Formas de Organización Política: Características y Evolución Histórica

1. ¿Qué es el Estado? Características

El Estado se define como una forma de organización política que diferencia entre gobernantes y gobernados. Presenta las siguientes características:

Está vinculado a una comunidad concreta, estableciendo criterios de pertenencia y distinguiendo entre nacionales y extranjeros.
Delimita un territorio mediante fronteras y establece un sistema económico que regula la propiedad.
Instituye un modo de relación entre las personas, regulando los tipos de familia, asociaciones y actividades lícitas o no.
Se explicita en un sistema legislativo (texto constitucional) respaldado por el uso de la fuerza legítima.

2. La Sociedad Justa en Platón

Platón es considerado el fundador del pensamiento utópico, una forma novedosa de filosofía política en Occidente. En sus obras, La República y Leyes, describe detalladamente su visión de una sociedad justa.

Propone una tipología de los seres humanos basada en la predominancia de tres impulsos innatos: concupiscible, irascible y racional.
Identifica tres necesidades sociales: producción y distribución de bienes, seguridad y defensa, y gobierno. Cada tipo de ser humano tiene aptitudes naturales para satisfacer una de estas necesidades.
Concede un papel relevante a la educación para identificar aptitudes y preparar al ciudadano.
Para Platón, la justicia equivale a la armonía y al orden racional, donde cada individuo realiza aquello para lo que está mejor cualificado. Justicia y racionalidad son sinónimos: la justicia se logra cuando todos se atienen a los dictados de la razón, lo que convierte a la sociedad en justa.

3. ¿Qué es una Utopía? Evolución Histórica

Una utopía es la descripción de un orden social que busca reconciliar los intereses privados y públicos en un ideal de convivencia. Aunque no existe en la práctica, se aspira a que exista. Se constituye en:

Principio de legitimación del orden social vigente, que es legítimo en cuanto se asemeja a la utopía.
Principio de crítica del orden social vigente, en la medida en que no se asemeja a la utopía.
Principio de orientación de la práctica política, como ideal de convivencia racional que debe ser el fin de la actividad política.

Ejemplos de utopías políticas renacentistas incluyen Utopía de Tomás Moro, La Ciudad del Sol de Tommaso Campanella y Nueva Atlántida de Francis Bacon. En la filosofía política moderna, el pensamiento utópico influye en la obra de Rousseau y su descripción del «estado de naturaleza», así como en las teorías contractualistas.

A partir del siglo XX, surge un tipo de ciencia ficción conocido como antiutopías literarias, que describen mundos futuros distópicos. Destacan 1984 de Orwell, Un Mundo Feliz de Aldous Huxley y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury.

4. Teoría Política de Maquiavelo

Realismo político: Maquiavelo aboga por observar el Estado y la política tal como son, no como deberían ser.
Sostiene que los hombres son egoístas por naturaleza y que la naturaleza humana es constante en el tiempo.
Propone diseñar el Estado teniendo en cuenta la maldad inherente a los hombres.
La observación desapasionada del presente y del pasado de la política es la base para extraer enseñanzas.
Los seres humanos buscan el poder a toda costa para conseguir sus propios intereses.
La política se convierte en la ciencia de la conquista y el mantenimiento del poder político.
Para conquistar y conservar el poder, se debe usar con inteligencia el terror y la religión (o cualquier mentira necesaria) para controlar conductas y conciencias.
Ni la religión ni la moral legitiman el Estado; este se legitima a sí mismo por la fuerza de los hechos.
La razón de Estado puede conculcar los bienes de los súbditos si el ejercicio del poder político lo requiere. No hay armonía entre los intereses del Estado y los de los ciudadanos.

5. El Contractualismo Moderno: Thomas Hobbes

El contractualismo sostiene que la sociedad es fruto de un pacto fundacional, un contrato entre todos los ciudadanos en el que se pactan las normas de convivencia. Aunque no se haya dado en la historia, es útil para imaginar qué normas elegiríamos si esa situación se diera realmente.

Hobbes considera que los hombres son egoístas y miedosos por naturaleza, anhelando seguridad ante los peligros.
La seguridad se consigue mediante el control de la naturaleza a través de la industria y sometiendo a otros hombres.
Define el «estado de naturaleza» como una situación en la que la vida se rige por impulsos naturales (egoísmo, temor, afán de control), una guerra de todos contra todos donde la vida es «solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta».
Los seres humanos pueden solucionar esta situación a través de la razón, tomando conciencia de su estado y acordando salir del estado de naturaleza para pasar a una sociedad civil, sometiéndose a un tercero (el monarca).

6. Características de la Sociedad Civil según Thomas Hobbes

Solo el monarca tiene la potestad de promulgar leyes; la justicia es el conjunto de leyes promulgadas por el monarca (no existe justicia o derecho natural).
Su poder es absoluto (no hay división de poderes).
Como promulga las leyes, el monarca no está sometido a ellas.
Las leyes serán pocas, públicas, claras y equitativas.
Como el Estado es el único poder, la Iglesia debe someterse a él, y la cabeza del Estado será, a su vez, cabeza de la Iglesia.
La legitimidad del monarca nace de que cumpla con eficacia sus funciones; los súbditos tienen derecho a derrocarlo si falla en su misión de garantizar la paz y la seguridad.

7. El Contractualismo Moderno: Jean-Jacques Rousseau

Rousseau sostiene que los hombres son, por naturaleza, libres e iguales, y conviven en recíproca armonía.
El hombre es bueno por naturaleza, pero la sociedad lo corrompe desde que se instituyó la propiedad privada, llevándolo a un estado de miseria, desigualdad y lucha.
El Estado lo constituyen quienes quieren asegurarse el disfrute y la conservación de los bienes usurpados a los demás, y ha degenerado hasta convertirse en despotismo de los ricos contra los pobres.
Rousseau considera imperativo derrocar el despotismo y fundar el único Estado legítimo: el Estado de derecho, mediante un gran contrato social.
El contrato social no supone sumisión voluntaria al poder del soberano, sino la libre incorporación a la sociedad en su conjunto y a la voluntad popular.
La soberanía reside en la voluntad del pueblo (voluntad popular), que instituye la forma de gobierno del Estado y su legislación, que habrá de ser igualitaria.
La voluntad popular se conoce mediante el sistema democrático, atenido a las reglas de la mayoría, que en Rousseau tiende a conculcar los derechos de las minorías.

8. El Fascismo: Crítica a los Estados Liberales

El liberalismo se presenta como un Estado nacido de un pacto constituyente, realizado por ciudadanos libres e iguales. Pero este pacto es una ficción, al igual que el modelo de ser humano al que hace referencia. Lo que hay son individuos que nacen en el seno de una comunidad histórica definida por unos rasgos objetivos (lengua, cultura, tradición, religión, raza, etc.): la nación. La nación no se escoge, se impone por la fuerza de los hechos a los individuos, otorgándoles sus señas de identidad. Los individuos son, ante todo, miembros de una nación (ilegitimidad del fundamento del Estado Liberal).
El Estado Liberal exacerba la libertad individual, convirtiendo la convivencia en un marasmo de luchas intestinas en las que cada uno busca su propio beneficio sin capacidad de sacrificio por el bien común. El conflicto permanente entre partidos políticos y clases sociales redunda en una pésima gestión de los recursos de la patria, dando lugar a la ineficacia en la gestión.

9. La Solución Fascista: El Estado Totalitario

El fascismo ha tenido varias versiones en Europa: fascismo italiano, salazarismo portugués, franquismo español, nacismo alemán. Aunque existen diferencias entre ellos, todos coinciden en defender un Estado totalitario como solución a los problemas que, denuncian, afectan a los Estados liberales.

La comunidad política es la nación históricamente constituida, y su portavoz es el caudillo, al que se identifica con el pueblo.
La soberanía política radica en la nación; el caudillo es su portavoz, por lo que ostenta el poder político, que es absoluto (no hay división de poderes). Esto supone:
Supresión de las elecciones libres, de la libertad de expresión y asociación, de los partidos políticos, de los sindicatos, etc.
Pérdida de independencia del poder judicial.
Carencia de garantías jurídicas frente a las acciones del Estado y su administración.
El ejercicio del poder absoluto exige la supresión de toda disidencia. Consecuencias: instauración de un régimen de terror dentro del Estado para la persecución y eliminación sistemática de cualquier opositor, y desarrollo de un militarismo fuera del Estado.
El control absoluto de la sociedad incluye el control absoluto de la vida intelectual: arte oficial, defensa de lo irracional frente a lo racional y presencia de la censura.
El fascismo mantiene una concepción aristocrática y elitista de la sociedad y de la historia.
El fascismo defiende el capitalismo y se alía con sus clases dirigentes, ofreciendo a la alta burguesía la represión y desmantelamiento del movimiento obrero. A cambio, recibe del capital el apoyo a la actividad económica y la financiación del partido y de la clase política dirigente.

10. El Comunismo: Crítica al Estado Liberal

Para Marx, las democracias liberales de su época son regímenes políticos al servicio de la clase dominante, la burguesía, cuyo objetivo es prolongar su privilegiada situación y la miserable explotación del proletariado. Esto se demuestra en que la burguesía controla todos los órdenes de la vida social:

El orden económico, pues es la propietaria de los medios de producción.
El orden jurídico, porque las leyes defienden los intereses de la burguesía, consagrando la propiedad privada.
El orden político, pues la práctica de la política exige tiempo, capital y formación, bienes de los que carece el proletariado.
El orden religioso, pues la religión cristiana promueve la resignación al orden existente y condena la violencia necesaria para su transformación.

Además, se constata que las fuerzas del orden reprimirían con la fuerza de las armas los movimientos proletarios en defensa de la clase oprimida.

11. El Comunismo: Rasgos del Comunismo Soviético

En lo económico, se instauró la planificación estatal de la producción y la distribución de bienes, así como la propiedad estatal de los medios de producción.
En lo político, se impuso la doctrina del «partido único», el comunista, que mantiene un férreo control de los poderes e impide toda disidencia interna.
El partido comunista asume las tareas de la conversión del proletariado en fuerza revolucionaria al despertar su dormida conciencia de clase, convirtiéndose en la encarnación institucional del alma del proletariado. Todo lo que es bueno para el partido comunista lo es también para el proletariado; todo lo que atenta contra el partido atenta también contra el proletariado, de ahí que exista toda la legitimidad para suprimirla.
En lo cultural, se instituye la sacralización del poder político y el culto al dirigente del partido; se instituye un arte «comunista» y se persigue cualquier manifestación cultural que cuestione el poder omnímodo del Estado, lo que llevó al comunismo a una beligerancia abierta contra las confesiones religiosas.

12. La Solución Anarquista

La tensión Estado-ciudadanía se resuelve en el anarquismo suprimiendo el primero de los polos. El anarquismo plantea la negación radical del Estado por las siguientes razones:

La legitimación contractual del Estado es una ficción que presupone que los ciudadanos aceptan someterse a la autoridad del Estado, pero ¿qué pasa con los que se niegan a tal sometimiento?
No es cierto que el Estado sea imprescindible para realizar las tareas que desarrolla.
Muchas de ellas nacen de la necesidad de automantenimiento del propio Estado y, si este desapareciese, nos veríamos liberados de todas ellas.
Muchas tareas las desarrollarían con mayor eficacia organizaciones nacidas de la autogestión de la sociedad civil.

El Estado es una institución autoritaria que ejerce su poder de coerción atentando contra las libertades de los ciudadanos. Como la libertad es el valor supremo de los individuos, hay que rechazar cualquier institución que se le enfrente, incluso con las armas.

El modo de organización de la vida social debe surgir del ejercicio real de la libertad de los ciudadanos. Las respuestas oscilan entre el individualismo extremo de Max Stirner y el colectivismo del príncipe Kropotkin, convencido de la tendencia natural de los hombres a la solidaridad. Este colectivismo dará lugar al anarcosindicalismo, en el que los sistemas de producción y servicios se organizan en régimen de cooperativas autogestionadas.

El anarquismo está animado por una enorme confianza en el ser humano y su capacidad para organizarse solidariamente. Es un esfuerzo extraordinario por moralizar todos los aspectos de la vida social. Su repudio del Estado le llevó a un fuerte enfrentamiento con el comunismo y a combatir la dictadura del proletariado.

13. Popper: Sociedad Cerrada y Sociedad Abierta

Popper distingue entre:

Sociedad cerrada: basada en una concepción mítico-irracional, con una organización colectivista en la que los intereses individuales deben sacrificarse por los colectivos, y con normas rígidas amparadas por la tradición y un poder totalitario. Ejemplos: Alemania nazi, sociedad soviética.
Sociedad abierta: basada en una concepción racional de la sociedad (conjunto de individuos que se reúnen en una red de intereses recíprocos) y en la que priman los intereses individuales sobre los colectivos (porque no existen intereses colectivos al margen de los individuales). Tiene normas flexibles que se cambian si muestran ineficacia. Su poder es democrático. Son las sociedades democráticas caracterizadas por:

El cambio pacífico a través del voto.
Gobierno de la mayoría, respetando los derechos de las minorías, exceptuando a los intolerantes.
El poder político debe luchar contra las formas de explotación que impiden la verdadera libertad del ser humano.
La acción política consiste en desarrollar reformas, nunca revoluciones, sin recurrir jamás a la violencia.

14. Democracia: Directa y Representativa

Los sistemas democráticos, especialmente aquellos que adoptan la forma de Estado social y democrático de derecho, son los que mejor han resuelto la difícil relación entre los intereses particulares de las personas y las exigencias nacidas de la vida en comunidad.
La palabra democracia procede del griego demos (pueblo) y cratos (poder), y etimológicamente significa forma política en la que el pueblo ostenta el poder (soberanía popular). Se opone a la monarquía (gobierno de uno), a la oligarquía (gobierno de varios) y a todas las formas totalitarias.
El poder se ejerce a través del voto. Cuando las comunidades son pequeñas, es posible ejercer la democracia directa, en la que los afectados ejercen directamente la deliberación y el voto.
Pero cuando las sociedades son grandes y complejas, es imposible compaginar las exigencias familiares y profesionales con las responsabilidades políticas. Entonces es preciso escoger representantes que deliberen y voten en nuestro nombre: es la democracia representativa, la forma de gobierno más extendida del mundo en la actualidad. La elección de representantes es la solución a un problema que genera, a su vez, dos problemas:

Que las deliberaciones que se realizan en nuestro nombre no agoten los argumentos que los ciudadanos incorporaríamos al debate.
Que las decisiones que se toman no sean las que la ciudadanía respaldaría.