Tecnociencia, Ética y Bioética: Límites y Reflexiones Cristianas

Tecnociencia y Ética

Existe una diferencia fundamental entre ciencia y técnica. La ciencia se define como el conocimiento adquirido a través de investigaciones para analizar causas, consecuencias y procesos. La técnica, por otro lado, busca la aplicación práctica del conocimiento, transformando la sociedad.

La tecnología surge de la unión de ciencia y técnica, aprovechando el conocimiento de manera práctica. La tecnociencia, a su vez, unifica estos tres conceptos, buscando la transformación de la sociedad basándose en una naturaleza artificial, con la informática como eje central.

¿Cuáles son los Límites de la Tecnociencia?

Existe una tendencia a depositar un exceso de confianza en el progreso tecnológico, esperando que la tecnociencia resuelva todos los problemas. Sin embargo, es cuestionable que la tecnociencia por sí sola garantice el progreso de las sociedades.

El límite ético se encuentra en el respeto a los derechos humanos fundamentales: la vida, la salud y la libertad. La bioética surge como disciplina para regular estas cuestiones.

Un oncólogo acuñó el término bioética para unir las ciencias de la vida y las ciencias humanas. La bioética estudia los problemas éticos de la vida humana en todas sus dimensiones: clínica, biológica, tecnológica y terapéutica.

Ni la Biblia ni la tradición cristiana han abordado directamente la bioética, excepto en el último siglo, con avances como la reproducción asistida, el acompañamiento a moribundos y el estudio del genoma humano.

Principios de la Bioética

La bioética se basa en cuatro criterios para valorar éticamente una acción humana:

  1. Principio de no maleficencia: Buscar no hacer el mal.
  2. Principio de beneficencia: Actuar en beneficio del paciente.
  3. Principio de justicia: Asegurar que todo descubrimiento llegue a todos, especialmente a los más vulnerables.
  4. Principio de autonomía: Respetar la capacidad de la persona para decidir sobre su tratamiento médico.

Ética del Conocimiento de la Vida

Aunque la Biblia no ofrece valoraciones éticas directas sobre el aborto, la tradición cristiana sí se ha posicionado a lo largo de la historia. Figuras como Tertuliano y Juan Pablo II han establecido una ética sólida en contra del aborto.

La postura cristiana tradicional considera que la vida humana comienza en el momento de la concepción, ya que el cigoto posee un código genético distinto al de la madre. Sin embargo, existen otras posturas que debaten cuándo comienza la persona humana, mencionando el día 13, el sexto mes o la octava semana de embarazo.

La postura cristiana exige un respeto incondicional desde el primer momento de la concepción, considerando al cigoto como un ser humano con derechos, especialmente el derecho a la vida.

Aborto: Plazos y Riesgos

La ética cristiana defiende que desde la concepción del cigoto se exige respeto incondicional, reconociendo su valor moral y espiritual. Se le deben reconocer derechos desde el momento de la concepción.

Ética del Final de la Vida

  • Eutanasia (buena muerte):

Aunque la Biblia no aborda directamente la eutanasia, el cristianismo reflexiona sobre sus implicaciones éticas a través de la razón y los valores.

La vida es un valor fundamental, pero no absoluto, siendo Dios el valor supremo. La muerte debe llegar a su tiempo, ni antes ni después.

El cristianismo rechaza la distanasia (mala muerte), que consiste en prolongar la vida de un enfermo terminal, yendo en contra de los principios de no maleficencia y justicia.

También se opone a la eutanasia activa directa, que implica administrar fármacos para provocar la muerte. Sin embargo, considera legítima la eutanasia activa indirecta, que consiste en administrar calmantes para aliviar el sufrimiento, y la eutanasia pasiva, que implica renunciar a tratamientos médicos o desconectar aparatos que solo retrasan la muerte.

La Conferencia Episcopal Española divulgó en 1849 el testamento vital, donde cada persona puede dejar por escrito cómo desea ser tratada al final de su vida.

El cristianismo apoya los cuidados paliativos, una rama de la medicina que busca prevenir y aliviar el sufrimiento, mejorando la calidad de vida de pacientes con enfermedades graves, ofreciendo apoyo médico, terapéutico, psicológico y espiritual tanto al paciente como a su familia.

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