Marx y la Alienación Religiosa
Karl Marx, defensor de un humanismo radical, observó cómo la minoría burguesa explotaba a la mayoría proletaria en la sociedad, humillándola y privándola de libertad y dignidad. Esta condición del proletariado era, para Marx, la alienación. Para resolver este problema, propuso cambiar las condiciones materiales. Según Marx, la filosofía debe plantear los pasos para alcanzar la libertad del ser humano.
Marx describe la alienación como una condición con raíces económicas que convierte al individuo en un extraño para sí mismo, llevándolo a sentirse deshumanizado. Afirma que la alienación principal se manifiesta en el trabajo, pero también existen otras formas como la religiosa, la ideológica y la filosófica. Criticó la religión por considerar que alienaba al ser humano, alejándolo del mundo real y transportándolo a un mundo ficticio. Además, la religión, según él, permitía cualquier tipo de alienación. Marx denominó a la religión «el opio del pueblo», una herramienta utilizada por las clases dominantes. Sostenía que quienes vivían bajo un modo de vida religioso carecían de seguridad, se subordinaban ante el creador y experimentaban una humildad que los predisponía a la alienación.
Marx veía a la Iglesia como una institución que dirigía a las personas hacia una justicia irreal, facilitando así la alienación. Las instituciones religiosas, en manos de los poderosos, servían para dominar a las clases bajas. El principio filosófico religioso, según Marx, es que la religión siempre justifica la dominación y la injusticia.
Marx concluye que la religión no sirve para solucionar los problemas del hombre y que el ser humano no debe esperar obtener libertad de ella.
Bases de la Filosofía del Siglo XX: Los Filósofos de la Sospecha
Nietzsche, Marx y Freud, conocidos como los «tres filósofos de la sospecha», sentaron las bases de la filosofía del siglo XX. Estos pensadores criticaron y cuestionaron los cimientos de la civilización occidental. Cada uno abordó un aspecto diferente: Marx se enfocó en el sistema económico, Nietzsche en el miedo a la vida y Freud en el subconsciente.
Marx y el Materialismo
Marx defendía el materialismo, argumentando que las fuerzas económicas constituyen la base de la realidad. Tras estudiar la historia, observó que las ideas políticas y jurídicas estaban bajo el control de la clase dominante. Para Marx, la estructura económica es la más importante y la verdadera realidad, pero está influenciada por las superestructuras ideológicas, filosóficas y religiosas. Critica la filosofía por ocultar las alienaciones y sostiene que debería ser práctica y erradicarlas. Marx concibe al ser humano como un ser natural, monista, materialista, social (necesita de la sociedad para ser humano, es producto y productor de la sociedad) e histórico (producto de la sociedad). Según Marx, el capitalismo ha alienado al ser humano, haciéndole perder su esencia. El trabajador no es dueño de lo que produce, ni de su actividad, ni de su naturaleza. La solución que propone es el comunismo, donde el trabajo no está alienado y no hay división de clases.
Nietzsche y la Muerte de Dios
Nietzsche negó todo lo trascendente, lo que no proviene del mundo físico o natural. Esto se refleja en su famosa frase «Dios ha muerto». Según él, Dios, el bien y la libertad no existen, sino que son invenciones para esclavizar al ser humano. También afirmaba que la ciencia, la filosofía y la religión, pilares de la civilización occidental, habían perjudicado al ser humano. Nietzsche se opone a la metafísica, al lenguaje lógico, al dualismo ontológico, a la idea de Dios y a los valores tradicionales basados en la razón. Esto provocó una crisis en la conciencia occidental, y él buscó una explicación naturalista para demostrar la inexistencia de ideas trascendentes. Concluyó que se necesitaba una nueva cultura construida por superhombres, capaces de vivir sin Dios. Por eso afirma «Dios ha muerto», porque el superhombre, con sus valores vitales, ocupa el lugar de Dios.
Freud y el Inconsciente
Freud sostenía que el inconsciente es la parte más importante del ser humano. La mente, según él, es una estructura compleja compuesta por el ello, el yo y el superyó. Afirmaba que existen procesos desconocidos e inconscientes, cuestionando los grandes ideales de la humanidad y la primacía de la razón. Como se mencionó anteriormente, para Freud la mente se divide en tres partes:
- Ello: La parte más primitiva, impulsada por el deseo de placer. Estos deseos son involuntarios, difíciles de controlar y se manifiestan en los sueños.
- Yo: Percibe la realidad y está influenciado por el mundo exterior. Es la parte racional y adaptativa.
- Superyó: Actúa como una figura paterna y está formado por el conjunto de normas sociales y culturales.