2.c)
La justificación de tales tesis la encontramos en la teoría ontológica desarrollada por Platón a través de uno de sus más famosos mitos (el mito de la caverna) y teoría; la teoría de las ideas. De igual forma, otra parte importante de dicha justificación la encontramos en el desarrollo del símil de la línea y su vinculación con el sistema educativo platónico propuesto en la “República”.Teorías de la Ideas y símil de la línea que no sólo usa el autor para explicar la estructura de la realidad y los grados del conocimiento humano para acceder a ella, sino que vienen también a justificar dónde reside y cómo se llega a alcanzar esa sabiduría (del gobernante o guardián perfecto) que garantizaría el Estado justo.Teoría de las Ideas o Formas ampliamente desarrollada a través de muchos de los diálogos platónicos pero que encuentra una de sus más significativas expresiones en el mito de la caverna que Platón explica en el libro VII de La República. Una teoría que defiende una visión dualista de la realidad donde se entrecruzan conceptos tan dispares como lo único y lo múltiple, lo inmutable y lo mutable así como lo invisible y visible.
El dualismo ontológico platónico defiende la existencia de una primera realidad visible formada por múltiples cosas físicas que se caracterizan por su mutabilidad, caducidad y cambio constante denominada “mundo sensible” (Kosmos Koratos). Una realidad sólo accesible al hombre por medio de los sentidos y que encuentra su origen, fundamento, justificación de su existencia en otra realidad separada llamada “mundo inteligible” (Kosmos Noetos).Este mundo inteligible está formado por aquellos entes ideales, modelos o arquetipos que se convierten en modelos, causas y esencias de aquellos objetos físicos que son lo que son por su parecido por tales modelos. Estas ideas (tradicionalmente entendidas como definiciones universales) se caracterizarían por su inmutabilidad, eternidad, inmaterialidad y accesibilidad sólo por medio del pensamiento puro y abstracto alejado de cualquier referencia sensorial. Ideas que se encuentra, además jerarquizadas en forma, podríamos decirlo así, piramidal donde en la base encontramos las ideas sensibles (los modelos o arquetipos de los múltiples y variados objetos físicos visibles). Después nos encontramos con las ideas inteligibles que nos sirven de modelo y justificación para la existencia en nuestro mundo de aquello que ya no podemos ver tales como los sentimientos. Un peldaño más arriba, se situarían junto con las entidades geométricas y aritméticas, las Ideas de Belleza y Justicia. Una Belleza entendida como modelo o canón de lo bello, de forma que un objeto sensible será bello en tanto en cuanto se parezca a ese canón . Así mismo la Idea de Justicia se convierte en canón de justicia no sólo para el hombre sino igualmente para el estado (que para platón será visto como un organismo vivo). En el caso del hombre, justicia será aquella virtud cardinal entendida como suma armónica de las otras tres; sabiduría, fortaleza y templanza. En lo referente al Estado, justo será aquel en el que se de una armonía funcional debido a que cada uno realice la función que le corresponda por situación social y educación.Finalmente, en la cúspide de tal mundo o realidad, nos encontramos con la Idea de las Ideas, la Idea del Bien. Aquella de cierta dificultad a la hora de definir pero que en palabras del propio Platón, es el origen de todo lo visible así como de la sabiduría y el obrar prudentemente para aquel hombre que lo contemple directamente: el sabio.Sería la figura del demiurgo la responsable de la creación del mundo sensible tomando como modelo el mundo inteligible y que Platón manifiesta por medio de términos cono analogía, participación o imitación. Términos con los que metafóricamente Platón salva el abismo existencial que existe entre ambos mundos y que relata en su obra el Timeo al referirse al demiurgo y a su amor platónico al mundo perfecto de las ideas.En el símil de la línea, expuesto en el libro VI de La República, Platón desarrolla su teoría gnoseológica defendiendo un dualismo gnoseológico: para él, el hombre dispone de dos modalidades cognoscitivas. Por un lado, nos encontramos con la Dóxa, término con el que se refiere al conocimiento opinable, aparente y bastante dudable (falso) que se divide a su vez en otras dos modalidades: Eikasia y Pistis. La primera, entendida como conjeturas, nos proporciona el conocimiento de sombras e imágenes (las proyectadas en el fondo de la caverna en el mito de la caverna) que no nos proporcionan ningún conocimiento verdadero. La Pistis, por su parte, entendida como creencia o explicación plausible, nos proporciona un conocimiento más veraz pero aún falsable, dudable pues con ella sólo tenemos acceso al conocimiento de los objetos físicos que son muy cambiantes y mutables (lo que se correspondería a los objetos que portan los hombres que se encuentran detrás del tabique en el mito de la caverna).Después de abandonar este conocimiento, llegamos al otro: la Episteme. Traducida como ciencia, se puede entender también como conocimiento racional y por supuesto, conocimiento verdadero puesto que con él conocemos aquello que no cambia; las Ideas.