Karl Marx
El ser humano se hace a sí mismo en sus propias acciones y decisiones, transformando la naturaleza mediante el trabajo. El hombre es un ser activo y su dimensión práctica es más importante que la teórica. El hombre no puede entenderse solo como un animal racional, pues esa idea produce una concepción injusta heredada de las sociedades esclavistas. Marx transforma otro concepto heredado de Hegel y Feuerbach, que es la alienación, proceso o situación por la cual el hombre se convierte en algo distinto, ajeno o extraño. Marx defiende que esta alienación se da en el trabajo en las sociedades industriales capitalistas: aquello que debería realizar al hombre es precisamente lo que lo esclaviza, lo que le convierte en mercancía o máquina. En concreto, Marx afirmó que esta alienación tiene 4 dimensiones que se dan en la sociedad capitalista:
- En la naturaleza esta deja de ser patrimonio común, por lo que deja de estar disponible para trabajar.
- Respecto al trabajo mismo, este no le pertenece al proletario sino al burgués. El proletario no elige su trabajo y se ve obligado a venderse a sí mismo, lo que le hace sentirse extraño, explotado… “Está en lo suyo cuando no trabaja, y cuando trabaja, no está en lo suyo”. Por lo que llegó a decir Marx que la libertad del proletariado queda limitada a sus funciones animales: comer, beber, engendrar…
- Respecto al producto de su trabajo, este tampoco le pertenece sino que es la mercancía que será vendida para beneficio exclusivo del burgués, que es dueño de los medios de producción.
- Respecto a la sociedad, la alienación del trabajo es el origen de las clases sociales y en el capitalismo el otro no es visto como un compañero, como otro ser humano, sino como un rival con el que competir. El trabajo capitalista genera egoísmo y destruye toda posibilidad de relaciones sociales basadas en la justicia e igualdad.
Marx critica la religión por considerarla una forma de alienación, porque es una experiencia de algo irreal, de algo que no existe. Siguiendo a Feuerbach, Marx considera que “no es Dios quien crea al hombre, sino el hombre a Dios, a su imagen y semejanza”. El hombre toma lo que considera mejor de sí mismo (inteligencia, bondad,…) y lo proyecta fuera de sí. Pero la religión también es alienación pues desvía al hombre del único ámbito en el que realmente puede ser feliz. Al consolar al hombre del sufrimiento que le toca vivir, sugiriendo que en el otro mundo le corresponde la justicia y felicidad, lo adormece y le resta capacidad, y es en este sentido que Marx dice que “la religión es el opio del pueblo, adormece al espíritu creando paraísos artificiales”.
La Plusvalía
Los economistas clásicos consideran tres fuentes de riqueza: la naturaleza, el capital y el trabajo. Marx rechaza esto, pues considera únicamente el trabajo como fuente de riqueza. Si por naturaleza entendemos tierra, ésta no da nada si no se trabaja, y por otra parte, el capital no es más que trabajo acumulado. Por tanto, sólo el trabajo es lo que genera riqueza, el problema es que no genera igual riqueza para todos. La obra conocida como ‘El Capital’ comienza con el estudio de lo que se conoce como mercancía. Toda mercancía tiene un valor económico que es doble: de uso y de cambio. El valor de uso es relativo, depende de las cualidades específicas. El valor de cambio es el valor común a diversas mercancías y permite cambiar unas por otras. Es un valor cuantitativo. La tesis de Marx es que este valor se mide en dinero calculando las horas de trabajo y los trabajadores necesarios. El trabajador recibe a cambio de su trabajo un salario, pero lo que surge del trabajador tiene mayor valor. Por tanto, la diferencia que hay entre ambos se la queda el empresario. A esta diferencia Marx la llama plusvalía, que es la diferencia entre lo que cuesta mantener al trabajador y lo que vale lo que este produce. El beneficio que saca el empresario a partir de la plusvalía es la base de la economía capitalista. El trabajador vende su fuerza de trabajo para poder seguir viviendo, de esta forma concibe el trabajo como un sacrificio y no como su vida misma.
El Materialismo Histórico
El materialismo histórico es la doctrina de Marx que afirma que es la infraestructura económica de una sociedad la que determina la evolución social a partir de sus contradicciones, esto es, dialécticamente. Marx estructura la sociedad en la infraestructura económica que la conforman las fuerzas productivas (trabajadores, materias primas, y medios de producción); y relaciones de producción, que dan origen a las clases sociales. Sobre la base económica se muestra la estructura ideológica o superestructura, compuesta por los códigos jurídicos, políticos, religiosos, culturales… Infraestructura y superestructura están en relación de determinación, la infraestructura determina a la superestructura. En otras palabras, la economía de una sociedad determina sus leyes, sus políticas, su filosofía… El cambio de una forma social a otra se produce cuando se da un cambio en la infraestructura. Según Marx, se han dado varios modos de producción, el primero sería el comunismo primitivo, el modo asiático o despótico, el esclavista basado en la relación amo-esclavo, el feudal basado en la tensión entre señor y vasallo, y el capitalista basado en la relación entre el burgués y los trabajadores. Por tanto, la historia se concibe como el desarrollo de los modos de producción cuyo motor es la lucha de clases, que sigue un esquema dialéctico de tesis-antítesis-síntesis tomado de Hegel. Según Marx, este proceso terminará cuando queden abolidas todas las clases sociales, que se dará con el comunismo en el que no habrá propiedad privada, que es la que origina la división entre clases. Así, se llegará al fin de la historia, con el modelo comunista que será un paraíso donde las riquezas correrán como chorros.
La Superación del Capitalismo
La lógica propia del capitalismo será la que produzca las condiciones para su superación. Marx afirma que el sistema capitalista se irá debilitando por las leyes inmanentes que se pueden reducir a tres:
- Ley de la tendencia a la baja de beneficio. Cada vez se gana menos. Esto sucede porque el capitalista compite por vender mercancías al menor coste, para lo cual invierte en más métodos de producción.
- Ley de la proletarización constante. El capital tiende a concentrarse en menos manos debido a la explotación constante de la fuerza de trabajo.
- El fenómeno de las crisis periódicas. El sistema impulsa la acumulación de producto en stock (excedentes) porque el capitalista tiene que producir más y más barato. Entonces la superabundancia de mercancías produce un aumento del precio de las materias primas. Se produce demasiado en comparación con lo que los obreros pueden comprar. Esto causa la parada y el cierre de la fábrica, paro, crisis y el excedente de mercancías.
La Acción Política
La acción política en el Marxismo incluye la revolución del proletariado. El proletariado se valdría del poder para ir despojando a la burguesía de su capital y medios de producción, centralizándolos en manos del Estado. El programa incluye los siguientes pasos, aunque no sean iguales en todos los países:
- Expropiación de las viviendas y aplicación de un alquiler de renta que se destinará a gastos públicos.
- Fuerte impuesto progresivo.
- Abolición del derecho de herencia.
- Nacionalización de los transportes.
Cuando hayan desaparecido las diferencias de clases y toda la producción esté en manos de la sociedad, esta perderá todo el poder político, pues este no es más que el poder de una clase para oprimir a otra (el Estado se disuelve).