Tomás de Aquino es un teólogo sistemático. Pensaba que la teología es una ciencia superior que procede a partir de principios evidentes que no necesitan demostración, pero que son el fundamento de toda demostración. Además, la teología es una ciencia subordinada a la ciencia divina. Sus principios no son evidentes por sí mismos, ya que son los artículos de la fe. Utiliza principios filosóficos y la autoridad de los filósofos como argumentos extraños y probables.
La Relación entre Razón y Fe en el Pensamiento Medieval
El gran tema del pensamiento medieval es la relación entre la razón y la fe. En el siglo XI tuvo lugar una gran disputa entre dialécticos y antidialécticos. Los dialécticos otorgaban la primacía a la razón y al método dialéctico. Los antidialécticos limitaban al máximo el papel de la razón. Anselmo intentó encontrar un punto medio; por un lado, señalaba la primacía absoluta de la fe, y por otro lado, afirmaba que la razón puede aducir razones necesarias para demostrar los misterios de la fe. Toda la corriente escolástica agustiniana tiende a confundir los campos de la razón y la fe. El averroísmo, con su teoría de la doble verdad, hace necesaria una dilucidación de este problema. Tomás de Aquino encontró un punto de equilibrio como solución que no fue seguida por los escolásticos.
Solución de Tomás de Aquino:
- Distinción entre Fe y Razón: La razón carece de iluminación divina y sólo puede conocer “de abajo arriba” a partir de los datos de los sentidos. La fe conoce de arriba abajo a partir de la revelación divina. Son mutuamente independientes y autónomas.
- No Contradicción: Las verdades racionales y las verdades de fe no pueden estar en contradicción. Solamente lo falso es contrario a lo verdadero, es decir, la verdad es una. Los principios de la razón están en la sabiduría divina y después en nuestra mente.
- Zona de Confluencia: Tomás de Aquino niega la doble verdad, pero admite dos tipos de verdades. Unas que sobrepasan la capacidad de la razón humana y otras que pueden ser alcanzadas por la razón natural. Los preámbulos de la fe son verdades que la razón puede conocer por sí sola. Los artículos de la fe solo pueden ser conocidos por unos pocos hombres.
Teología como Ciencia Mixta
Los preámbulos de la fe permiten que la teología utilice los principios de la filosofía. Los artículos de la fe se aceptan sin demostración racional. Tomás de Aquino utiliza sus principios para demostrar otras cosas. La distinción entre teología revelada y teología racional no introduce ningún dualismo. La unidad del sistema de Tomás de Aquino la proporciona el objeto: Dios. Tomás de Aquino distingue entre verdades religiosas basadas en la autoridad de la revelación divina, que son objeto de fe, y las verdades filosóficas, que son objeto de la razón.
Existen afirmaciones que no pueden ser sabidas ni demostradas por la razón, solo pueden ser creídas y, en este sentido, resultan objeto de fe. Siguiendo a Aristóteles, Tomás de Aquino sostiene que hay verdades que sí son susceptibles de prueba o demostración racional. De esto surge la posibilidad de que exista una teología natural, racional o filosófica que funcione como preámbulo o introducción a la teología revelada.
La teología racional trata algunas de las verdades necesarias para la salvación e incluso puede demostrarlas, mientras que la teología revelada incluye todas las verdades necesarias para el fin, incluyendo las que podemos probar sin recurrir a la Biblia. La teología natural forma parte de la sobrenatural. La diferencia está en el método de proceder. La teología racional parte desde abajo, desde nuestras experiencias, hacia Dios, que es la fuente de toda la verdad. Para Tomás de Aquino, la revelación existe, y por eso Dios nos ha revelado las verdades necesarias para lograr la salvación del hombre. Las verdades racionales están garantizadas por la fe, y esto resulta muy conveniente para el hombre. La teología revelada parte desde arriba, desde las verdades contenidas en la palabra de Dios, y trata de explicar las verdades reveladas. Lo que hace posible este descenso es la gracia de Dios y no cualquier facultad o esfuerzo por nuestra parte. También se establece una relación entre la demostración filosófica de la existencia de Dios, con el movimiento inverso que define a Dios para que pueda ser comprendido a partir de la esencia de Dios. Esta teología constituye una auténtica síntesis entre Platón, Aristóteles y el cristianismo. Modifica a Platón y a Aristóteles para ponerlos al servicio de la verdad cristiana de manera que:
- Debilita la noción de participación: que puede ser peligrosa para el cristianismo ya que lleva al panteísmo.
- Refuerza el concepto de causalidad: entendiéndola también como causa del ser, y la causa motora se convierte en creadora.