflicto. Esto ha quedado suficientemente claro en nuestra exposición de Marx, y aparece también en Idea de una historia universal con propósito cosmopolita, donde Kant afirma que el antagonismo, presente ya en la misma naturaleza humana (que es insociable sociabilidad), es el mecanismo del que se sirve la naturaleza para el progreso de los asuntos humanos. Finalmente, ambos autores entienden que la historia tiene una finalidad. Esta teleología de la historia les separa, por ejemplo, de Nietzsche, para quien el tiempo (tanto el cosmológico como el histórico) viene definido por el eterno retorno. Frente a estos, tanto Kant como Marx afirmarán que la historia se dirige hacia un fin, aunque esto no siempre sea directamente observable desde el presente en el que nos encontramos. Junto a estos parecidos, existen también diferencias importantes en la teoría de la historia de Kant y Marx:
- La diferencia esencial reside en su concepción de la historia: para Marx sería el desarrollo de la materia (o de las condiciones materiales de vida), mientras que para Kant la historia es el desenvolverse a través del tiempo de los ideales ilustrados, como la libertad, la autonomía y la emancipación. Esta visión idealista contrasta de un modo muy claro con el materialismo histórico de Marx, desde el que la concepción kantiana podría ser calificada de ideológica.
- El fin de la historia es distinto para ambos: la sociedad sin clases sociales de la que nos habla Marx no es lo mismo que esa gran unión cosmopolita de pueblos que describe Kant en su obra.
- El enfoque político e ilustrado de Kant choca con el protagonismo que el materialismo histórico de Marx le concede a la economía.
- Tanto la concepción del ser humano como de la cultura en que vive son bien distintas para ambos pensadores. En el caso kantiano, el hombre es esencialmente razón, y este es el atributo que le diferencia de los animales, liberándolo del instinto y la necesidad. La cultura representa, por tanto, una oportunidad de liberación, sería el auténtico camino de desarrollo de la razón, la mayor de las oportunidades humanas. Por el contrario, la esencia del ser humano es, para Marx, el trabajo y la actividad. El hombre transforma la naturaleza en el desarrollo de su esencia. En cuanto a la cultura, es interpretada con desconfianza, pues a menudo puede asumir una función ideológica que contribuya a mantener la contradicción de base de la infraestructura.
El Materialismo Histórico de Marx
El nuevo ser: Marx nos propone superar la alienación y recuperar la verdadera esencia humana. Esto se logra con una sociedad comunista.
El materialismo histórico: La filosofía de Marx es materialista, por lo tanto, se opone a las teorías basadas en ideas, en Dios. El materialismo de Marx no solo se limitó a observar y conocer la naturaleza, sino que el hombre la transforma a través del trabajo. Marx introduce la categoría de praxis y significa:
- Conocimiento: Los seres humanos conocen el mundo.
- Producción: El hombre transforma la naturaleza a través del trabajo.
- Revolución: La sociedad y la historia se transforman a través de la revolución.
El materialismo de Marx es histórico, trata de explicar su evolución a través de su tesis fundamental: no son las ideas las que dirigen la historia, sino la producción material. La historia humana es una sucesión de los diferentes modos de producción. En todos ellos hay clases sociales enfrentadas y se pueden calificar como explotadores y explotados.
Estructura de la Sociedad según Marx
a) Superestructura: En ella estarían las ideologías, las leyes, el derecho y la política. La ideología es el conjunto de ideas que existen en una sociedad. Para Marx las ideas no son malas.
b) Infraestructura: Es la base material de la sociedad, compuesta por:
- Las fuerzas productivas: Todos los elementos que entran a formar parte del proceso de producción: máquinas, herramientas, materias primas y los trabajadores.
- Las relaciones de producción: No son simples relaciones, son las de los trabajadores con los dueños de las fábricas.
Las revoluciones, para Marx, son el momento final en el que se termina con una estructura para dar paso a otra nueva. El método que usa Marx para analizar la historia es el dialéctico. A diferencia de la dialéctica de Platón y Hegel, su dialéctica es descendente, no se centra en las ideas o el espíritu, se centra en la materia.
El Modo de Producción Capitalista y la Plusvalía
Marx hizo un análisis del modo de producción burguesa en su obra «El Capital». Critica al capitalismo y descubre que debajo de las ideas está oculto el concepto de plusvalía y una falsa idea de igualdad y libertad en el trabajo. Para Marx, el elemento central de la economía capitalista es el concepto de «mercancía«: producción de objetos que tienen un valor de cambio, todo producto intercambiable por otro o por dinero en el mercado. Las mercancías tienen un valor de uso, que es la utilidad específica que tiene un producto para satisfacer una necesidad a través de su consumo, y un valor de cambio, que es la proporción concreta en la que una mercancía se puede cambiar por otra o por dinero. Esta crítica al capitalismo lleva a Marx a pensar que este sistema económico está condenado a que en un futuro se termine provocando una revolución que conduzca a su desaparición, surgiendo una nueva sociedad que no cometa los mismos errores que en el pasado, una sociedad comunista.
Características del Modelo Comunista de Marx
- Tipo de sociedad: Comunista, sin clases, igualitaria y solidaria.
- Para corregir que no haya clases: Suprimir la propiedad privada de los medios de producción.
- El papel del Estado: El Estado debe intervenir en los asuntos económicos y sociales.
- El papel de los individuos: El individuo es un ser social, queda atado al interés general. Son más importantes los intereses sociales o comunitarios que los individuales.