Conocer: *Cogito Ergo Sum* y la Intuición de la Existencia
«Pienso, luego existo»: Esta célebre frase representa la intuición del hecho de existir que se deriva del acto de pensar. Al pensar, me intuyo como algo realmente existente. Este es el primer principio real de la filosofía cartesiana y el punto de partida indudable para deducir otras existencias, prototipo de toda verdad y toda certeza.
La Evidencia como Criterio de Verdad
Descartes también extrae del primer principio el criterio de verdad. Al haber encontrado una certeza, el autor analiza qué tiene ese conocimiento para que la razón lo conciba como cierto. Lo que Descartes describe ahora es el momento del encuentro de este criterio, que es la primera regla del método. Como ya comentamos al hablar de las reglas del método, el criterio de verdad es la evidencia, que yo intuya de forma clara y distinta, sin ningún género de duda, que una proposición es verdadera. En el descubrimiento de la primera verdad incontrovertible tiene su origen dicho criterio. Puesto que del análisis del «yo pienso, luego existo» no solo sigue la sustancialidad del alma, sino que admite como criterio de verdad la forma con que ha logrado el conocimiento del «yo pienso», es decir, la forma en que ha obtenido la evidencia del «yo pienso» se ha convertido en el modelo de toda verdad y de toda certeza. De esta forma, los conocimientos solo serán verdaderos cuando se conciban de una forma clara y distinta, es decir, cuando sean evidentes por sí mismos y la mente pueda alcanzar de ellos una certeza absoluta.
Descartes y Hume: Racionalismo vs. Empirismo
Tradicionalmente se ha comparado a René Descartes con David Hume. Esta comparación busca poner de manifiesto sus diferencias.
Por un lado, Descartes se encuadra dentro de la corriente racionalista, que basa la búsqueda de la verdad en la razón, y por otro lado, Hume representa el caso más acentuado de entre todos los empiristas, defensores de asentar el conocimiento en la experiencia sensible.
Las diferencias en torno a la noción de idea se observan entre ambas corrientes. Así, en la filosofía cartesiana, las ideas pueden tener tres orígenes: ser creadas por la propia mente, provenir de la realidad o haber sido impresas en el alma por Dios. Partiendo de esta distinción, Descartes reconstruye la idea del yo, la idea de Dios y la idea del mundo exterior. Hume, en cambio, creía que todas las ideas deben derivarse de la experiencia, de impresiones derivadas de los sentidos, y cuestionará las ideas de sustancia y causalidad, que son la base del yo y del mundo.
La Repercusión del Pensamiento de Descartes en la Filosofía Posterior
La repercusión del pensamiento de Descartes en la filosofía posterior es enorme. Se le considera «el padre de la filosofía moderna», por ser el creador de la nueva corriente racionalista, pero, sobre todo, por haber desplazado el fundamento del conocimiento y del ser del objeto al sujeto. Todos los filósofos racionalistas e idealistas han recibido, de una u otra forma, su influencia: Leibniz, Spinoza, Kant y Hegel. Incluso la corriente empirista de Locke, Berkeley y Hume, tan alejada del racionalismo cartesiano en muchos aspectos, no se sustrae al papel de la subjetividad en el conocimiento y a que la actividad de este recaiga solo sobre las ideas, aunque (para los empiristas) el origen de estas sea la experiencia y nieguen las ideas innatas.
Muchas de las corrientes de la filosofía contemporánea son también deudoras del pensamiento cartesiano, en especial, la fenomenología. Husserl sostiene que Descartes inaugura una nueva filosofía al dar un giro radical del objetivismo ingenuo al subjetivismo trascendental. Y que un renacimiento fecundo para la filosofía sería volver a las Meditaciones metafísicas, para descubrir el sentido más profundo del ego cogito (yo pienso) y de los valores que de él proceden.
La concepción mecanicista de la naturaleza y de la ciencia como un conocimiento útil para dominarla hace de Descartes un pionero de la técnica moderna. Junto con Francis Bacon, tiene una concepción de la ciencia no teórica, sino fundamentalmente práctica, ya que la concibe como un instrumento de dominio de la naturaleza. La ciencia deviene en técnica, o el binomio ciencia-técnica se concibe como una unidad. En este sentido, Descartes es también uno de los padres de la técnica moderna y del concepto de razón instrumental.
La Noción de Sustancia en Descartes
Descartes entiende por sustancia aquello que para existir no tiene necesidad más que de sí mismo. Entendido en sentido estricto, tan solo podríamos distinguir una sustancia, Dios, que es, en realidad, lo único que puede existir por sí mismo, puesto que los demás seres, para existir, necesitan en rigor de Dios, que es por definición el Ser necesario. Sin embargo, Descartes afirma que la noción de sustancia puede ser entendida también en sentido análogo. En este segundo sentido, serían sustancias todos aquellos que para existir solo necesitaran del concurso divino, es decir, que Dios los hubiera creado. En este último sentido, Descartes distingue dos sustancias: el alma y el mundo, que para darse no necesitan más que de Dios y no de otros seres, es más, ni siquiera se necesitan mutuamente, lo cual puede plantear algún problema a la hora de determinar la concepción antropológica de Descartes.
- En sentido estricto: Dios (Res infinita)
- Sustancia:
- Alma (Res cogitans)
- En sentido análogo:
- Mundo (Res extensa)