Escolástica
La escolástica es la filosofía que se desarrolló en las escuelas, desde el siglo X al XV. Se caracteriza, sobre todo, por el método «escolar» de transmisión y creación de cultura. En las escuelas, bajo la dirección de un maestro, se lee a quien tiene autoridad doctrinal (los libros sagrados, grandes filósofos o Padres de la Iglesia), se comenta y se debate acerca de los problemas de esas lecturas. Se enseñaban el trivium (gramática, retórica, dialéctica) y el quadrívium (aritmética, música, geometría y astronomía o astrología), además de teología, derecho, medicina y otros saberes.
Patrística
A partir del siglo II, los cristianos comenzaron a utilizar el lenguaje filosófico de la época. Los primeros pensadores que formularon filosóficamente la verdad cristiana, figuras más o menos aisladas, constituyen la patrística, que es, por tanto, el primer período de la filosofía cristiana. El más importante padre de la Iglesia en Occidente es Agustín de Hipona.
Fe y Razón
En la Edad Media, las creencias religiosas inspiran por completo el modo de vida de las personas. Dios les revela todas las verdades que necesitan para encontrar sentido a su vida. Los griegos, sin embargo, habían descubierto la razón, el logos, como capacidad de los seres humanos para preguntarse por el sentido de la realidad.
Teología Natural
La teología es la ciencia que trata de Dios. Desde ese punto de vista, la teología cristiana se apoya fundamentalmente en los textos sagrados, en la Biblia, y en la revelación de Dios mismo. Tomás de Aquino considera que algunas verdades relacionadas con Dios pueden llegar a conocerse no solo mediante la fe, sino también con la razón. El conjunto de esas verdades y su demostración constituyen la teología natural.
Argumento Ontológico
Dios es el ser máximo concebible. Si esto es así, ese ser debe existir no solo en el entendimiento, sino también en la realidad, puesto que de lo contrario podríamos concebir uno por encima del que estábamos imaginando. El mejor ser que podemos imaginar debe reunir todas las cualidades que consideremos positivas, y entre ellas se incluye la existencia. Este argumento fue admitido por muchos autores, como Descartes. Fue rechazado por muchos otros, como Tomás de Aquino, por considerar que supone un salto ontológico.
Vías
Es el nombre que reciben las cinco demostraciones que propone Tomás de Aquino para probar la existencia de Dios. Cada uno de esos argumentos parte de un hecho de la experiencia. Se admite que las vías no hay que tomarlas por separado, sino que constituyen un sistema. Unas parten de la consideración de las cosas del mundo sensible como cambiantes (1.a, 2.a y 5.a); las otras dos parten de la limitación en duración o perfección de las cosas sensibles (3.a y 4.a).
Poder Temporal y Poder Espiritual
Graciano hablaba de un poder religioso, a cargo del papa, y otro civil, que recaía en el emperador. Desde su punto de vista, el papa solo tenía autoridad cuando la política chocaba con la moral. Pero Tomás de Aquino afirmaba que ambos poderes proceden de Dios y que lo más importante es la salvación, por lo que tanto el pueblo como sus líderes deben someterse a la autoridad del papa. Defendía la idea del origen divino del poder: Dios establece a quién corresponde gobernar, de manera que el poder de los reyes debe estar supeditado al de la Iglesia.
Preámbulos de la Fe
Aquellas verdades que debemos creer simplemente por fe son conocidas como «artículos de fe». Se trata de hechos indemostrables, pero que todo buen cristiano debe aceptar sin ponerlos en duda ni tratar de indagar en su explicación. La teología natural contiene verdades que pueden demostrarse racionalmente: esas verdades, Tomás de Aquino las denomina «preámbulos de la fe».
Evidente
Tomás de Aquino considera que todo lo evidente lo es en sí mismo, pero puede no serlo para quien no conoce aquello de lo que se está hablando. Descartes entiende por evidencia la captación inmediata de la verdad de algo mediante simple inspección mental, y buscará verdades indudables, evidentes, claras y distintas.
Averroísmo Latino
Averroes considera que los mensajes del Corán y la filosofía de Aristóteles no se oponen; admite que el camino de la filosofía está reservado para algunos hombres y vedado para otros. A pesar de ello, el averroísmo latino, en la escolástica cristiana del siglo XIII, establece la separación e, incluso, la incompatibilidad de las verdades reveladas y las filosóficas. Desde la razón y la filosofía puede probarse que el alma es corruptible, y el mundo, eterno.
Verdades de Fe
Entre las verdades que Dios nos revela, Tomás de Aquino distingue unas que son de razón y otras que son de fe. Las primeras pueden conocerse mediante el esfuerzo racional, pero las segundas solo se alcanzan porque Dios nos las comunica. Las verdades de razón que constituyen los preámbulos de la fe están al alcance de muy pocos.