Para Marx, el hombre tiene la capacidad de transformar la naturaleza y, al hacerlo, se transforma a sí mismo, pues él es naturaleza modificada mediante la praxis social. El sujeto humano vive en una sociedad, comparte sus valores, existe bajo unas dimensiones activas con el mundo. El hombre no es el simple receptor de un mundo en el cual ha nacido, sino que lo modifica, haciendo devenir la realidad. Las transformaciones que ha realizado deberían redundar en su provecho, pero no es así literalmente, puesto que ese hombre que produce mercancías habita en la sociedad capitalista, la cual es desigual. Los hombres saben que deben producir un nuevo mundo que transforme el estado de necesidad en un periodo de grandes realizaciones. Marx sabe que, liberando la sociedad donde vive de la explotación, el sujeto se está liberando del infortunio de la opresión.
Los Procesos de Cambio en el Marxismo
Los procesos de cambio para el marxismo emergen del carácter ideológico de realizar estos cambios. Marx maneja la idea de fuerza. Ha retomado esta reflexión de Hegel, solo que estructurada desde una base materialista. Marx nunca ha pensado que el espíritu por sí mismo realiza la historia como un demiurgo. Para Marx, los hombres habitan en una estructura social constituida por las clases sociales y sus luchas; es a partir de los valores, de los modos de producción, que las fuerzas antagónicas motorizan la historia.
Crítica al Trabajo Alienado en el Capitalismo
Marx critica las formas de trabajo al que está sometido el obrero en el capitalismo. El trabajo alienado esclaviza al trabajador, lo vuelve dependiente de la máquina, así como también lo somete a una relación de servidumbre ante los dueños de los medios de producción, lo que le impide llevar adelante el trabajo como creación. El trabajo en el capitalismo es la actividad que realiza el obrero al vender su fuerza de trabajo; solo que, haciendo eso, ha hipotecado su autonomía, terminando por convertirse en un ser alienado, o enajenado, que asume su actividad como sufrimiento. El trabajo alienado despoja al sujeto de su capacidad creadora. En Los Manuscritos de París, Marx habló de la expropiación de la esencia humana.
Contradicciones Internas de la Sociedad Capitalista
La propia estructura social muestra los indicadores de una sociedad en contradicción, la cual posee en su interior los mecanismos que pueden negarla; allí se manifiestan relaciones contradictorias entre el capital y el trabajo, ambas muestran dos lógicas diferentes que deben hacer colapsar el sistema. La contradicción entre el capital y el trabajo no expresa más que la lucha entre la burguesía y el proletariado; allí se dan puntos de vista distintos e intereses diferentes.
Críticas y Defensa del Método Marxista
El marxismo ha sufrido toda suerte de críticas. Han aparecido detractores profesionales que consideran que el marxismo es una teoría metafísica que no contempla una condición fundamental del método científico como es la refutación (K. Popper). Siguiendo esta propuesta, el norte de la teoría marxista sería la verificación. Ludovico considerará que en el marxismo lo básico es comprender que estamos ante un método que nos muestra la esencia de la sociedad capitalista, la cual no es otra que la lucha de clases y las relaciones mercantiles; no es desde el análisis poblacional que parte el análisis marxista, sino desde la estructura social.
Método de Investigación y Método de Exposición
A propósito del método marxista, tendremos que hablar del método de investigación y del método de exposición. El primero alude a la investigación concreta, particular de los fenómenos históricos, en cuanto el segundo se refiere al constructo pensado, al orden lógico de exposición, a las categorías de análisis de lo real. La abstracción en Marx es el punto de partida de la economía política, pero a la vez tiene que ver con el orden político.
La Importancia del Trabajo y la Alienación
Es importante señalar la importancia que tiene para Marx el trabajo. El hombre en la sociedad capitalista enajena su fuerza de trabajo; esta actividad ya no funciona para el hombre como una actividad creadora de su vida, sino que el producto salido de esta actividad lo cosifica, este producto se pone enfrente de él señalándole que no tiene independencia. Se han producido unas mercancías que tendrán y poseerán una fuerza metafísica que va más allá de la voluntad del hombre.
Objetivación y Exclusión del Trabajador
El producto que ha salido de las manos de ese trabajo no está creado para servirle al colectivo, sino para excluirlo. La fuerza que se invierte para crear las mercancías y el proceso mediante el cual se realiza se llama objetivación. El hombre crea, pone sus ideas al servicio de crear un producto para que le sirva, sin embargo, este se transforma en mercancía y su valor de cambio no es alcanzable para el trabajador; su salario no le permite adquirirlo.
Producción Inhumana y Alienación
Ocurre también que el proceso de producción de mercancías somete tanto al trabajador que no es posible el acto de creación en condiciones de equidad, sino que la acción de producción es inhumana; el sujeto se aliena en su propia producción, generando una situación de barbarie que nunca conducirá a la emancipación del trabajador. Al hombre solo le quedará su tiempo libre, su tiempo de ocio, para concebir y llevar la vida de otra manera.
La Jornada de Trabajo y la Competencia
En la jornada de trabajo, el hombre alquila su fuerza de trabajo por un jornal; allí está en la industria capitalista satisfaciendo las grandes apetencias del mercado; su eficacia en la producción capitalista es lo más requerido; su tiempo desde ese momento es el de la competencia; se generan piezas, productos y, sobre todo, ganancias para el propietario de la industria.
Trabajo Enajenado y la Sociedad del Consumo
Con el trabajo enajenado, el hombre no está construyendo una sociedad para el hombre, sino un mundo cuyo único interés es lo privado; no se busca igualar a los seres humanos, sino estimular la competencia. El hombre enajenado no tiene conciencia de nada, la virtud es un asunto práctico, de ganancias. Uno de los problemas fundamentales de la sociedad capitalista es el de la posesión; cada quien considera que la importancia del dinero es la de poder satisfacer las necesidades creadas. La ideología ha establecido una industria cultural levantada en la demanda de bienes del mercado.
La Sociedad Capitalista y la Banalidad
La sociedad capitalista ha instituido toda una industria del capricho. Los deseos ante el consumo de bienes suntuarios han sido estimulados. El mundo de lo esencial ha sido sustituido por lo banal, se han creado unos valores que loan la eficacia y lo útil; nadie pareciera estar preocupado por los otros. El socialismo advendrá con la liquidación del reino de las necesidades. Eso indica un mayor dominio del hombre sobre la naturaleza, también señala una repartición con equidad del producto del trabajo del hombre; la sociedad se estará encaminando hacia el equilibrio económico. El hombre ha entrado como eje de planificación económica de la sociedad. La opción fundamental es lo social, la maquinaria burocrática ha sido desplazada por un sistema de producción donde lo fundamental es la producción de bienes útiles que son puestos al servicio de los pueblos.
La Lucha Contra los Ídolos y la Superación de la Alienación
En Marx hay una lucha contra los ídolos; no son los mesías, los predestinados, no es la palabra milenarista la que tendrá la última decisión. El proceso de liberación del hombre debe tener como esencia la superación de la alienación. Se trata de construir un mundo racional, equilibrado.