Contexto Histórico y Antecedentes de la Ilustración
La historia de la modernidad comienza en torno al siglo XV cuando el mundo medieval se abrió a un renacer comparable al ambiente que se había vivido en algunos momentos del mundo clásico. En el campo de las ideas, la revolución científica representada por Newton y Galileo rompe con la autoridad aristotélica. Un nuevo concepto de razón surgido de la ciencia aspira a iluminar el conjunto de la realidad humana. A partir de estos momentos, el optimismo es imparable. La cautela de Descartes se va abandonando y todo lo que se pierde en profundidad se gana en atrevimiento. Los alemanes participan en este espíritu y Kant explora el atrevimiento de utilizar la propia razón.
La Ilustración: Un Nuevo Espíritu
La Ilustración (salida del hombre de la minoría de edad) (Revolución Inglesa-Revolución Francesa, pensamiento liberalismo, Revolución Industrial) es un periodo histórico sociopolítico y cultural en el que se produjo un gran desarrollo intelectual, que se corresponde con el siglo XVIII en el continente europeo, aunque en las Islas Británicas se produjo más tempranamente debido a la Revolución Inglesa de 1688. Es un estilo de pensamiento caracterizado por la confianza en el carácter de la razón. Tiene sus raíces en el siglo XVII, y se desarrolla en Francia, Inglaterra y Alemania.
Desarrollo de la Ilustración por Países
- Inglaterra: Se asienta sobre las bases empiristas y centra su atención en la gnoseología, la libertad política y la tolerancia religiosa. Es de carácter liberal y destacamos a Locke, Hume y Berkeley.
- Francia: Adopta un estilo más crítico y radical, rechazando la metafísica. Es de espíritu enciclopédico, destacando Montesquieu, Voltaire y Rousseau. Tras la Revolución se aprobó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. La Revolución asume las ideas ilustradas pero fundamenta el orden político en la razón como principio universal, que hace a los hombres libres e iguales, sustituyendo la legitimidad divina por la legitimidad democrática.
- Alemania: En ellos aparece más tardíamente y se impone de un modo más breve. El interés por la ética, la ideología antieclesiástica y antiteología son sus rasgos más sobresalientes. Destacan Wolff, Goethe y Kant.
El Siglo de las Luces
La Ilustración, por tanto, representa el estallido de un nuevo espíritu que lucha porque la razón prevalezca allí donde antes lo estaba la tradición, la fuerza o la superstición e intenta poner luz donde antes había oscuridad. Por ello, el siglo XVIII se llama el Siglo de las Luces. Los philosophes representan la aparición de lo que hoy llamamos intelectuales. La forma de pensar de estos filósofos son distintas a la de los filósofos anteriores.
Características Principales de la Ilustración
- Confianza absoluta en la razón, educación y ciencia para mejorar la vida humana.
- Visión optimista de la vida y la naturaleza. La historia es contemplada dentro de un progreso de la humanidad.
- Gran difusión de posturas éticas y religiosas.
La educación tiene un papel esencial en la Ilustración para la transformación social. El trabajo de los ilustrados va dirigido expresamente a la burguesía y a la nobleza. Su influencia en los monarcas creó el despotismo ilustrado (intento de favorecer condiciones del pueblo pero sin tener en cuenta su opinión, todo para el pueblo pero sin el pueblo).
La Enciclopedia
También se creó la Enciclopedia, la enciclopedia de las ciencias, las artes y los oficios. La Enciclopedia surgió tras la idea de crear una herramienta de trasmisión del conocimiento. Fue dirigida por Denis Diderot y 150 ilustrados más. Esta se define como la unión de todos los conocimientos, saber todo de todo.
Figuras Clave de la Ilustración
Voltaire
Uno de los ilustradores franceses, Voltaire, es muy relevante en la Ilustración. Defendió la religiosidad natural que acepta la existencia de un ser supremo creador. Este deísmo está muy lejos de la existencia antropomórfica de Dios, que Voltaire critica. Voltaire lucha contra la intolerancia.
Rousseau
Otro ilustrado francés, Rousseau, introduce la idea de nuevo ciudadano. Las ideas más constantes en su obra fueron: la esencia bondadosa de la naturaleza humana, degradación creciente a lo largo de la historia y función enmascaradora de esta realidad que asumen las ciencias y las artes.
Rousseau defiende la figura del buen salvaje. Se describe la naturaleza humana como autosuficiente y movida por dos fuerzas que son contrarias y complementarias: el instinto de autoconservación y el sentimiento de piedad. Rousseau ve en la propiedad privada el origen de todos los males, ya que nace la desigualdad.
Rousseau otorga gran importancia a la educación, que según él, todos deben favorecer a su desarrollo. Se trata de potenciar la bondad natural sometiéndola a la razón. La libertad constituirá un elemento fundamental en este proyecto educativo: el hombre perfecto sería: libre, autónomo y crítico. En la educación del nuevo ciudadano se engloba sentimiento, razón y conocimiento. El sentimiento innato de piedad facilita la sociabilización y hay que potenciar este sentimiento, que nos permite ver en el otro, un ser humano como nosotros.
Contractualismo
Para Rousseau, el beneficio máximo es la libertad, ya que solo la libertad legitima al contrato social. La clave del contrato social es unirse a todos y ser libres mediante un pacto que conquista un tipo de libertad diferente y superior. Esta libertad superior es la libertad social o moral, la capacidad de autoimponerse una ley y así nos hacemos ciudadanos que nos comprometemos ejerciendo la libertad. Rousseau define la libertad como autonomía, capacidad de seguir las leyes que uno mismo se crea. Así, el ejercicio de nuestra libertad nos lleva a decidir qué podemos hacer para el bien común.