El Método Cartesiano y las Cinco Vías Tomistas: Un Enfoque Comparativo

El Método Cartesiano

El método cartesiano: Ciencia y filosofía siempre van unidas en toda la obra cartesiana por: el método. Para Descartes, la diversidad de opiniones y el error no son consecuencia de una falta de inteligencia, sino del método seguido. Todos los enfrentamientos y problemas teóricos pueden disolverse si fijamos un método, un conjunto de reglas fáciles de seguir que permitan alcanzar la verdad sin riesgo a equivocarse. Se inspira en el método matemático a la hora de elaborar las reglas. Todos sus desarrollos pueden seguirse sin necesidad de apelar a la experiencia. En matemáticas las verdades son evidentes y demostrables, y basta la razón para conocerlas. El precedente más remoto del método cartesiano podemos encontrarlo ya en la geometría de Euclides: se trata en definitiva de ir deduciendo nuevas y más complejas verdades tomando como punto de partida otras más sencillas y evidentes. La propuesta cartesiana tiene un doble objetivo: pretende evitar el error y llegar a verdades indudables, y por otro lado extraer nuevas verdades a partir de las ya conocidas. Descartes afirma la necesidad de destruir todo el conocimiento anterior, y comenzar a levantar un nuevo edificio del conocimiento en el que solo aparezca la verdad y sean eliminados los prejuicios o las verdades basadas en argumentos de autoridad. En esta labor intervendrán dos facultades: 1) la intuición: por la que conocemos de un modo inmediato verdades evidentes. 2) la deducción: accedemos a nuevas verdades a partir de las ya conocidas.

Las Reglas del Método Cartesiano

Las reglas del método cartesiano son:

  • A) Regla de la evidencia: «No admitirás jamás como verdadero cosa alguna sin conocer con evidencia que lo era».
  • B) Regla del análisis: «Dividir cada una de las dificultades en tantas partes como sea posible».
  • C) Regla de la síntesis: «Conducir ordenadamente tus pensamientos comenzando por los más simples para ir ascendiendo hasta el conocimiento de los más compuestos».
  • D) Regla de las comprobaciones: «Hacer en todo tantas enumeraciones y revisiones para estar seguro de no olvidar nada».

La primera regla establece la evidencia como el criterio último para separar lo verdadero de lo falso. La verdad debe ser evidente, y para acceder a ella necesitamos de la intuición. Evidente es algo que es imposible no ver. La segunda y la tercera nos explican cómo podemos deducir nuevas verdades a partir de las ideas claras y distintas ya conseguidas. En la primera parte (análisis) se descompone el problema hasta sus partes más sencillas. A continuación se procede a la inversa. En este proceso interviene la deducción, que es la que se encarga de relacionar correctamente unas ideas con otras. Por último, Descartes exige que se realicen distintas comprobaciones de todo el proceso recorrido.

Las Cinco Vías Tomistas

Las cinco vías tomistas: Tomás de Aquino se esforzó en darnos pruebas, vías y caminos de la existencia de Dios, porque para él no es algo evidente por sí misma. Las cinco vías son precisamente cinco argumentos que permiten a la mente humana acceder al conocimiento de la existencia de un ser supremo a partir de la experiencia sensible. Todos ellos recurren al principio de causalidad, al cual si se le niega valor, toda la argumentación fracasará. Estos cinco argumentos se rigen mediante: 1) Todas y cada una de las vías parten de un dato de la experiencia. 2) La aplicación del principio de causalidad a dicho punto de partida. 3) Es imposible que se puedan dar una serie infinita de causas subordinadas unas a otras, ya que es necesaria una causa primera. Esa causa primera es Dios.

Descripción de las Cinco Vías

La primera de las vías: La existencia de realidades cambiantes en el mundo es innegable. «Todo lo que se mueve es movido por otro». Esta explicación llega a la conclusión de que es necesario admitir la existencia de un primer motor inmóvil: Dios.

La segunda vía: Está tomada de la causalidad eficiente. En el mundo podemos observar series de causas y efectos que son producidas por otras, ya que nada puede ser causa de sí mismo. Todo hace pensar en la existencia de una causa primera incausada que es Dios.

La tercera vía: Toma su punto de arranque de la contingencia de los seres mundanos. Estos no tienen en sí mismos la razón de su existencia, ya que esta solo puede venirles de algún ser necesario. Si no, cada ser dependería de otro y este de otro hasta formarse una cadena infinita imposible. Por ello nos lleva a entender la existencia de un ser necesario que es Dios.

La cuarta vía: El punto inicial de esta vía constituye los diversos grados de perfección en las cosas. La gradación en las perfecciones implica relación a la perfección absoluta. Luego existe el ser perfecto que es Dios.

La quinta vía: Se basa en el orden que se aprecia en el universo. Esta vía exige la existencia de una inteligencia ordenadora suprema que es Dios.

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