Maestros de la Sospecha: Marx, Nietzsche y Foucault – Perspectivas Filosóficas del Ser Humano

Maestros de la Sospecha: Marx, Nietzsche y Foucault

El Cuestionamiento de la Razón

Las interpretaciones filosóficas del ser humano que hemos visto hasta ahora han tenido una cosa en común: todas confían en el poder de la razón. No todos los autores han compartido esta perspectiva. En el siglo XIX surgieron interpretaciones antropológicas interesadas en estudiar los factores ocultos que influyen en las personas. Según esta visión, la clave para explicar qué es el ser humano hay que buscarla en elementos poco evidentes y es difícil encontrarla a primera vista. Marx, Nietzsche y Foucault son tres importantes pensadores que adoptaron este enfoque al elaborar sus teorías sobre el ser humano. El filósofo francés Paul Ricoeur llamó «maestros de la sospecha» a estos tres autores. Según Ricoeur, estos pensadores fueron los primeros en sospechar que las interpretaciones tradicionales sobre el ser humano eran insuficientes.

El Trabajo en la Antropología según Marx (Siglo XIX)

La teoría antropológica de Karl Marx otorga una importancia fundamental al trabajo humano. Marx creía que la manera como los seres humanos intervenimos en el mundo es única. Solo las personas somos capaces de planificar la manera en la que transformaremos la realidad. Los seres humanos utilizamos la imaginación, la razón y la creatividad. De esta manera podemos cambiar nuestro entorno para cubrir nuestras necesidades y satisfacer nuestros deseos materiales. Por eso el trabajo es una actividad liberadora y creativa. Según Marx, estas características hacen del trabajo una actividad única y exclusivamente humana. Se trata de una actividad social en la cual intervienen elementos fundamentales como el lenguaje, la inteligencia y la capacidad de cooperar con los otros.

La Ideología

Marx creía que la explotación de los obreros se podía mantener mediante el dominio de la ideología, que ofrece una interpretación deformada de la realidad. Definimos la ideología como una visión distorsionada del mundo que sirve para justificar el dominio de los poderosos. La ideología se extiende por toda la sociedad e influye en la vida. Al interiorizar la ideología dominante, las personas aceptan el orden social y la forma de vida establecida como si fueran naturales e imposibles de cambiar. En esto consiste la alienación ideológica. Los obreros no tienen más remedio que aceptar las condiciones de trabajo si pretenden sobrevivir. La libertad solo está al alcance de los poderosos, que pueden escoger. Los obreros solo pueden someterse a este estado de dominio, aunque crean que viven en libertad. El poder de la ideología está en la manera silenciosa y secreta con la cual domina las conciencias de la gente. La ideología no es transparente, no es fácil darse cuenta de la manera en la que nos manipulan.

El Vitalismo de Nietzsche

Según Friedrich Nietzsche, el punto de partida para comprender al ser humano ha de ser la vida, experimentada en toda su plenitud. Critica duramente la filosofía occidental por haberse negado durante siglos a reconocer la importancia de la vida. Según él, los filósofos siempre han insistido en la importancia de lo ultramundano y los elementos espirituales del ser humano, menospreciando lo material. Para Nietzsche, Platón era el responsable. Platón siempre insistía en la prioridad del espíritu por encima de la materia. La tradición filosófica ha condenado al cuerpo como impuro y ha valorado únicamente la dimensión espiritual. El rechazo de la vida adquirió un nuevo significado con el cristianismo, que introdujo el concepto de pecado. Frente al platonismo y al cristianismo, la filosofía de Nietzsche resalta lo mundano, el valor de la vida y la importancia de todo lo corporal. La interpretación de Nietzsche de la racionalidad humana es significativa, ya que él cree que la razón no nos ayuda a entender la vida, pero durante la historia de la filosofía la razón ha sido considerada una facultad esencial del ser humano. Para este pensador, la razón no es un instrumento para encontrar la verdad, sino para crear mentiras. Antes que animales racionales, los seres humanos somos vida e instinto. Más allá de la razón, existen nuestros impulsos irracionales que explican lo que somos.

Disolución del Sujeto

Michel Foucault (siglo XX) escribió la obra Las palabras y las cosas. Según él, cada etapa es distinta para permitir unas específicas condiciones de variedad. El conocimiento científico no es universal ni absoluto, depende de circunstancias históricas y de la visión global de la realidad propia del momento en el que se desarrolla. Foucault negaba la existencia del «hombre». Este concepto es una abstracción que solo ha sido posible cuando el poder político ha conseguido desarrollar mecanismos de control de la población. Los hospitales, las escuelas, los centros psiquiátricos o las cárceles son algunos ejemplos de estos dispositivos de poder que han servido para disciplinar a los individuos, creando un patrón idealizado llamado «ser humano», pero que no corresponde a ninguna persona concreta. Esta inquietud se relaciona con el análisis que hizo del poder. Para Foucault, el interés por el ser humano está ligado a una época y cultura concreta. Este gran concepto del ser humano es una generalización que toma forma en la modernidad y que antes del siglo XVI no se conocía. El concepto de ser humano aparece cuando los estados europeos modernos comienzan a desarrollarse. En ese momento surgen técnicas para controlar la sociedad. El sujeto es el individuo que se puede contabilizar en las estadísticas, o se puede educar en las escuelas, o se puede encerrar en las cárceles u hospitales. Solo cuando aparece este concepto es posible desarrollar las ciencias humanas o elaborar una filosofía específica sobre el ser humano. Este tema responde a una situación cultural muy concreta que quizás se puede modificar en un futuro.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *